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Agricultores ecológicos en red

La Xarxa Llauradora de les Comarques Centrals nace para incentivar el comercio justo

Xavier Mulet, en su huerto.
Xavier Mulet, en su huerto. EMILI MARTÍ

Xavier Mulet era abogado en Valencia. Hace 20 años, cambió su despacho en Benimaclet por una parcela de 10 hanegadas a la sombra del Montgó, donde hoy cultiva verduras y hortalizas cien por cien naturales, sin una gota de residuos químicos. Las vende cada sábado en el riu-rau de su bisabuelo, en Pedreguer. La mayoría de su parroquia la conforman alemanes. “Todavía falta mucha concienciación entre los consumidores de aquí”, lamenta.

Casi las mismas jornadas al sol, sembrando y nutriendo la tierra, lleva Lola Martí, una de las pocas mujeres entregadas a este oficio y una de las más veteranas. Y muchas más aún, Lluís Blasco, quien se dedica a la agricultura ecológica desde 1980 y destina a la exportación el 98% de su cosecha de cebollas tiernas orgánicas, mucho más fáciles de comprar en un bioladen de Múnich o Berlín que en Carrícola, de donde proceden.

“Hemos hecho muchos intentos de movernos hacia el mercado nacional, pero todos han fracasado”, afirma Blasco. Y añade: “Quizás ha llegado el momento de adaptar el sistema de producción y dirigirlo hacia un consumidor mucho más cercano”.

Lola Martí, Xavier Mulet y Lluís Blasco son ejemplos de agricultores vocacionales que defienden un modelo de agricultura sostenible de cultura local, respetuosa con el medio ambiente y heredera de técnicas tradicionales. Los tres, junto a una docena de pequeños productores de La Marina, La Costera, La Safor, El Comtat y La Vall d’Albaida, han creado la Xarxa Llauradora de les Comarques Centrals, una plataforma abierta y en construcción desde la que pretenden incentivar el comercio justo de productos biológicos, locales y de temporada.

“Hemos aprendido que el trabajo colectivo y en red es el único camino que nos queda a los productores locales para hacer frente a la agroindustria alimentaria”, asegura Xavier Mulet. Y desde Gandia, Cento Borrull añade: “Necesitamos hacernos visibles, darnos a conocer, que la gente sepa que puede comprar productos biológicos cerca de sus casas, sin pasar por intermediarios”.

“El precio de la fruta siempre es el mismo, mientras que el del gasoil no deja de subir. Necesitamos sumar fuerzas, generar sinergias de apoyo, aumentar nuestra capacidad de provisión de productos y fidelizar a nuestros clientes”, resume Pepe Ferrándiz, cuya actividad se centra en el cultivo de manzanas y la producción de aceite y vino ecológico.

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Los extranjeros son los primeros compradores de estos productos

Además de desarrollar estrategias de cooperación y promover el intercambio de productos entre sus miembros, la Xarxa Llauradora se ha marcado como uno de sus objetivos prioritarios realizar una tarea divulgativa y concienciadora entre la ciudadanía. “Queremos dar a conocer entre la gente los principios de la agricología, el comercio justo, el consumo crítico y la soberanía alimentaria”, apunta José Manuel Bisseto, otro de los miembros de la asociación y responsable de Agricología, un proyecto de recuperación de bancales abandonados y educación ambiental en la Marina.

“Haremos todo lo posible por sensibilizar a la población con charlas, exposiciones, publicaciones y guías didácticas, por crear grupos de consumo ecológico y por mantener viva la cultura agrícola que hemos heredado” concluye Bisseto.

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