_
_
_
_
_

París de Oza, orquesta para la crisis

Nació como una parodia de la famosa formación de Noia, pero acabó desbordada por la demanda de las comisiones de fiestas con pocos recursos

Juan Carlos Martínez, Charo Vieites y Ángel Pérez, tres integrantes de la París de Oza
Juan Carlos Martínez, Charo Vieites y Ángel Pérez, tres integrantes de la París de OzaGABRIEL TIZÓN

Cuando más estrangula la crisis y las comisiones de fiestas se las ven y se las desean para recaudar fondos entre la vecindad, va la París de Oza y se toma un año sabático, desbordada por la demanda de verbenas baratas. “Murió de éxito”, comentan apesadumbrados en el Ayuntamiento que los vio nacer, el de Oza dos Ríos. Pero cuando se le pregunta a la propia orquesta, esta disipa los lamentos: sus 18 integrantes solo se han tomado un año de descanso, con vacaciones de verano en familia. Y en 2013, cuando regresen, a lo mejor tienen que cambiarse el apellido por el nombre del municipio fusionado. La lista de espera para contratarlos empieza a hacerse larga, pero prometen no caer en la tentación. Este año no existen. Solo se juntaron hace una semana porque los llamaron de Luar. A Gayoso no querían fallarle. Le debían un favor.

La orquesta París de Oza nació en el Entroido de 1999 como parodia carnavalesca de la París de Noia, una de las tres formaciones con más caché de Galicia, contratada con frecuencia por las parroquias más potentes del entorno e inaccesible para las más pequeñas. Un grupo de amigos, organizados en torno al restaurante El Moderno, desfilaron con instrumentos imposibles, fabricados por ellos mismos, incluido el piano de cola y la batería, con bombo de lavadora incorporado. Después, como dice Juan Carlos Martínez, el cura (de siete parroquias de Oza y dos de Cesuras), “morreu o conto” hasta que el grupo regresó en 2008, armado ya de instrumentos auténticos. Tienen de todo, también cables y amplificadores, pero de sus teclas y sus cuerdas (incluso de sus afinadas cuerdas vocales) no sale ni una nota.

"Otros también hacen ‘play-back’, pero somos los únicos que lo decimos”

Ahora, los tres trompetistas se han puesto a estudiar música, han entrado en la banda de música de Abegondo y hasta se atrevieron con unas pocas piezas en trío durante la procesión de Semana Santa en Oza. Pero la orquesta París hace “riguroso play-back” y su público lo sabe y lo acepta encantado. “Lo nuestro es todo teatro”, informa el líder de la formación, Juan Carlos Pérez, al que muchos seguidores llaman Blas, por lo bien que emula en sus evoluciones sobre las tablas a Blas Piñón, el cantante de la París de Noia. “En Galicia no somos los únicos que hacemos play-back, pero sí somos los únicos que lo decimos”, continúa. “A pesar de esto, después de cada show la gente viene a felicitarnos y nos dice que si estamos de broma, que no se puede creer que sea todo de mentira”. Basta con ver uno de sus vídeos en YouTube para entender por qué dan el pego.

Su fama se ha extendido de boca en boca. El año pasado, tuvieron 50 actuaciones durante la temporada de verano en los más remotos rincones de las cuatro provincias gallegas. “Van polo caldo”, asegura la madre del vocalista. Lo justo para cubrir los gastos de desplazamiento, de reposición de instrumentos y de alquiler del camión escenario. Unos 2.500 o 3.000 euros, dependiendo de lo lejos que caiga la parroquia. Al final de temporada, con los escasos beneficios, se regalan un viaje de cercanías y fin de semana para los integrantes y sus consortes, en compensación por tanta ausencia estival.

El párroco ‘toca’ la guitarra eléctrica, y al ‘teclista’ el falta un dedo pero no se nota
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

“Mi familia es la que mejor lo lleva”, bromea el cura de Oza. El sacerdote empezó de bajista y luego se pasó a la guitarra eléctrica. Es en buena parte el culpable de que la París de Oza apenas toque en domingo. Las actuaciones casi siempre se conciertan en sábado, al mediodía y a la noche. El repertorio, de más de 70 temas, actualizado cada temporada (ensayan las coreografías en un local cedido por el consistorio), da para tocar hasta las cuatro de la madrugada. En el cartel anunciador, Juan Carlos Martínez aparece con su instrumento detrás de un altar revestido para la misa. Cada uno de los integrantes se presenta con algún atributo de su oficio. El escayolista, con una moldura. Los albañiles, haciendo la masa. Las amas de casa, con fregonas. El palista, con su máquina. El jardinero, con la motosierra. El matachín, con un gorrino. El funerario... “El funerario sale con una bandeja porque también es camarero”, explican. Entre tanto profesional, también había un carpintero. Pero Ramiro Fiaño ya ha cumplido los 76 y ahora está jubilado. Un mal día una máquina le rebanó un dedo, no obstante en la París de Oza es el rey de los teclados. El público jamás ha sentido un trompicón en sus escalas.

El más joven, trompeta en mano, es Ángel Pérez. Ahora tiene 12 y cuando cumpla los 13, como muy tarde a los 14, proyecta compartir escena con la auténtica París. Hace ya tiempo que los unos saben de los otros y quieren tocar juntos una noche. De hecho, Gemma, vocalista de los de Noia, es hija del escayolista (y trompetista) de los de Oza, Luis Lareo, y ahijada de Charo Vieites, una de las cantantes de la alternativa económica, más conocida por sus fans como Charo Reina. Hai pocas oportunidades de coincidir porque la comisión de fiestas que paga a los de Oza no puede aspirar a los de Noia. Casualmente, este verano, los famosos están contratados para las patronales de Cuiña, en Oza, y el Blas de pega fue tanteado. Querían juntarlos a todos. Pero ni de broma. Gayoso aparte, el año sabático es sagrado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_