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EL DEBATE DE LA CRISIS Y LOS RECORTES

Lanbide privatizará la atención a los parados con mayores dificultades

Firmas concertadas atenderán a expresos, discapacitados y personas en exclusión

Una de las prinicipales oficinas de Lanbide en Bilbao.
Una de las prinicipales oficinas de Lanbide en Bilbao. LUIS ALBERTO GARCÍA

Las personas con mayores dificultades para lograr un empleo serán derivadas desde Lanbide a entidades concertadas para recibir orientación especializada y tratar de encontrar un trabajo. El Servicio Vasco de Empleo ha elaborado el nuevo modelo de orientación laboral que regirá en Euskadi a partir de ahora y que el Gobierno aspira a aglutinar en el servicio de empleo, frente a los múltiples agentes que han participado en él hasta la fecha.

El modelo de orientación dio uno de sus primeros pasos definitivos el pasado viernes en el consejo de administración de Lanbide, en el que participa el Gobierno, Confebask y los sindicatos CC OO y UGT. Entre sus novedades destaca la división de la orientación laboral en dos niveles diferentes. El primero será el nivel básico, en el que se atenderá a todos los desempleados sin excepción y a las personas que deseen mejorar su trabajo. Los parados serán atendidos por los orientadores del propio Servicio vasco de Empleo, que registrarán sus datos, confeccionarán su currículum, realizarán la evaluación de su capacidad de conseguir un empleo y esbozarán el itinerario de inserción —o, en los casos de aquellos que deseen tener un trabajo con mejores condiciones, de mejora de empleo—.

Las Empresas de Trabajo Temporal podrán asumir este servicio

El nivel especializado, por el contrario, será aquel al que se derivará a personas con necesidades especiales de orientación, como discapacitados, parados de larga duración, jóvenes menores de 30 años con baja cualificación —un colectivo que, según el propio Lanbide, supone el 60% de los jóvenes en paro en Euskadi hoy en día—, personas en exclusión social —una parte de los perceptores de ayudas sociales—, víctimas de violencia de género o exreclusos. Estos, los "orientadores especializados" a los que se refirió brevemente ayer la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, en una entrevista concedida a Efe, darán mayores horas de orientación y la formación superará los límites de lo puramente profesional para abordar también otro tipo de habilidades y acciones de inserción social.

Los orientadores especializados no serán, sin embargo, los contratados por Lanbide, que rebasan ampliamente el centenar.Mientras que los que están en nómina atenderán el nivel básico de orientación, por el que pasarán inicialmente todos los desempleados sin excepción, el segundo escalón, el servicio especializado, será externalizado. En las últimas semanas uno de los debates en el seno de Lanbide ha sido el modo en que el Servicio vasco de Empleo planteará el concurso público para contratar a las entidades que realicen este servicio especializado, si limitándolo a entidades del conocido como tercer sector —asociaciones o entidades sin ánimo de lucro— que vienen trabajando con estos colectivos, o si, por el contrario, estaría abierto a todo tipo de organismos.

Orientación

  • Lanbide dividirá en dos la orientación para el empleo. El primer escalón será común para todos los desempleados. El segundo, el especializado, será externalizado.
  • La orientación especializada estará dirigida a discapacitados —más de 8.500 en Euskadi y Navarra—, personas en exclusión —una parte de las 57.000 familias que reciben la Renta de Garantía de Ingresos—, jóvenes con baja cualificación —el 60% de los más de 17.000 jóvenes parados que hay hoy en Euskadi— y desempleados de larga duración —seis de cada diez tardan más de dos años en encontrar trabajo—.
  • La atención especializada también está enfocada hacia otros colectivos más específicos, como personas que han estado privadas de libertad y mujeres víctimas de la violencia machista, sobre las que Lanbide e Interior han firmado un protocolo recientemente.
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El viernes la licitación del contrato obtuvo el visto bueno del consejo de administración. Según fuentes del mismo, la licitación fue corroborada por todos excepto por CC OO, que la rechazó tal y como está planteada porque no pone coto a compañías como las empresas de trabajo temporal, que podrán concurrir.

De hecho, Lanbide ya tiene un “plan piloto” con una de ellas en Bilbao, la ETT Randstad, que con un contrato de 224.200 euros está realizando los informes de empleabilidad y de inserción sociolaboral de perceptores de ayudas sociales.

El resultado es que las personas perceptoras que mayores problemas tienen tendrán que acudir no solo a dos instituciones —ayuntamientos, para cuestiones de inserción social, y Lanbide, para la inserción laboral, antes todo se hacía a través de las entidades locales—, sino a tres. La duplicidad de ventanillas fue una de las críticas recurrentes entre los profesionales del sector cuando las ayudas sociales pasaron a ser gestionadas por el Servicio Vasco de Empleo.

Ayer, ningún portavoz oficial de la consejería respondió a los requerimientos de este diario.

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