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Más de mil personas se concentran en un emotivo homenaje a Íñigo Cabacas

La concentración se ha registrado en el lugar donde ocurrieron los hechos el pasado jueves

Un momento de la emotiva concentración que los amigos de Íñigo Cabacas han convocado en el lugar de los disturbios
Un momento de la emotiva concentración que los amigos de Íñigo Cabacas han convocado en el lugar de los disturbiosLUIS ALBERTO GARCÍA

En la callejuela que desemboca en María Díaz de Haro, justo en el sitio donde ocurrieron los hechos que han desembocado en el fallecimiento de Íñigo Cabacas, se han concentrado desde las 18.30 centenares de personas. Una pancarta con la foto del joven rezaba, en euskera y castellano: "No hay derecho. Íñigo, te tenemos en la memoria". En un silencio absoluto y un ambiente solemne y emotivo, algunos familiares y la cuadrilla del joven han hecho una ofrenda floral sobre una bandera cubierta por velas rojas con la insignia de la peña del Athletic de Bilbao Piratak, a la que pertenecía el fallecido. Las flores se mantendrán hasta el domingo.

Una de las amigas de Cabacas, con voz quebrada, ha pedido, a través de un improvisado sistema de megafonía, "quince minutos de silencio" y "absoluto respeto". El cuarto de hora de recogimiento se ha cumplido a rajatabla, solo interrumpido por algunos sollozos ahogados de sus amigos, que no podían contener la emoción. Dos de ellos han llegado a desvanecerse por unos instantes pero han sido rápidamente atendidos. Al finalizar los 15 minutos la multitud —más de 1.000 personas según estimaciones de este periódico- ha prorrumpido en cerrados aplausos. Algunos espontáneos vinculados a la izquierda abertzale han comenzado a corear consignas como Herriak ez du barkatuko ("El pueblo no lo perdonará"), gesto que ha sido cortado de raíz por la misma joven que había hablado al principio: "Ni un grito, por favor, pedimos respeto". Algunos miembros de la cuadrilla de Íñigo Cabacas han seguido encendiendo velas en memoria de su amigo.

"Bueno, esto ha terminado ya, ahora todos tranquilos, a casa o donde queráis, pero ni un grito", ha concluido la chica. Pero los cientos de personas concentradas han tardado en dispersarse, gesto que ha sido muy apreciado por los amigos más intimos de Íñigo, que miraban la multitud con una leve sonrisa triste. "Hay mucha gente, ¿eh?", comentaba uno de ellos, "si él lo viera...". El tráfico en la calle María Díez de Haro, cortado durante más de 40 minutos, se ha vuelto a abrir hacia las 19.45. Los amigos de Íñigo Cabacas se han ido marchando, arropándose los unos a los otros. "Vamos a brindar por él", ha murmurado uno de los jóvenes más afectados mientras se secaba las lágrimas con la manga de la sudadera.

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