Campus desiertos y hospitales en calma

Los campus universitarios amanecieron el 29-M desiertos. El movimiento estudiantil, tradicionalmente combativo, se personó este jueves en los puntos calientes de la ciudad de Valencia donde los piquetes de los sindicatos de la enseñanza tenían programados cortes de carretera para evitar el acceso a las universidades. La parálisis de las actividades académicas fue visible en prácticamente todas las facultades de las cinco universidades públicas de la Comunidad Valenciana. En Valencia, incluso, cerraron sus verjas de manera simbólica varias facultades históricamente reivindicativas como la de Geografía e Historia, en el céntrico campus de Blasco Ibáñez, convertido en punto de encuentro de sindicatos y estudiantes hacia las diez de la mañana.

Desde allí, en torno a un millar de congregados emprendió una marcha hasta la Delegación del Gobierno, donde confluyeron hacia el mediodía todos los piquetes informativos desplegados durante la noche de CC OO, Fete-UGT, el STEPV y la CGT y universitarios como A Contracorrent.

"Estoy aquí porque yo

La guerra de cifras, habitual entre las centrales y la Administración, arrojó saldos diferentes. Los sindicatos cifraron el seguimiento entre el profesorado del sector público en el 60%, mientras que Gobernación lo rebajó al 36%, en el caso de los maestros de Infantil y Primaria, y al 33% entre los profesores de Secundaria y FP. Entre el alumnado, los estudiantes de enseñanzas medias vaciaron, prácticamente, las aulas. La mitad de los niños de 3 a 12 años se quedó en casa.

En la red privada, la mayoría de centros concertados visitados destacaron la “absoluta normalidad” de la jornada. El seguimiento del profesorado osciló entre el 4% en Primaria y el 7% en Secundaria. Aunque en algunos colegios privados de las afueras de los núcleos urbanos la huelga del transporte escolar contribuyó a que la presencia del alumnado fuera menor.

La parálisis en todos los campus e institutos públicos y, en menor medida, en los colegios concertados y privados, contrastó con la normalidad y la calma con la que se vivió la jornada en los hospitales y centros ambulatorios después de que muchos usuarios optaran por no acudir salvo que se tratara de una situación de urgencia. El paro fue del 55% según los sindicatos, y del 16% según el Consell.

"Me acabo de enterar de que hay huelga por los muchachos", comenta un usuario del Clínico

Una celadora del Clínico de Valencia, con 40 años de trabajo en turnos rodados de ocho de la mañana a tres de tarde y de diez de la noche a ocho de la mañana, aseguraba: “No ha habido ningún problema. Ni ha habido piquetes”. Más tranquilo aún lo vivió F. J., un usuario que pasó la noche entera en este hospital porque su padre está ingresado. “Aquí está todo normal”. Tanto que ni siquiera sabía que se había convocado una huelga general: “Me acabo de dar cuenta porque están los estudiantes allí enfrente”. El Hospital Clínico se encuentra situado en el campus universitario de Blasco Ibáñez.

Un punto de vista opuesto al de José, estudiante de Químicas de la Universitat de València: “Estoy aquí porque yo sin derechos no trabajo y la reforma laboral del Gobierno es un paso atrás en los derechos laborales adquiridos, como la negociación colectiva y la jornada laboral de ocho horas”.