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75 AÑOS DEL BOMBARDEO DE GERNIKA

Una apuesta para convivir en paz

Los actos de Gernika reúnen a todos los grupos políticos con una mirada crítica hacia la barbarie. El ‘lehendakari’ llama a crear “un muro” contra la violencia

La llamada constante a la paz y en contra de la violencia en una villa martirizada por las bombas nazis y en una Euskadi que acaba de salir de 50 años de terrorismo marcaron ayer los múltiples y emotivos actos de celebración del 75º aniversario del bombardeo de Gernika.

El lehendakari, Patxi López, a la cabeza de una amplia representación de las principales instituciones, defendió “la paz perpetua como método de convivencia”. Fue en el aacto de inauguración, a mediodía, de la escultura de Néstor Basterretxea Agonía de fuego, que simboliza el drama “inolvidable”, en palabras del artista, que vivió la villa que simboliza las libertades de Euskadi. López instó a recordar esa tragedia para construir “un muro” que impida que la violencia regrese nunca a Euskadi.

En el recuerdo al ataque de la Legión Cóndor resultó inevitable encontrar continuas referencias a la barbarie de ETA y su cese. El anuncio por el Ministerio del Interior de su plan para facilitar el acercamiento de presos a Euskadi contribuyó a darle mayor peso político a la celebración.

El recuerdo del horror nazi y el fin de ETA se unieron en los discursos

“El recurso a la fuerza para imponer voluntades se esconde en el lado oscuro de todas las sociedades”, advirtió el lehendakari. “Esa es la lección que debemos enseñar a todos”, añadió, ante representantes de todos los partidos con representación en el Parlamento. Martín Garitano, diputado general de Gipuzkoa, de Bildu, también acudió a los actos, aunque sus declaraciones a los medios se redujeron a criticar el programa de Interior y exigir la “repatriación inmediata de los presos políticos” vascos.

El primero de los actos programados fue la entrega en el Teatro Lizeo de los Premios Gernika por la Paz y la Reconciliación, que recibieron la red social Lokarri por su papel para facilitar la Declaración de Aiete, que desembocó en el anuncio de ETA de su cese definitivo en octubre pasado; Roman Herzog, presidente alemán entre 1994 y 1999, y el Centro de Investigación por la Paz Gernika Gogoratuz.

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“No más violencia, no más guerras y justicia”, pidió el alcalde de la villa

Paul Ríos, coordinador de Lokarri, reclamó “a los muchos representantes políticos” que le escuchaban estaban sentados en las butacas “un esfuerzo sincero en este momento” para que la presente generación y las futuras puedan tener “una convivencia basada en la paz, el diálogo, el respeto y la reconciliación”.

Por todo ello, cuando el lehendakari enfatizó que “Gernika es mucho más que una explosión de horror; es el grito de esperanza y libertad que ha triunfado sobre la barbarie”, se refería muy probablemente al pasado de la Guerra Civil tanto como al presente inmediato.

Con Agonía de fuego, sostuvo López, “no queremos volver la mirada atrás”. De lo que se trata, continuó, “es de poner un aviso permanente para el futuro”. “Queremos recordar que cuando negamos la libertad y la tolerancia, surge el monstruo que siembra el terror”, agregó. Pablo Picasso, recordó el lehendakari al final de su discurso, “pintó una paloma con el ala rota y un graznido de dolor”, en referencia al famosísimo cuadro del pintor malagueño sobre el martirio de la ciudad. “Hoy en Euskadi la paloma vuela sin que la abatan, es el vuelo que celebra nuestra libertad recuperada”, concluyó.

Las palabras del alcalde de la villa foral, José María Gorroño, de Bildu, discurrieron en ese mismo sentido. “Gernika mira al pasado y aprende con la convicción de que la resolución pacífica de los conflictos y la reconciliación son su ejemplo”, señaló.

El regidor lanzó un doble mensaje “general”: respeto “escrupuloso” a los derechos humanos y “no más violencia, no más guerras y justicia”, y uno particular al Gobierno de España: “Que se restituya el honor a los vascos diciendo la verdad [sobre el bombardeo] como hizo Alemania hace 15 años”. Herzog fue precisamente quien hizo ese reconocimiento.

Iñigo Urkullu, presidente del PNV, criticó en su blog (urkullu.eu) que el alcalde no había invitado a ningún miembro de la ejecutiva de su partido al responso y la ofrenda floral de la tarde.

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