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El Tribunal de Cuentas investiga un aval que ha hecho perder tres millones a Reus

Las denuncias apuntan al actual presidente del ICS y al exdirector del CatSalut Shirota vendió proyectos por 76.000 euros entre 2007 y 2009

Sede del Tecnoparc, en Reus.
Sede del Tecnoparc, en Reus.JOSEP LLUÍS SELLART

La Fiscalía del Tribunal de Cuentas ha abierto diligencias e investigará el aval de tres millones de euros concedido en 2008 por el Ayuntamiento de Reus (Baix Camp) a Shirota Functional Foods para que esta empresa pudiera pedir un crédito a los bancos. Innova, la empresa municipal de Reus, otorgó el aval por el 100% del préstamo pese a tener una participación minoritaria en Shirota, por lo que acabó asumiendo todos los riesgos en la compañía. Cuando, a principios de este año, Shirota no pudo hacer frente a la devolución del crédito, fue el Ayuntamiento el que sufrió todas las pérdidas: hizo frente a la ejecución del aval (279.000 euros) y refinanció el resto.

La ruinosa operación para el Ayuntamiento de Reus fue firmada cuando el alcalde de la ciudad era Lluís Miquel Pérez (PSC) y el máximo responsable de Innova era Josep Prat, actual presidente del Instituto Catalán de la Salud. La persona elegida para presidir el proyecto Shirota fue el ex director general del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) Carles Manté. En esas mismas fechas, poco después de abandonar CatSalut, Manté también fue nombrado presidente de la Corporación de Salud del Maresme y la Selva, y de la fundación que gestiona el hospital de Sant Pau.

Shirota Functional Foods fue creada en mayo de 2007 con el fin de crear alimentos funcionales con beneficios para la salud. El objetivo del Ayuntamiento era también que la compañía se instalara en Tecnoparc, otro proyecto emprendido por Pérez y Prat, para dotar al municipio de un parque tecnológico, que acumula pérdidas.

Innova tenía el 40% del capital de Shirota; el socio privado La Morella Nuts, el 48%; la sociedad responsable de Tecnoparc (también mixta, público-privada), el 8%, y el hospital Sant Joan de Reus y la Universidad Rovira i Virgili, el 2% cada uno. En total, Reus controlaba directa o indirectamente un 45,8% de Shirota.

Las ambiciones de tener una empresa de investigación puntera pronto toparon, sin embargo, con un obstáculo: con un capital social de 120.000 euros, Shirota carecía de recursos para hacer frente a las inversiones necesarias. Entre 2007 y 2009, último año con cuentas depositadas en el registro mercantil, Shirota invirtió 4,3 millones en mobiliario, equipos de laboratorio y “gastos de investigación y desarrollo”.

La empresa se mantuvo gracias a créditos y subvenciones
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La Morella Nuts aportó al proyecto una subvención concedida por el Centro para el Desarrollo Técnico Industrial (Ministerio de Economía) de 1,34 millones de euros para investigar alimentos que pudieran prevenir enfermedades como el alzhéimer. Pero La Morella se negó a aportar más dinero, confirma una persona que participó en el proyecto. Innova decidió entonces asumir todos los riesgos. La junta general del holding municipal dio luz verde a un aval para dos créditos de Shirota, uno de 300.000 euros para operaciones de tesorería y otro a largo plazo de 2,7 millones de euros. Pese a estas aportaciones, la empresa siempre ha generado pérdidas. Entre 2007 y 2009 vendió proyectos por 76.000 euros, por lo que siempre ha vivido gracias a créditos y subvenciones.

La CUP trasladó al Tribunal de Cuentas el pasado 22 de marzo la denuncia por presuntas irregularidades en la gestión de fondos públicos. La denuncia, admitida ahora por el tribunal, destaca que la actividad de Shirota no “guarda relación alguna” con la de una empresa pública como Innova. El Tribunal de Cuentas también ofrece a David Vidal, edil de la CUP, la posibilidad de presentarse como acusación particular.

Las posibles irregularidades en la concesión del aval también han sido denunciadas por el actual alcalde, Carles Pellicer (CiU), basándose en informes del interventor municipal. Estos informes también hacen constar la posibilidad de exigir responsabilidades legales contra los entonces administradores de Shirota y quienes firmaron el aval, entre los que se encuentran Josep Prat y Carles Manté, que dejó la presidencia de Shirota hace unas semanas.

Reus ha decidido ahora deshacerse de sus participaciones en Shirota y apuesta por presentar concurso de acreedores. Antes, sin embargo, ha tenido que asumir la primera ejecución del aval por 279.000 euros y refinanciar el resto (2,7 millones) con un crédito a 10 años.

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