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LA MUERTE DE IÑIGO CABACAS

“Hasta el final, cueste a quien cueste”

Ares asume “toda la responsabilidad política”, aunque la desvincula de su dimisión

El consejero de Interior, Rodoflo Ares, en el Parlamento vasco.
El consejero de Interior, Rodoflo Ares, en el Parlamento vasco.L. RICO

El consejero de Interior, Rodolfo Ares, salvó ayer el complicado expediente que suponía su comparecencia en el Parlamento para explicar la muerte del joven Iñigo Cabacas como consecuencia de un pelotazo en la cabeza por parte de la Ertzaintza. El dirigente socialista capeó el temporal con el beneplácito de una oposición benevolente en líneas generales y gracias a un discurso tan contundente como comprometido. La investigación interna para depurar las responsabilidades del suceso fue el eje de su intervención. “No vamos a ocultar nada. Vamos a investigar a fondo para llegar hasta el final, cueste lo que cueste y cueste a quien cueste”, aseguró.

El consejero salva el expediente en su comparecencia en el Parlamento

El consejero asumió de partida la “responsabilidad política de todo lo sucedido”, si bien desvinculó tal compromiso de una posible dimisión, como se le exige desde la izquierda abertzale. “Tengan por seguro que si mi dimisión hubiera servido para salvar la vida de Cabacas, yo no estaría hoy —por ayer— ante ustedes. Y pueden estar seguros de que tampoco seguiré si lo ocurrido obedece a una decisión errónea o negligente de los máximos responsables de la Ertzaintza”, afirmó. Una declaración que abre la puerta a su salida en apariencia, pero no en la práctica, ya que la decisión de recurrir al material antidisturbios que provocó la muerte del joven, al tratarse de una actuación imprevista y urgente, correspondió al mando de la operación.

Veto a las pelotas de goma a partir de 2013

El consejero de Interior, Rodolfo Ares, confirmó ayer en el Parlamento que su departamento trabaja ya en la sustitución del actual material antidisturbios y en la renovación de los protocolos de actuación para evitar en el futuro muertes como la del basauritarra de 28 años Iñigo Cabacas. “Es evidente que algo ha fallado”, reconoció. La principal medida afectará a las polémicas pelotas de goma, cuyo uso se restringirá a lo largo del presente año. A partir de 2013 quedarán vetadas para los agentes de Seguridad Ciudadana y solo podrán utilizarlas, “en ocasiones excepcionales”, unidades especializadas como la Brigada Móvil o la de refuerzo.

Durante su comparecencia en la Cámara vasca, el consejero aclaró que el trágico suceso no ha hecho sino acelerar la renovación del material antidisturbios, cuyas primeras unidades se adquirieron ya el pasado año, aunque todavía no se han repartido entre los agentes. Hasta 2013 se intensificará la formación de la plantilla para su uso.

Las explicaciones fueron seguidas especialmente desde los sindicatos de la Ertzaintza. El portavoz de Erne, Roberto Seijoo, entiende que los agentes desplegados en el operativo en el que Iñigo Cabacas recibió el impacto de una pelota de goma que le causó la muerte, “no han actuado mal” y que el fallecimiento ha sido “una fatalidad terrible”, así como que la medida de retirar las escopetas de pelotas “llega tarde, porque no hay remedio a una muerte tan incomprensible”, indicó en la Cadena Ser.

La investigación interna decretada por Interior tiene su objetivo puesto en los seis escopeteros de la comisaría de Bilbao que trataron de repeler los incidentes registrados en el callejón de María Díaz de Haro con el lanzamiento de pelotas de goma, así como en el oficial que estaba como máximo responsable y pudo dar la orden. Se trata de una persona experimentada, con más de dos décadas de trayectoria en la Policía vasca, y muy valorada por la plantilla.

A la espera de conclusiones, la presión es máxima entre los agentes de la capital vizcaína. Y no solo para quienes participaron directamente en la operación, que “llevan varios días sin dormir”, según sus allegados, sino también para las decenas de ertzainas cuyo testimonio se ha recabado para construir un relato lo más fiel posible a los hechos. Todos confían en una resolución lo más rápida posible. El propio departamento, a demanda de los sindicatos, ha decidio disponer desde hoy de un psicólogo para atender a los profesionales que demanden su ayuda.

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Aunque sin ofrecer detalles a este respecto, Ares insistió ayer en la tesis de que la muerte de Cabacas el lunes, tras el pelotazo recibido cuatro días antes, solo puede responder a una negligencia o a una fatalidad, un extremo que no se confirmará hasta conocer las conclusiones de las pesquisas internas. Hasta ese momento, los indicios apuntan más bien a la segunda de las opciones. Lo reveló ayer el propio director de la Ertzaintza, José Antonio Varela, quien acompañó a Ares en el Parlamento. “No existen elementos de puntería en los lanzadores y la trayectoria de la pelota es errática”, describió, antes de descartar que el agente responsable del disparo que hirió de muerte a Cabacas tirara “a dar”.

Interior ha puesto un psicólogo a disposición de los agentes afectados

El argumento de Varela no es baladí. A la reconstrucción de los hechos que esta semana ha realizado Interior como parte de la investigación, se suman las decenas de disparos que en los últimos días han realizado varios especialistas para comprobar la trayectoria de las pelotas de goma con el lanzador actual de la Ertzaintza. Situados en una galería interna y a una distancia de 20 metros, ninguno de los expertos consiguió impactar con la silueta, lo que desmonta la teoría de un posible disparo premeditado contra un objetivo tan concreto como la cabeza de la víctima.

Sometido no solo al estrecho marcaje de la oposición, sino también al de unos sindicatos que demandan del consejero una defensa sin fisuras ante un escenario tan delicado, Ares incidió en la profesionalidad de la Ertzaintza pese a lo ocurrido. “Quiero defender con vehemencia el buen trabajo que los agentes de nuestra policía desarrollan, en muchos casos, en circunstancias muy difíciles”, destacó. “Cualquier servidor público puede cometer un error o un exceso. Cuando sucede esto hay que asumirlo corregirlo y responder por ello, pero en ningún caso puede admitirse que se pretenda empañar la limpia trayectoria y el prestigio del conjunto de la Ertzaintza”, añadió.

Fue en este punto cuando Ares, que compareció en la Cámara vasca a petición propia, demandó a los parlamentarios de los distintos partidos “serenidad, responsabilidad y rigor”. “Quiero pedir su colaboración para aislar y repudiar a quienes pretenden hostigar a unos servidores de la ley como son los agentes de nuestra policía”, resaltó en consejero, quien se negó a permanecer en silencio ante la idea de que la simple presencia de la Ertzaintza en los incidentes “provoca situaciones de tensión”. Se refirió así a las acusaciones vertidas desde distintos ámbitos de la izquierda abertzale, a la que no dudó en acusar de haber recurrido al “carroñerismo político”.

Varias pruebas de puntería con pelota de goma se han saldado sin acierto

El dirigente socialista encontró el apoyo mayoritario del Parlamento ante tan delicada situación, aunque no sin recibir críticas ni sugerencias por parte de los distintos partidos. Al lógico respaldo del propio PSE se sumó el de su socio preferente, el PP, si bien esta formación recalcó la necesidad de llevar la investigación interna “hasta las últimas consecuencias”. En una línea similar, desde UPyD se aludió al suceso como una “desgracia inmensa que no puede volver a ocurrir”.

El PNV coincidió en la importancia de “proteger el prestigio” de la Ertzaintza frente a quienes “todavía hoy la reciben con piedras y botellas”, si bien su parlamentario Mikel Martínez se refirió también a algunas actuaciones “excesivas”. En este sentido, desde Aralar se planteó la constitución de una comisión independiente para analizar las quejas ciudadanas por las actuaciones policiales, a lo que no se negó el consejero.

Más críticos fueron los representantes de Ezker Anitza y EA, Mikel Arana y Juanjo Agirrezabala respectivamente. El primero criticó la escasa información aportada por Ares y el riesgo inherente a una operación antidisturbios “en una ratonera”, en referencia al callejón de María Díaz de Haro. El dirigente abertzale, por su parte, recriminó como una actuación “desproporcionada” la que motivó el fallecimiento de Cabacas y exigió depurar “hasta el fondo” las responsabilidades, “también en el orden político”.

El responsable de Interior se comprometió, por su parte, a seguir aportando a los distintos portavoces parlamentarios, de forma permanente, la información que se vaya recabando de la investigación interna, para cuyas conclusiones aún no se ha puesto fecha. Sin embargo, y más allá del rifirrafe político, Ares tuvo claro ayer que el triste protagonista de su comparecencia en la Cámara era el joven fallecido. En este sentido, destacó que “ninguna” pesquisa logrará paliar la “tragedia”. “Desgraciadamente, ya no podemos devolver a la vida a Iñigo Cabacas”, manifestó, en la parte más emotiva de su discurso.

Antes de explicar lo ocurrido, de hecho, las primeras palabras de Ares fueron ayer de aliento para los familiares del joven fallecido, a quienes pidió “perdón”, en nombre de la Ertzaintza y del propio Gobierno vasco, “por una pérdida injusta e irreparable”.

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