Talarn rompe filas

La Academia de Suboficiales de Talarn (Pallars Jussà) está a punto de romper filas. El Ministerio de Defensa prevé dejar la academia sin actividad “temporalmente” a partir del próximo 5 de julio, una vez acabado el curso de la 37 promoción, a causa de los recortes presupuestarios aplicados por el Gobierno del PP.

El complejo militar, el único ocupado que queda en la provincia, es mucho más que un centro de formación de sargentos para el Ejército de Tierra. Desde su creación, en 1974, ha formado a unos 23.000 suboficiales y ha sido referente económico de una comarca con escasas alternativas de negocio.

Las instituciones y partidos políticos de Lleida, incluido el PP, han creado un frente común para defender la permanencia de la academia militar en Talarn. Existe el temor en el territorio de que lo que se anuncia como temporal se acabe convirtiendo en un desmantelamiento definitivo. Los medios de vida de los 14.000 habitantes del Pallars Jussà son la agricultura y los servicios. La academia es uno de sus puntales económicos. No en vano es la empresa más importante de la comarca, de la que dependen unos 800 puestos de trabajo, entre militares y civiles.

“Los militares nos han tranquilizado diciendo que solo es una propuesta”

Antoni P., de 58 años, es uno de los 80 civiles que trabaja en la academia. Lleva 15 años realizando trabajos de mantenimiento y elogia el trato que ha recibido siempre del personal militar. “Mejor que en cualquier empresa”, apostilla. “Ahora tenemos el miedo en el cuerpo, pero los militares nos han tranquilizado diciendo que de momento solo es una propuesta. Si acaba cerrando será un golpe muy duro para la comarca, ya que al no haber ninguna industria nadie encontrará un trabajo en la zona”, señala.

El 50% de los ingresos de muchos negocios de Tremp dependen de los alumnos de la academia y de los familiares que les visitan periódicamente. Si desmantelan el complejo, el impacto económico y social será considerable. Muchas familias tendrán que marcharse a otras provincias y el 15% de la población activa se quedaría sin trabajo.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha reconocido que ha pedido al Ejército de Tierra un informe en el que se especifiquen los centros de formación que no son absolutamente necesarios, así como el grado de utilización de los mismos, con el fin de que los que no lo sean, entre ellos el de Talarn, puedan ser “congelados”. No obstante, la decisión no está tomada.

La delegada del Gobierno en Catalunya, María de los Llanos de Luna, dijo ayer, en declaraciones recogidas por Europa Press, que la academia de Talarn cerrará un tiempo y reabrirá cuando se recupere la situación económica. La voluntad del Gobierno, precisó, es realizar un cierre temporal, dado que no están previstas nuevas convocatorias de empleo, por lo que los nuevos profesionales que se formasen no tendrían salida laboral. Ante un contexto de crisis excepcional, se deben tomar “medidas excepcionales”, apostilló.

La Academia de Talarn representa el 0,0004% del presupuesto de Defensa. Con este argumento, los alcaldes de la zona defienden la continuidad del centro en su actual ubicación. En Tremp nadie olvida que los terrenos fueron adquiridos con donaciones de instituciones y vecinos.

Rafael de Antón, teniente coronel retirado y profesor del centro durante 29 años, cuestiona en un artículo publicado en la prensa local las razones esgrimidas por Fomento para justificar la medida e insinúa que, además de los económicos, puede haber otros motivos “políticos no explicados”.

“De cualquier forma”, señala el militar, “los alumnos tendrán que hacer el gasto en algún sitio, pues tendrán que comer, dormir, vestirse con uniformidad, recibir clases y hacer sus prácticas. Aquí lo tenían todo”.