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ENTREVISTA

"Un político tiene que ser ejemplar"

El portavoz del PP en la Asamblea del Madrid quiere que "el diálogo y el consenso" sean su legado

Iñigo Henríquez de Luna, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid.
Iñigo Henríquez de Luna, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid. SAMUEL SÁNCHEZ

Íñigo Henríquez de Luna (Madrid, 1964) pretende que “el diálogo y el consenso” sean su legado como portavoz del PP en la Asamblea de Madrid. Los partidos del Atlético le sirven para evadirse y disfrutar de lo imprevisible que es la vida. A sus 47 años, también le relaja cazar alguna liebre o perdiz, “con la compañía de mi perro y la escopeta al hombro como escribe Miguel Delibes”, por Campo de Criptana, en Ciudad Real.

Pregunta. ¿Es el neoliberalismo el Gran Satán? Así es como lo denomina la izquierda.

Respuesta. La izquierda española, particularmente en Madrid, tiene un problema ideológico y político grave. Se ha quedado anclada en los años ochenta. La sociedad madrileña ha cambiado mucho, ha evolucionado, mientras el PSM ha mantenido un discurso muy cerrado e inmovilista. Y muy incoherente en muchos casos. Su secretario general, el señor Tomás Gómez, tan pronto está a favor de la bajada de impuestos y de la eliminación del impuesto de patrimonio como de repente pide y exige lo contrario. Tan pronto defiende la gestión pública cuando privatizó todos los servicios que pudo como alcalde de Parla.

P. No parece muy positiva su percepción del mundillo en que se mueve.

R. Creo que nos falta madurez democrática, los partidos políticos estamos muy encastillados en nuestros propios intereses. Lo que menos me gusta de la política es lo poco que somos capaces de ponernos de acuerdo entre nosotros mismos. Esa mala imagen que tenemos los políticos, el tercer problema del país según las encuestas del CIS... Somos los que más ayudamos a que sea así. Muchas veces somos los primeros que, sin pruebas como puede ser una investigación oficial, nos lanzamos a cortar la cabeza del rival, al que vemos más como un enemigo que como un adversario.

P. Ahí tenemos el caso de Trinidad Rollán, exsecretaria de Organización del PSM, o el suyo, cuando fue imputado en el caso Becara, sobre la concesión de licencias de negocios.

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R. He tenido la mala experiencia personal de estar tres años metido en una causa penal por una falsa imputación que intentaron vincular al caso Guateque. Se inventaron una película sin pies ni cabeza, no aportaron una prueba, y el pasado junio, cinco minutos antes de tomar mi acta de diputado, recibí el archivo y sobreseimiento de las acusaciones, lo cual no suele ser habitual en un procedimiento penal. A lo mejor tengo una visión distinta porque he visto el problema desde los dos lados, pero hay imputados e imputados. No se puede generalizar. Muchas veces alimentamos un juicio mediático paralelo muy injusto. La señora Rollán había sido condenada por prevaricación por el TSJM, pero el Supremo la ha absuelto y no la deseo ningún mal. Dicho esto, Gómez ha acusado a Ignacio González de poseer una casa cuya propiedad niega el vicepresidente regional, basándose únicamente en una serie de informaciones no contrastadas.

P. En aras de la transparencia, ¿no ayudaría poder conocer el patrimonio de los diputados?

R. A los ciudadanos no les importa conocer el patrimonio de los políticos, lo que les interesa es que los políticos no nos enriquezcamos en el ejercicio de nuestras funciones. Ya sé que en el Congreso se hizo, pero ocurrió porque el señor José Bono tuvo una serie de problemas e investigaciones sobre su patrimonio y decidió impulsar una modificación del reglamento. Hubo un gran ejercicio de cotilleo público sobre lo que se tenía o dejaba de tener. El que tenía mucho, porque tenía mucho; y el que no tenía nada, porque a ver quién se creía que tenía tan poco. Frente a ese ejercicio de exhibicionismo, el PP tiene en tramitación una modificación del reglamento de la Asamblea para que además de una declaración de bienes al inicio de la actividad parlamentaria se haga otra al final del mandato. Y si se produce un enriquecimiento patrimonial, que se justifique notarialmente.

P. Ha renunciado al coche oficial que le corresponde como portavoz, igual que el representante de UPyD, Luis de Velasco. Muchos de sus colegas de la Asamblea les acusan de demagogos.

R. El coche oficial puede tener un sentido en muchos cargos públicos, como el de la presidenta y los consejeros, que están moviéndose constantemente y tienen una agenda muy apretada. El resto de parlamentarios regionales no tienen coche oficial, como los diputados en el Congreso y los senadores. Estamos viviendo tiempos muy difíciles. Claro que el coche oficial me facilitaba la vida, pero los ciudadanos necesitan que sus representantes den ejemplo. Y que se apliquen medidas de austeridad ante los sacrificios que se piden a la gente. Un político tiene que ser ejemplar, la gente tiene una imagen de la política con muchas prebendas y privilegios. No creo que sea así. Las remuneraciones que cobran los parlamentarios regionales son muy inferiores de las de otras comunidades. Además, se han hecho bajadas de sueldo de entre un 15% y 17%. Lo que sí creo es que hay una cierta desafección porque los ciudadanos nos ven todo el día en la trinchera ideológica. Perciben que nunca somos capaces de llegar a un acuerdo. Y eso es malo.

P. ¿Cómo encauzar unos hábitos que se remontan al principio de los tiempos?

R. Tendiendo puentes, con una actitud dialogante y de acercamiento con los otros grupos. Evidentemente, no todos tenemos la misma ideología, pero debemos llegar a un mínimo común denominador en cuestiones como la reforma de la Ley Electoral. Ahora mismo, los 129 parlamentarios representan a 5,6 millones de madrileños, pero no hay vínculos directos, una interlocución suficientemente clara. En nuestra reforma proponemos un sistema mixto, adaptando a la Comunidad el modelo alemán, para que una parte de los representantes políticos se elijan directamente en circunscripciones uninominales por los ciudadanos y otra parte de la forma tradicional... Aunque las listas cerradas y bloqueadas hayan hecho que, al final, los ciudadanos no nos conozcan. Sería bueno que una parte de los diputados haga esa labor de representación directa, que la calle vea de verdad un interlocutor al que acudir.

P. Otro problema que están abordando es el de las duplicidades de competencias.

R. No tiene ningún sentido que distintas Administraciones compitan en la prestación de los mismos servicios. El mantenimiento de los servicios públicos depende de hacerlos más eficientes y de evitar esos solapamientos y duplicidades. España tiene casi los mismos Ayuntamientos que Alemania con la mitad de población. Por eso se están valorando soluciones como que algunos municipios se fusionen o acaben mancomunándose.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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