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FRANCIS DÍEZ | Cantante de Doctor Deseo

“No esperábamos llenar tanto el Arriaga como el Victoria Eugenia”

“Meterse en los teatros era un pastón, pero nos apetecía el riesgo”

Francis Díez, de Doctor Deseo, posa en una plaza de Bilbao.
Francis Díez, de Doctor Deseo, posa en una plaza de Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

Francis Díez no se quita las gafas de sol hasta que el fotógrafo está bien lejos. Sus ojos miran fijamente, desviándose el tiempo justo para buscar el tabaco de liar, y parecen escrutar el efecto que causa cada una de sus palabras en quien escucha. Acostumbrado a teatralizar y a ser el centro de atención, con su decimotercer disco al frente de Doctor Deseo (Al amanecer, seguir soñando) se ha embarcado en la aventura de los teatros para demostrar que tras un cuarto de siglo sobre los escenarios, el grupo sigue reinventándose.

Pregunta. Para conjurar la superstición unida al número 13, en este disco ha estado arropado por muchos amigos...

Respuesta. Sí. Nos gustaba el 13 y decidimos implicar a un montón de gente para que dieran un valor añadido al disco. La premisa que les dimos para inspirarse era la canción que dice “Soñar, desear, atreverse a transformar todo aquello que nos jode”, y de ahí ha surgido un libro-disco de cuentos.

“En un momento de pesimismo creemos que se puede volar, soñar, imaginar”

P. Con dos premios nacionales de literatura, cualquiera...

Perfil

Francis Díez (Bilbao, 1958) es el vocalista del quinteto Doctor Deseo, que publicó su primer trabajo homónimo en 1987. Desde entonces, 13 discos en el mercado avalan una amplia y consistente trayectoria de la que afirma sentirse orgulloso: "Es un oficio que, a juzgar por la gente que vas dejando por el camino, es más bien frívolo, dura poco. Nosotros vivimos al día, ahora mismo nuestro concepto de futuro es la gira. El hilo conductor de estos 25 años es la pasión por la música y, como no, el deseo".

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R. Somos afortunados. A Kirmen Uribe le conozco de cuando empezamos a tocar en el gaztetxe de Ondarroa, el primero que nos admitió cuando no éramos políticamente correctos. Y Bernardo Atxaga vive al lado de Txanpi, nuestro batería, y comparten un adolescente de la misma edad, y parece ser que eso une bastante [se ríe].

P. ¿Sacar un libro-disco es un órdago al sector discográfico?

R. Nos gusta cuidar los detalles, y si vas a hacer un formato físico, hazlo bien. Hoy existen un montón de formatos no físicos. El que quiera eso se lo puede descargar gratuitamente o pagando, allá cada cual. Y el que quiera algo más, pues tiene esto.

P. Es su disco más suave y acústico hasta la fecha. ¿Temían que algunos fans no lo llegasen a entender?

R. Siempre tienes miedo, pero nuestros fans están acostumbrados al eclecticismo. Meterse en los teatros es un pastón, pero es un riesgo que nos apetecía. El formato te permite focalizar la parte más teatral y cabaretera del grupo. Cesar Ibarretxe ha hecho un gran trabajo con la música. Ha conseguido un sonido grande, con esa niebla que lo envuelve todo y, a la vez, con todos los instrumentos en primer plano y la voz cantada prácticamente al oído.

P. De momento han llenado el Arriaga dos días seguidos.

R. Si, y también en el Victoria Eugenia de San Sebastián. No nos lo esperábamos, la verdad.

P. Este disco anima a soñar en un momento de pesimismo.

R. No queda otra. Nuestra sociedad ha estado ante un abismo en otras épocas y ha tendido a replegarse hacia la parte más conservadora. Nosotros creemos que ante ese abismo podemos volar, soñar, imaginar. Mira, la diferencia entre los neandertales y los cromañones, de los que venimos, es que los cromañones estaban en la playa y, aun sin ver lo que había al otro lado, se lanzaban al mar. Les suponía un montón de problemas, pero al final llegaban a algún sitio. Los neandertales, si no veían la otra orilla no se echaban al mar ni de coña. Por eso estamos aquí nosotros y los neandertales no.

P. ¿Hay más motivos que nunca para soñar con la paz?

R. Desde luego, que ETA esté en fase de desaparecer abre unas perspectivas muy amplias a una generación que ha vivido como metida en una trinchera con una visión muy limitada del cielo, marcada por la violencia tanto de un lado como del otro.

P. Nunca hablan de política.

R. No en el sentido de panfleto. Preferimos hablar desde la parte más intima. No somos elementos aislados, lo político es la gestión de lo social y lo social se forma de muchos individuos.

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