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La otra vida de Abramovic

La artista serbia brilla en el Teatro Real con la ópera ‘Vida y muerte de Marina Abramovic’ Para entender el origen de esta ‘performer’, La Fábrica Galería expone sus primeras obras

Marina Abramovic y su expareja, el artista alemán Ulay, protagonistas de Relation in Time, una performance estrenada en 1977.
Marina Abramovic y su expareja, el artista alemán Ulay, protagonistas de Relation in Time, una performance estrenada en 1977.

El sonido llega desde el subsuelo. Respiran dos personas. Son inhalaciones y exhalaciones a la vez rítmicas y desesperadas. Y desesperan. Es la proyección en tiempo real de Breathing in, Breathing out, una de las seis piezas que componen Selected Early Works, la exposición de las primeras obras de la performer serbia Marina Abramovic, que desde esta semana y hasta junio próximo se presenta en La Fábrica Galería coincidiendo con la representación de su ópera Vida y muerte de Marina Abramovic en el Teatro Real.

Las respiraciones de la proyección son de Abramovic y el artista alemán Ulay, durante años pareja en la vida y en el arte de la serbia, y funcionan como tensa banda sonora por las fotografías y vídeos en los que han quedado registradas esas primeras performances, estrenadas todas ellas entre 1975 y 1977. Corresponden a la primera etapa del trabajo que Abramovic ha realizado a lo largo de sus 40 años de trayectoria. Son el origen de su exploración permanente del vínculo entre el artista y la audiencia, de los límites del cuerpo y de los alcances de la mente.

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Ella lo tiene claro. “En aquel momento estaba muy interesada en el trabajo físico. Ahora, mi mayor interés está puesto en el trabajo mental”, afirma por teléfono. En Selected Early Works, la tercera muestra de Abramovic que alberga La Fábrica, la diferencia de la que habla la artista se vuelve palpable. Junto al vídeo de Breathing in…, que termina con ella cayendo desvanecida 19 minutos después de comenzada la performance, están las fotografías que documentan el famoso Ritmo 10 (1975). Es la secuencia en la que Abramovic juega a la ruleta rusa dando golpes rítmicos de cuchillo entre sus dedos, graba los sonidos y luego los reproduce intentando replicar exactamente la secuencia. Son fotografías, pero casi se mueven. En las imágenes laten el riesgo, el desafío a los límites del dolor físico y la superposición de tiempos.

Para el director de La Fábrica, Efraín Bernal, una de las claves del creciente interés del público en el trabajo “histórico” de Abramovic tiene que ver con la retrospectiva de su obra que el Moma ha expuesto en 2010. “Hasta ese momento, no se habían editado las fotografías que integran esta exposición, material que se ha generado en un momento en que la fotografía y el vídeo todavía no se comercializaban como ahora”, explica. Frente a ello, asegura, también ha sido fundamental la tarea de Abramovic para conservar el registro de sus primeras performances. “Es gracias a esa voluntad que esta muestra es posible”.

Marina Abramovic, la ‘performance’ en la sangre

  • La exposición Selected Early Works es una selección de fotografías y vídeos de performances históricas de la artista serbia (Belgrado, 1946): Rhythm 4 (de 1974), Rhythm 10 (de 1975), Art Must Be Beautiful, Artist Must Be Beautiful (de 1975), Relation in Time (de 1977) y Breathing in/ Breathing out with Ulay (de 1978).
  • Hasta el 2 de junio. La Fábrica Galería, de martes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 16.30 a 20.30.
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Bernal defiende que una “mini retrospectiva”, como describe la muestra de Abramovic, encuentre espacio en una galería, más vinculada a la novedad que al pasado. Y lo explica: “Le propuse a Marina que hiciéramos una exposición solo en base a su obra histórica y estuvo encantada. Conceptualmente creo que es muy coherente y muy ilustrativo para quienes no conocen mucho sus primeros trabajos y no saben cómo han sido estos 40 años de su evolución como performer”, cuenta.

Con el mismo ímpetu, el responsable de La Fábrica defiende la coincidencia temporal entre Selected Early Works y La vida y muerte de Marina Abramovic. “Este tipo de coincidencias, que en la cultura española pueden parecer raras u oportunistas, son muy habituales en Nueva York y Milán. En un artista de performance, y en una de la talla de Abramovic, la relación entre biografía y obra es directa, no hay ninguna distancia. Y en la obra del Real, que definiría como teatro biográfico contemporáneo antes que como ópera, aunque casi no hay performance, el interés por la biografía de Marina y por su obra por parte del público son evidentes”, asegura. Y es justamente ese vínculo el que propone explorar. “La exposición es una invitación a que la gente pueda conectar con los orígenes del trabajo de Marina, entenderlo mejor, contribuir a que el interés en ver la obra del Real se multiplique”, añade.

La propia Abramovic apuesta a la misma conexión entre pasado y presente. “La exposición de La Fábrica es de documentación. Allí puede verse lo que ha sucedido con mi vida y con mi trabajo antes. El que quiera ver una performance puede ir al teatro”, invita.

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