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Otro nombre... pero igual de bueno

El 'txakoli' de Bizkaia presenta su mejor añada en el último lustro Bodegueros y viticultores equiparan su calidad a los caldos guipuzcoanos

Mari Puri Herrero recibe el reconocimiento como embajadora del Bizkaiko Txakolina de manos de su antecesor, el director de cine Pedro Olea
Mari Puri Herrero recibe el reconocimiento como embajadora del Bizkaiko Txakolina de manos de su antecesor, el director de cine Pedro Olea

El pasado 2011 fue un buen año para el txakoli de Bizkaia. Al menos, esa es la sensación que transmitían ayer los viticultores, enólogos y bodegueros que se reunieron en Bilbao con motivo del Txakoli Eguna. Todos ellos celebraron el descorche oficial de la última añada, la mejor del pasado lustro, y exaltaron, en un ambiente festivo, las virtudes de un producto que algunos denominaron “nuestro petróleo”. Bajo el lema Bizkaiko Txakolina, mesedez!, muchos sacaron pecho frente a los caldos guipuzcoanos, más conocidos, pero a los que, aseguraron, no tienen nada que envidiar.

Elena Unzueta, presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina, nombró a los tres embajadores del txakoli de Bizkaia de este año. Todos ellos, resaltó, comparten “el espíritu de superación y el orgullo de sentirse vizcaíno”. Tras el descorche y el brindis se procedió a una degustación del resultado de meses de trabajo de las 18 bodegas representadas. Antes, Unzueta exaltó el “momento dulce” que viven los 238 viticultores de la Denominación de Origen. La producción ha aumentado exponencialmente en los últimos años hasta llegar a los casi 1.650.000 litros en 2011, un 40% más que el anterior ejercicio.

"El consumo interno baja, pero hay mucho margen para la exportación", aseguraba un bodeguero

José Ramón Calvo, enólogo de la bodega Gorka Izagirre, matizaba después: “No se trata de una cosecha excepcional; es que veníamos de tres años horribles respecto a la climatología. Pero en 2011 el otoño fue muy benigno y permitió una buena maduración y una calidad excepcional”. Calvo mostraba su satisfacción: “Ahora mismo nos podemos codear con los guipuzcoanos en producción y calidad, sin duda, pero ellos siguen teniendo más nombre”. Javier Uriarte, de Bodegas Uriarte, y Alfredo Egia, de Bizkaibarne, no entraban en polémicas e insistían en que son vinos muy diferentes en su elaboración. “Nunca nos hemos sentido el hermano pobre”, aseguraba Egia.

Los embajadores designados fueron el consejero delegado de Vueling, Álex Cruz; la pintora Mari Puri Herrero, y el presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Bilbao, Jon Aldeiturriaga. Este último recalcó que el txakoli “puede competir con cualquier vino blanco europeo” y que los vizcaínos son “más generosos”. Para Aldeiturriaga, “es mucho más fácil encontrar txakoli de Getaria en bodegas vizcaínas que al revés, por un chauvinismo absurdo”. Calvo también lamentó este hecho: “Fuera es más fácil. Explicas que es un vino hecho con una variedad exclusiva que cultivamos unos pocos locos en el golfo de Bizkaia y encanta a alemanes y a chinos. Es terrible que en casa sea donde más nos cuesta”.

Ese éxito en el exterior lo reiteraba Garikoitz Ríos, responsable de las Bodegas Itsasmendi de Gernika, uno de cuyos caldos, el Urezti de 2008, recibió recientemente el Gran Bacchus de Oro, premio que sitúa a un txakoli vizcaíno entre los seis mejores del mundo. “El consumo interno está bajando, pero hay mucho margen para la exportación: en Estados Unidos, donde más vendemos, en China, Japón, Australia, y también en mercados por explorar, como Sudamérica o Rusia”, resaltó.

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