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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Del foso a la escena

La Orquesta Sinfónica del Liceo presenta 'El Wagner más sinfóncio' en el Auditori Normalidad sinfónica en Barcelona con la Orquesta del Liceo en el Auditori

Intercambio de rehenes. La Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya —abreviemos: la OBC— se halla estos días en el Liceo para dar vida a La flauta màgica. Por su parte, la Orquestra Sinfónica del Liceo —tan de Barcelona y tan nacional o no como la primera, pero sin ostentarlo en el título— ocupa este fin de semana el Auditori de Glòries para ofrecer un programa enteramente wagneriano. Normalidad sinfónica en Barcelona: lejos quedan los tiempos en que un solista de la formación fundada por Eduard Toldrà juraba que jamás actuaría degradado en el foso. Sabido es que en Centoreuropa el mismo conjunto atiende ambos servicios públicos, sin que el paso de uno a otro suponga merma alguna en los galones. Pero en nuestro pequeño país la “normalidad”, en la programación musical como en tantos otros campos, se establece en ese período de brillo mayor conocido por Modernismo, y es una normalidad básicamente sinfónica, capitaneada por Beethoven y Bach. En ópera, ese rigor reformista llega de la mano del drama wagneriano, en su decidida voluntad de aupar el espectáculo escénico a las complejidades sinfónicas.

Orquesta Sinfónica del Liceo

Director: Josep Pons. Obras de Rochard y Wagner. Auditori. Barcelona, 27 de abril.

El Wagner más sinfónico, tal como han sido bautizados estos conciertos en el Auditori, resulta ser así un título con proyección histórica. El wagnerismo fue en efecto punta de lanza para llenar de dignidad el foso operístico, como lo fue también en la música para banda, la música más popular antes de la época de su reproducción seriada. Todo lo cual no es óbice para que hoy una orquesta fundamentalmente operística como la del Liceo no pueda abordar fuera de su sede a, pongamos, Stravinski, y mucho nos equivocamos o la nueva titularidad de Josep Pons a partir de la temporada que viene irá en esa dirección.

En cuando al concierto en sí, integrado por la inevitable obertura de Los maestros cantores seguida por los habituales highlights de Parsifal, Tristán y Crepúsculo, cupo apreciar unas prestaciones muy correctas por parte de los músicos liceístas. El metal se halla a notable nivel, seguido por una madera bien templada. A la cuerda le queda trecho por recorrer en la escala de la excelencia: a partir del mezzoforte es como si se apagara y se hiciera resistente al matiz. Pons es un buen fajador para poner remedio a esto. Y desde su época al frente de la Orquestra del Teatre Lliure entiende que no hay escenario menor, por musical o teatral que sea.

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