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Comenzar a delinquir a los 16 años

Los menores reincidentes son un grupo caracterizado por el fracaso escolar prematuro y un bajo o nulo apoyo familiar

La mayoría de los menores que acaban ante un juez en el País Vasco solo lo hace una vez. En 2011, únicamente el 13% acumulaba más penas, lo que supone una mejora con respecto a los últimos años, ya que en 2009, por ejemplo, esa ratio se situaba en un 21%.

En el caso de los reincidentes, los expertos indican que se trata de un grupo caracterizado por el fracaso escolar prematuro y un bajo o nulo apoyo familiar. Los datos a los que ha tenido acceso EL PAÍS concluyen que la iniciación a la delincuencia entre los menores vascos arranca a los 16 años.

“Lejos de los estigmas o prejuicios sociales que podemos tener, el perfil del menor delincuente en el País Vasco es el de un hombre autóctono con una edad media de 16 años, que vive con su familia de origen, que en el momento de cumplir las medidas ni estudia ni trabaja y en el que ha fallado la prevención”, sostiene el presidente de la Asociación Vasca de Criminólogos, Antonio García.

Para la fiscal delegada de Menores en Álava, Carmen Cotelo, “el nacimiento de un joven infractor puede derivarse de las más variadas causas, como la existencia de problemas en la escuela, el consumo de tóxicos o la falta de autoridad de los padres para responder ante los actos desajustados de sus hijos”. “La sociedad debe estar preparada para reconocer que la delincuencia juvenil es un fenómeno que existe y existirá”, añade.

El profesor de Derecho Penal Xabier Etxebarria matiza: “Es cierto que habitualmente cuando hablamos de delitos de menores, la mayoría son muy leves. Siendo conscientes de ello, si determinados sucesos graves choca que los realice un adulto, impacta más aún si el protagonista de la infracción es un menor”.

Euskadi guarda aún en la memoria dos crimenes de 2011, del primero de los cuales se acusa a un menor y otro ya juzgado. Por un lado, la muerte de Amaia Azkue hace algo más de un año en Zarautz está pendiente de sentencia tras la reciente vista celebrada en el Juzgado de Menores de San Sebastián. La fiscalía y la acusación particular piden la pena máxima para el joven que supuestamente cometió el crimen cuando tenía 17 años: una década de cárcel, cinco años de libertad vigilada y una orden de alejamiento de la familia de la víctima.

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Más lejano en el tiempo y ya con sentencia firme, se encuentra el crimen cometido por otro menor de 17 años el pasado junio en Portugalete. Justo antes de cumplir la mayoría de edad, Ismael Q. mataba a martillazos a su madre y a su hermano pequeño bajo la influencia de una “esquizofrenia paranoide”, según concluyó la sentencia del Juzgado de Menores número 1 de Bilbao. Ahora cumple ocho años de internamiento en un centro terapéutico.

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