_
_
_
_
_

El éxito del paro se vio en la calle

“El PP quiere acabar con lo que tanto tiempo nos ha costado conseguir”, claman los trabajadores La jornada fue particular: todos los actores implicados se mostraron satisfechos con el seguimiento del paro

La columna de manifestantes contra la reforma laboral a su paso por la calle Xàtiva de Valencia.
La columna de manifestantes contra la reforma laboral a su paso por la calle Xàtiva de Valencia. CARLES FRANCESC

La expresión de rechazo a la reforma laboral se reflejó en las calles. Y a tenor de las decenas de miles de personas que salieron a manifestarse en Valencia, Alicante y Castellón, el rechazo es masivo. Porque, con más de 150.000 ciudadanos protestando por la tarde, se encuentran entre las marchas más multitudinarias que han recorrido las tres capitales de la Comunidad Valenciana, a las que hay que añadir las de Elche y Alcoi.

El seguimiento de la huelga fue más industrial que general. En las grandes industrias y en los polígonos fue masivo, al igual que en el transporte y, en buena medida, en la educación pública. Sin embargo, muchos ciudadanos no tuvieron la percepción de un paro generalizado porque el comercio apenas se sumó a la convocatoria y lo mismo ocurrió en el sector sanitario. En ese sentido, el seguimiento de la huelga fue, en líneas generales, moderado.

La jornada fue tan particular que todos los actores implicados —sindicatos, Administración y organizaciones empresariales— se mostraron satisfechos con el seguimiento del paro.

Los manifestantes durante la marcha de Alicante.
Los manifestantes durante la marcha de Alicante.PEPE OLIVARES

Las masivas manifestaciones se nutrieron también de muchos trabajadores que no habían secundado la huelga. Si resulta difícil cuantificar el malestar que produce la reforma laboral durante la mañana en los centros de trabajo, ya por la tarde, la manifestación convocada a nivel estatal por los dos principales sindicatos CC OO y UGT, y secundada en la Comunidad Valenciana por el resto de las centrales sindicales, sí que consiguió evidenciar la oposición a las drásticas medidas tomadas por el Gobierno de Mariano Rajoy para afrontar la crisis, sustanciadas en recortes laborales.

Así, tras la pancarta con el lema “Quieren acabar con los derechos laborales y sociales; quieren acabar con todo” que abría la marcha de Valencia, se aglomeraron alrededor de 85.000 personas. Los portavoces sindicales explicaron que la huelga y la manifestación solo eran el primer paso de un proceso “intenso y sostenido” en contra de las medidas que ha aprobado el Gobierno.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En la marcha también se protestó por los recortes en materia educativa o las pensiones. Alicante, al igual que Castellón, vivió una de las manifestaciones más importantes de su historia con más de 50.000 y 15.000 participantes, respectivamente. En Elche salieron a la calle más de 10.000 personas y en Alcoi fueron varios miles los manifestantes.

El sector educativo estuvo muy presente en las marchas, como en Castellón.
El sector educativo estuvo muy presente en las marchas, como en Castellón.ÁNGEL SÁNCHEZ

La contestación en la calle a la reforma laboral del PP reunió a más de 150.000 personas, ya que, aparte de las tres grandes capitales, hubo nutridas protestas en Elche, Alcoi, Orihuela y Dénia. En la protesta de Valencia, donde se superaron las 85.000 personas, cuando toda la explanada del paseo de la Alameda estaba llena, la cola de la manifestación todavía salía de la plaza de San Agustín, atiborrando las calles de Xàtiva, Colón, Navarro Reverter y el puente de las Flores. Los sindicatos convocantes cifraron la participación en 250.000 ciudadanos. La policía local en 35.000. A la protesta también se sumaron destacados políticos de la oposición al PP, como Jorge Alarte (PSPV), Marga Sanz (EU) o Joan Ribó (Compromís).

“Estoy contra la reforma laboral y contra la cascada de recortes y retrocesos que estamos sufriendo. Pero, sobre todo, estoy aquí porque veo necesaria la desobediencia”, explicaba Óscar Martínez, un parado de 43 años.

Pitos ante la Delegación del Gobierno en Valencia.

En Alicante, cuando la cabecera de la protesta había cubierto el itinerario, todavía había personas que no habían iniciado el recorrido. Los sindicatos estimaron el seguimiento en 100.000 personas y la policía lo cifró en unas 40.000.

Los sindicatos admitieron que a la marcha se sumaron muchas personas que no secundaron la huelga general, y entre estos últimos destacó el colectivo de jubilados y pensionistas, como María y Carmen, vecinas de Alicante y Valladolid: “El Gobierno dijo que no iba a subir los impuestos y lo ha hecho y ahora quiere acabar con lo que tanto tiempo nos ha costado conseguir a los trabajadores”, comentaron. Pero con todo, el grueso de los manifestantes estaba integrado por trabajadores que sí secundaron el paro general. “He sido la única conductora de Correos que hecho huelga, y estoy aquí por motivos obvios”, dijo Maricarmen.

En Castellón, más de 15.000 personas (50.000 según los sindicatos y 10.000 según la policía) colapsaron ayer el centro. “Soy funcionario de policía y no he hecho huelga porque no podía”, comentó un manifestante, “ahora me manifiesto porque la reforma se extralimita en los medios que pone para hacer frente a la crisis, cargando sobre la clase más desfavorecida”. Elisa Roig, profesora, explicó que en su centro sólo han hecho huelga 14 de los 40 profesores. “No todos pueden permitirse el lujo de renunciar a 100 euros, pero aquí veo a muchos de los que no han hecho huelga”, dijo.

Mari Carmen se manifestó con una pancarta en la que reivindicó que es autónoma y que también hace huelga. “Estamos todos en el mismo mercado”, afirma, “con esta reforma se abarata todo y al final no podemos competir”.

Información elaborada con aportaciones de Federico Simón, Alberto García, Rosa Biot y Lorena Ortega.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_