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Del colapso a la ecoaldea

El autor castellonense Emilio Bueso fabula en ‘Cenital’ un futuro sin petróleo con ‘perroflautas’, indignados y constructores

Ferran Bono
Emilio Bueso, ayer, en Valencia
Emilio Bueso, ayer, en ValenciaTANIA CASTRO

El terror es cuando dan las cuatro de la mañana y tu hija no ha llegado a casa ni contesta al móvil. Al castellonense Emilio Bueso le gusta citar esta teoría del miedo del también escritor David Jasso para referirse al pánico que surge de manera inesperada de un acto cotidiano. “Es más fácil escribir una historia de fantasmas que trajinar con la realidad”, comenta. Él ha hecho ambas cosas, la última, darse un baño apocalíptico de realidad para construir Cenital (Salto de página).

Se trata de una novela de las llamadas de anticipación, una fábula sobre un mundo en el que se agota el petróleo, erigida con un material que tiene tanto de ficción como la crisis que nos azota. O como la posibilidad de que “el barril de petróleo alcance los 300 dólares”. “Ahora, por ejemplo, hay otro temor muy extendido entre la gente: perder el puesto de trabajo”, señala. Todo lo que le rodea nutre la ficción de este analista de contingencias que habla y enlaza diferentes ideas a gran velocidad. “Cuando bajo la basura me espera un hombre para llevársela y registrarla. La crisis nos lleva al límite y el sistema no tiene una copia de seguridad”, añade.

Escritor e informático, ha publicado tres novelas

Emilio Bueso nació en 1974. Es informático, además de escritor. Dio clases en la Universitat Jaume I de Castellón y ahora trabaja como ingeniero de sistemas en la red de universidades Joan Lluís Vives. De niño se aficionó a bajar a la biblioteca de su barrio y a leer. Pronto empezó a escribir. Ha publicado dos novelas que combinaban desde el terror gótico al realismo sucio, Noche cerrada (Verbigracia) y Diástole (Salto de página), además de numerosos relatos, algunos premiados. Ray Bradbury, Cormac McCarthy, Stephen King o la nueva hornada de escritores españoles son algunas de sus influencias literarias. Con Cenital ha dado un giro. “Si La carretera, de McCarthy, es una distopía [antónimo de utopía acuñado por Stuart Mill] posnuclear, la mía es una distopía poshidrocarbúrica. Es también un alegato contra el sistema, una novela sobre el colapso de un sistema agroalimentario insostenible”, agrega. Un colectivo antisistema sobrevive en torno a un líder profético en una ecoaldea que el autor ha situado en el interior de la comarca de Els Ports, en la frontera montañosa entre Teruel y Castellón, allí donde una vez camparon los maquis, y todavía hay tierras casi vírgenes.

Su última obra se inscribe en el género de la anticipación

En su novela desfilan múltiples y reconocibles personajes: un indignado, un perroflauta, un promotor inmobiliario, un empresario al que le extorsiona un banco... También el famoso aeropuerto sin aviones de Castellón aparece en la narración del autor, una de las firmes apuestas de la también joven editorial madrileña Salto de página que, sin embargo, ya ha sido adquirida por el gran grupo editorial mexicano Siglo XXI.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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