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Estorninos sobre casas de papel

Una muestra funde en Córdoba la escultura de Juan Serrano con la pintura de Gómez Losada

Los artistas Juan Serrano (izquierda) y Miguel Gómez, protagonistas de la muestra Ensamble en la galería cordobesa Cardenal Salazar
Los artistas Juan Serrano (izquierda) y Miguel Gómez, protagonistas de la muestra Ensamble en la galería cordobesa Cardenal SalazarF. J. Vargas

Hace un año, Juan Serrano y Miguel Gómez Losada solían sentarse juntos a desayunar en la cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba. Entre estudiantes que iban y venían, y con las manos sucias de pintura, los dos artistas compartieron numerosos recesos. Ambos se encontraban inmersos en sendos murales que iban a dar vida a la nueva ampliación de la biblioteca del centro. Serrano (Córdoba, 1929), integrante del Equipo 57 que revolucionó la vida cultural de Córdoba hace casi 60 años, jugaba con las formas geométricas que marcan buena parte de su carrera. Gómez Losada (Córdoba, 1967) volvía a perderse en las selvas vegetales, enmarañadas y vivas, que le persiguen desde hace años.

De aquellos cafés, de las charlas y las risas, ha nacido un nuevo proyecto que aúna las vivencias arquitectónicas de Serrano, con el mundo orgánico de Losada. Ensamble sirve, además, para inaugura la nueva sala expositiva de la Facultad de Filosofía y Letras, Las galerías del cardenal Salazar. La exhibición la componen obras de los dos artistas, algunas de ellas realizadas conjuntamente.

La amistad entre los creadores plásticos se remonta a antes de este proyecto. Comenzó con la plataforma cívica que se opuso a la construcción de una torre de oficinas junto a la Judería de Córdoba, en 2005. Allí coincidieron ambos. Desde entonces, sus caminos se han cruzado en distintas ocasiones, “forjándose una simpatía humana y artística, un agrado el uno por el otro”, explica el propio Gómez Losada. “Estoy absolutamente abrumado y agradecido por el hecho de que una persona con la trayectoria de Juan Serrano quiera trabajar conmigo en este matrimonio artístico”.

Ensamble no es una muestra demasiado grande, pero encaja con la galería, ubicada en un  hospital del siglo XVIII

“Le propuse a Miguel que trabajásemos juntos no solo porque nos llevamos muy bien, sino porque representamos dos tendencias muy distintas. Mi parte más geométrica y constructiva que tengo ahora, en la que construyo recintos en los que se pueda caminar y su mundo más orgánico”, explica Serrano.

Ensamble no es una muestra demasiado grande, pero encaja perfectamente con la galería, ubicada en un antiguo hospital del siglo XVIII. Las esculturas de Serrano juegan con el espacio, invitan a recorrerlo y marcan las lindes. Están, además, construidas con materiales de la naturaleza, como la madera y el papel vegetal traslúcido, huyendo lo más posible de lo artificial. “Estaba cantado que yo interviniera en esas superficies. Era lo mismo que yo había hecho en el mural de la biblioteca de la facultad, pintado sobre cristal para que dejase pasar la luz, para que esta actuase como un color más. Pero es que la propia naturaleza del papel vegetal enlaza con lo orgánico de mi obra”, destaca Gómez Losada.

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El principal problema artístico con el que han lidiado los artistas ha sido el equilibrio de medidas

La simbiosis se materializa en una de las piezas de Serrano, “cuya forma más orgánica admite el tratamiento de lo que hace Miguel y se conjugan perfectamente, no como un añadido, sino como algo que se ha concebido así. Yo hago la base, él la epidermis”, sintetiza el escultor.

El principal problema artístico con el que han lidiado ha sido el equilibrio de medidas. La solución vino marcada por dos puntos de partida. Los artistas tenían claro la necesidad de otorgar un aire vegetal a las piezas. Y Losada coincidió en que la solución pasaba por dotar a las piezas de Serrano con “unidades vegetales casi abstractas”. “Unidades que iban construyendo formas, como las que generan los estorninos cuando vuelan todos a la vez y producen condensaciones negras que luego se abren en el cielo”, explica el pintor. Supone “lo que el poeta Pablo García Casado llama ‘Las afueras’, ese punto donde la ciudad y el campo se tocan. Ese es el Ensamble”, sintetiza Losada.

 

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