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Nueve de cada diez trabajadores sin contrato ni Seguridad Social son mujeres

Emakunde constata que se mantiene la desigualdad laboral y salarial

Las condiciones laborales de las mujeres en el País Vasco son peores que las de los hombres y el empleo negro es, fundamentalmente, femenino. Nueve de cada diez personas que trabajan sin que medie un contrato laboral ni cotización a la Seguridad Social son mujeres, unas cifras que no han mejorado en los últimos años y se sitúan en un nivel similar al registrado en 1995.

El informe sobre la situación de hombres y mujeres en Euskadi en 2011, elaborado por Emakunde, dibuja una situación en la que persisten entre hombres y mujeres las desigualdades en el ámbito laboral, se mantienen la brecha salarial, los roles sexistas y las diferencias en el uso del tiempo. La violencia machista, la forma más grave de discriminación de las mujeres, ha sufrido un ligero descenso a partir de 2009 que rompe con la tendencia ascendente de los años anteriores. Aún así, en 2010 se registraron dos víctimas mortales por violencia sexista y 2.285 denuncias o atestados de la Ertzaintza por esta custión.

El estudio anual de Emakunde contabilizó 18.600 personas asalariadas sin relación contractual, de las que 16.400 eran mujeres. Estas cifras no tuvieron en cuenta la situación en el trabajo doméstico y el cuidado no remunerado, ambos con altísimos porcentajes de mujeres y baja regulación laboral. En los últimos 16 años la tasa de actividad de las mujeres ha subido siete puntos, hasta situarse en el 48.3, mientras que la de los hombres se ha mantenido prácticamente igual, pero la distancia en las condiciones laborales persiste. Así, los varones son mayoría entres los trabajadores que trabajan a jornada completa o están sobreocupados (más de ocho horas diarias), mientras que ocho de cada 10 empleados a tiempo parcial son mujeres.

La violencia machista inició un ligero descenso hace tres años

La masculinización sigue siendo habitual en la industria y la construcción, frente a la feminización de los servicios, que ocupa a más del 87% de las trabajadoras. Su presencia es especialmente significativa en educación, sanidad y servicios sociales.

Las diferencias salariales entre hombre y mujeres han disminuido desde 2001, pero siguen siendo notables. Por ejemplo: la renta media de trabajo de un director gerente era en 2003 (último dato publicado) de 26.830 euros, mientras que si el puesto lo ocupaba una mujer descendía a menos de la mitad. Las ayudas a la conciliación no liman las diferencias, ya que en nueve de cada diez casos la reducción de jornada para el cuidado de los hijos afecta a mujeres. A pesar de que se han acortado las distancias, las mujeres siguen dedicando una media de dos horas y seis minutos más al trabajo doméstico que los hombres.

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