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arte

Zuloaga se reinventa

El museo reabre sus puertas para relanzar la obra del pintor

La nueva entrada del Museo Zuloaga, en Zumaia, es obra del artista Unai Gabilondo.
La nueva entrada del Museo Zuloaga, en Zumaia, es obra del artista Unai Gabilondo.JESÚS URIARTE

Sin pompa ni publicidad. El Espacio Zuloaga, el renovado museo dedicado al pintor guipuzcoano Ignacio Zuloaga (Eibar, 1870-Madrid, 1945), ubicado en Zumaia, reabrió ayer sus puertas discretamente con la pretensión de iniciar una nueva etapa para divulgar la obra y vida entre las nuevas generaciones de uno de los más importantes artistas de finales del siglo XIX y principios del XX.

Su propietario Rafael Suárez Zuloaga, a quien le ha correspondido el museo y parte de la colección de las obras de su abuelo tras el polémico reparto de la herencia entre los tres nietos, quiere a partir de ahora “potenciar la figura del artista, si es posible con la adquisición de más obras”, según fuentes del museo. El fondo artístico con el que cuenta la nueva dirección —entre 40 y 50 obras, además de cuadros de otros pintores— permitirá exposiciones temporales tanto del artista eibarrés como de amigos coetáneos.

En esta nueva andadura, el museo capitaneado por Rafael, que sustituye a su hermana María Rosa, anterior directora y actual responsable del Museo Zuloaga en Pedraza de la Sierra (Segovia), buscará la colaboración de otras entidades privadas y públicas para la promoción de artistas contemporáneos y la organización de eventos especiales en su entorno natural. En los próximos días, la obra Los amigos será cedida a un museo de Alemania.

La remodelación se ha llevado a cabo “sin prisas” en los últimos seis meses, según el equipo de colaboradores. La verja que delimita el conjunto del espacio cultural compuesto por el estudio-taller, la ermita y la sala de la colección histórica, está diseñada por Unai Gabilondo. La obra simula marcos de madera superpuestos que dotan al entorno de aire fresco.

El tríptico del siglo XIV que representa la coronación de la Virgen ha pasado de la ermita a la sala donde se encuentran las obras de otros artistas coetáneos que Zuloaga coleccionó a lo largo de su vida. Se pueden ver desde un bodegón de Juan van der Hamen a esculturas de Rodin, amigo íntimo del artista. Además de la restauración de algunos cuadros se ha modificado la luz para que ésta este dirigida a las obras.

En el sala donde se encuentra el estudio-taller se realizarán las exposiciones temporales. En esta estancia se exhiben obras del artista del siglo XIX que no han sido expuestas en el museo, entre las que destaca El forjador herido. Un retrato de Lucía, hija del pintor, preside la sala. Además, se puede ver la cama donde descansaba el pintor, utensilios de trabajo y antiguas fotografías. De momento, el museo solo abrirá de viernes a domingo de cuatro a ocho de la tarde.

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