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Artistas del ‘crowdfunding’

Lidia Toga logra realizar su primera exposición individual gracias al mecenazgo colectivo Reunió los 3.100 euros necesarios en 31 días a través de la web ‘verkami’

Patricia Ortega Dolz
'Cerebro durmiendo'. Acrílico y rotulador de acrílico sobre lienzo. Una de las obras de Lidia Toga.
'Cerebro durmiendo'. Acrílico y rotulador de acrílico sobre lienzo. Una de las obras de Lidia Toga.

¿Qué ocurre cuando eres una artista multidisciplicar que ha expuesto en muestras colectivas, ilustrado libros, realizado videoclips para Cristina Rosenvinge (Animales vertebrados)... Y, después de todo, te sigues viendo trabajando de camarera y encerrada en tu casa “con una sensación de vacío horrible”? Pues que te entregas al crowdfunding para sacar adelante tus proyectos y buscas en esa popular forma de mecenazgo colectivo la vía para darle salida a tus obras: “Aunque al principio tengas complejo de mendiga”.

Algo así le pasó a la dibujante e ilustradora Lidia Toga (Madrid, 1980), que esta semana inauguraba en la sala Utopic Us Gallery (Concepción Jerónima, 22) su primera exposición, Ojo y cabeza les invitan a su enlace, con piezas de gran formato (2 x 1, 60). “Cuando creí tener una gran oportunidad, no quise que nadie viera dibujos pequeños, quería que se viera que puedo hacer cosas grandes”, explica la artista, que espera que esta inmersión en el mecenazgo colectivo le sirva para dar el salto a alguna galería o darse algo más a conocer en los circuitos artísticos.

Y de momento la cosa funciona. Fue Cristina Vicario, la comisaria de la muestra y amiga desde la facultad, quien le sugirió la opción del crowdfunding. Y, juntas, se dirigieron a Verkami, actualmente la plataforma digital de referencia en España para estos menesteres, con 40.000 usuarios, 1,3 millones recaudados desde su apertura en diciembre de 2010, más de 300 proyectos terminados y un porcentaje de éxito del 72% (de cada cuatro proyectos presentados, tres salen a flote), “bastante superior incluso al de otras plataformas similares europeas”, dice sin falsa modestia Adrià Sola, uno de los tres miembros de la misma familia catalana —están también su padre, Joan, y su hermano, Jonás—, que pusieron en marcha esta idea (www.verkami.com) para apoyar creaciones artísticas tras descubrir la página americana kickstarter (www.kickstarter.com). “Si allí existía, teníamos que conseguir hacerlo nosotros también”, cuenta Adrià.

Al igual que Lidia, los creadores que impulsan sus proyectos desde el crowdfunding, les ofrecen a esos conocidos o anónimos mecenas una pieza de edición limitada, exclusiva, que recibirán en el mismo plazo que se estipula para alcanzar el presupuesto del proyecto. En el caso de verkami, el plazo para lograr “el éxito” son 40 días. Lidia logró reunir los 3.100 euros que necesitaba para poner en pie su primera individual en 39: “Se viven momentos horrorosos mirando esa hucha que se llena de 20 en 20 euros”.

Ojo y cabeza les invitan a su enlace. Utopic Us Gallery, Concepción Jerónima, 22.

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El corto de los vecinos de Malasaña

Lucrecia Bullrich

Que una pequeña historia sirviera para retratar una realidad compleja, que el barrio que ama y del que se siente hijo fuera su gran localización, que sus vecinos pudieran involucrarse y, sobre todo, no depender de "ningún ente superior". Todo eso se propuso Alejandro Durán cuando decidió que su próximo corto se rodaría íntegro en Malasaña y se solventaría vía crowdfunding, es decir, con aportes de amigos y familiares, pero, sobre todo, de habitantes del barrio.

La campaña comenzó hace casi un mes, cuando el teaser de 17 segundos estuvo listo y empezó a circular por Internet. El objetivo: reunir 3.000 euros para cubrir los costos del rodaje antes de hoy, plazo fijado por Durán y requisito para quienes recurren al financiamiento colectivo para solventar proyectos. "Muchas veces he intentado conseguir financiación del Estado, de empresas privadas y de bancos, pero nunca he conseguido nada. Al final me he dado cuenta de que las personas que conocen tu trabajo son las que más pueden animarte", cuenta Durán, 28 años y alma máter de la productora Das Tier.

La clave del éxito está en involucrar a los vecinos de Malasaña, donde se rodará el corto, y de barrios aledaños como Chueca y Tirso de Molina. Para que “se sientan parte”, como dice Durán, la productora ha pensado en premios para quienes aporten dinero: desde agradecimientos en los créditos de la película y entradas para el estreno hasta la posibilidad de participar en el rodaje, actuando o detrás de las cámaras, como parte del equipo,

Hay vecinos que ya conocen 17 segundos: “La gente, en Malasaña y Chueca, está acostumbrada a convivir con rodajes. Nadie nos ha puesto ningún problema. Es más, los comerciantes nos han explicado cómo funcionan las cosas en sus negocios y, por ejemplo, cuando dices “por favor, no miren a la cámara”, la gente no solo no mira, sino que se lo toma en serio y actúa”, cuenta.

17 segundos es la historia de Pedro y Kamal, dos jóvenes que se encuentran compartiendo trabajo en una tienda de agricultura ecológica (que existe y funciona en Malasaña). El germen del relato está en "una mala experiencia" que el propio Durán ha tenido con inmigrantes hace unos meses mientras caminaba por el centro de Madrid. "Me di cuenta de que mucha gente trata mal a los inmigrantes y quise hablar de los desafíos de la convivencia, quise contar una historia desde los ojos del incomprendido".

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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