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El paro más general desde el 14-D

El seguimiento resultó mayoritario en la industria, el comercio, el transporte y el sector público

Mikel Ormazabal
Martin Garitano y Juan Karlos Izagirre, en la manifestación de las centrales abertzales en San Sebastián.
Martin Garitano y Juan Karlos Izagirre, en la manifestación de las centrales abertzales en San Sebastián.JESÚS URIARTE

La patronal Confebask consideró que el respaldo fue “desigual”, pero cifró en un 60% el paro registrado en la industria, el nivel más alto de las últimas ocasiones.

La actividad fue muy escasa en las grandes empresas y los polígonos

La actividad fue escasa en las grandes empresas y los principales polígonos industriales. Algunas compañías de menor tamaño lograron sacar alguna producción trabajando con la puerta echada. En las cooperativas el seguimiento de la huelga fue muy alto. El sector de la construcción también se vio muy afectado durante todo el día. La mayoría de los centros comercios de las capitales y grandes cadenas de distribución no consiguieron abrir sus puertas, y en los establecimientos de menor tamaño, así como en bares y restaurantes, muy vigilados por los piquetes informativos, tampoco pudieron funcionar como un día normal. El transporte público funcionó con los servicios mínimos. En muy pocos centros educativos públicos hubo clase y en Osakidetza se cumplieron los servicios esenciales... En la sede central del Gobierno vasco solo trabajó un tercio del personal, según datos oficiales, mientras que en los Ayuntamientos y las Diputaciones la huelga se hizo notar incluso en un mayor porcentaje.

En la guerra de cifras, los sindicatos calcularon que el 87% del sector industrial paró, mientras que los empresarios rebajaron esa cifra al 60% —el 65,5% en las grandes factorías— para restar efectividad a la convocatoria. Y según el balance dado a conocer al mediodía por el Gobierno vasco, el 63% de los trabajadores secundó la huelga.

Las organizaciones sindicales, que esta vez hicieron coincidir la protesta en un mismo día, no dudaron en calificar de “éxito total” el respaldo recibido.

INDUSTRIA | Escasa actividad

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La industria, el termómetro que permite medir el resultado de una huelga general, notó ayer de forma notable los efectos de la protesta sindical. El seguimiento del paro fue muy alto en casi todos los sectores y en las tres provincias. Las dos principales factorías vascas, Mercedes Benz y Michelín, ambas en Álava y con más de 3.000 empleados cada una, vieron reducida su plantilla hasta en un 90% en el primer caso y alrededor del 65% en el segundo. Fueron los datos ofrecidos por los sindicatos, dado que la patronal territorial SEA, que denunció la fuerte presión ejercida por los piquetes en este sector, no contabilizó las mencionadas compañías.

De las 541 medianas y grandes empresas que controlaron los sindicatos para conocer el alcance de su convocatoria, comprobaron que en 470 se logró un seguimiento medio del 87%. La actividad fue como un día normal en apenas el 2,6% de las compañías, según el balance de los convocantes. Para Confebask, la respuesta de los trabajadores de la industria fue “inferior” a la que esperaban los sindicatos, aunque reconoció que llegó al 60% en los tres territorios. Cifras algo superiores —el 63%— aportó el Gobierno vasco, que anotó una mayor incidencia en las empresas de Bizkaia. En este territorio, la actividad en compañías de referencia, como Olarra, ITP, Arcelor, Nervacero, Productos Tubulares, Sidenor o ABB apenas hubo actividad, según informó UGT. Los principales polígonos industriales bajaron notablemente su actividad y en algunos talleres pudieron sacar adelante sus pedidos trabajando a puerta cerrada.

Los datos de la demanda eléctrica muestran la amplitud del seguimiento de la huelga, sobre todo en la industria: hasta un 48,8% menos a las nueve de la mañana de la demanda prevista por Red Eléctrica para una jornada laboral normal (1.139,8 MWh frente a los 2.334,7 MWh previstos). El consumo real era a esa hora inferior en un 31,7% a la de un domingo de principios de abril del año pasado tomado por Red Eléctrica como referencia.

TRANSPORTE | Solo servicios mínimos

Hubo transporte público de viajeros gracias a los servicios públicos. Renfe, Feve o Metro Bilbao, que concentran la mayoría de los desplazamientos a diario en medios públicos en Euskadi, funcionaron con servicios públicos, al igual que la mayoría de las líneas de autobuses interurbanas. Metro Bilbao señaló que la jornada se estaba desarrollando con normalidad y ausencia de incidentes. Se respetaron los servicios acordados y se reforzaron “algo más” en las primeras horas de la huelga. Otro tanto ocurrió con los tranvías de Bilbao y Vitoria. Al no existir gran demanda de los viajeros, estos medios de transporte tampoco sufrieron grandes aglomeraciones. Los taxistas, en un número muy inferior a un día laboral, notaron el bajón de la actividad.

Los servicios de EuskoTren y EuskoTran afectados por la convocatoria fueron los tranvías de Vitoria y Bilbao, el servicio ferroviario Lasarte Oria-Hendaia y la línea Bilbao-San Sebastián, entre otros.

El comité del aeropuerto de Loiu denunció por la mañana que se estaban incumpliendo los servicios mínimos y que se estaban autorizando vuelos sin que existiera personal suficiente para atenderlos con un adecuado servicio. Los trabajadores alertaron incluso de que se estaba “poniendo en riesgo la seguridad” de los viajeros. Los sindicatos criticaron que la dirección del aeródromo vizcaíno permitió que entraran tres vuelos que no estaban contabilizados como protegidos por Fomento.

El transporte de mercancías también notó en gran medida los efectos de la huelga. El seguimiento en los puertos de Bilbao y Pasaia fue mayoritario, según apuntaron las centrales. LAB indicó que el seguimiento en los de Santurtzi, Ondarroa y Lekeitio fue del 100%. El Gobierno cifró la incidencia en el transporte en el 77% en el conjunto del País Vasco.

SANIDAD | Disparidad en las cifras

Los sindicatos sanitarios cifraron los paros de ayer en el sector en un 75%, “un rotundo éxito”, una jornada de movilizaciones “que no se había dado en el sector desde hace años”, según el comunicado que emitieron SASTE, SME, FFHE, SAE y UTESE, que convocaron huelga de forma paralela a la convocatoria de las grandes centrales. La cifra ofrecida por las centrales contrasta con el 49,9% que anotó el Gobierno en Osakidetza. Los sindicatos acusaron al Ejecutivo de hacer “grandes esfuerzos por ocultar los datos reales de seguimiento de la jornada de huelga”.

Los grandes hospitales de Euskadi —Cruces, Donostia, Basurto, Galdakao, Txagorritxu y Santiago—, tuvieron la mitad de los efectivos, y se llegó al 90% en los centros de Alto Deba, Zumárraga y Mendaro. En Txagorritxu, Zumárraga o Galdakao se paralizaron los servicios de radiología y análisis clínicos.

La huelga, según las centrales, se notó de forma “contundente” en todos los ambulatorios y centros de salud, que trabajaron con servicios mínimos. “En muchos se han atendido exclusivamente las urgencias”, explicaron los sindicatos. En los servicios de Salud Mental, los paros fueron secundados por el 85% de los trabajadores.

Los sindicatos además se felicitaron por la participación de 500 asistentes a las convocatorias específicas celebradas en Bilbao y en San Sebastián para protestar por la situación del sector.

COMERCIO | Casi todo cerrado

Las grandes superficies cerraron “casi en su totalidad”, según los datos que manejaban los sindicatos nacionalistas. El Corte Inglés de Bilbao abrió sus puertas al público, aunque las cerró puntualmente al paso de las manifestaciones sindicales o por la presencia de piquetes informativos en la Gran Vía bilbaína. A las 10.00, este gran establecimiento tenía en sus puestos a la práctica totalidad de sus empleados, que lograron acceder gracias a las medidas de seguridad que ofreció la Ertzaintza, señaló un portavoz. Sin embargo, fue un día atípico para El Corte Inglés porque no pudo atender a sus clientes con normalidad porque abrían y cerraban por la mañana en función del paso de los representantes sindicales.

El mercado central de San Sebastián vio “prácticamente parada” su actividad. Mercabilbao se mantuvo abierto durante toda la noche anterior a la huelga, lo que permitió que entraran los camiones de forma “normalizada”, aseguró la dirección de la plataforma de distribución alimentaria. Aún así, llegaron un 13% menos transportistas que el jueves de la semana pasada.

En el sector minorista de comercio y de hostelería, el paro fue seguido de forma “muy mayoritaria”, prácticamente total en Gipuzkoa y algo menor en Bizkaia y Álava.

SERVICIOS | Amplio seguimiento

Las centrales apuntaron que el seguimiento de la protesta fue “prácticamente total” en la limpieza viaria y de edificios y locales, así como en los servicios de OTA. En el sector de gasolineras la participación fue “muy generalizada”, según los sindicatos nacionalistas.

En los bancos no hubo una respuesta tan alta y el seguimiento fue “parcial”, admitieron los convocantes. No obstante, aseguraron que los trabajadores accedieron a sus puestos sin poder dar atención a sus clientes porque la mayoría de las sucursales estaban cerradas al público.

EDUCACIÓN | Respaldo casi pleno

La educación pública paró en un 86,78%, según el Gobierno vasco, mientras que para los sindicatos nacionalistas el paro fue “absoluto”. Y los centros universitarios de los tres territorios estuvieron cerrados a cal y canto. En las escuelas públicas y concertadas, así como en haureskolak y guarderías municipales, solo acudió una persona para garantizar el acceso de los alumnos a los centros.

ADMINISTRACIÓN PÚBLICA | Por encima del 70%

Siete de cada diez empleados públicos del Gobierno vasco se quedaron en casa. El viceconsejero de Función Pública, Juan Carlos Ramos, informó de que entre el personal de Justicia se llegó al 77,64%, y alcanzó el 67,44% en el Departamento de Interior.

Para los sindicatos nacionalistas, el paro en Ayuntamientos y Diputaciones fue “total”. Los gobernados por Bildu ya anunciaron días atrás que iban a secundar la protesta. Martin Garitano, diputado general de Gipuzkoa, y Juan Karlos Izagirre, alcalde de San Sebastián, hicieron visible su adhesión acudiendo a la manifestación celebrada al mediodía por las calles donostiarras.

TRANSPORTE

Solo servicios mínimos

Hubo transporte público de viajeros gracias a los servicios públicos. Renfe, Feve o Metro Bilbao, que concentran la mayoría de los desplazamientos a diario en medios públicos en Euskadi, funcionaron con servicios públicos, al igual que la mayoría de las líneas de autobuses interurbanas. Metro Bilbao señaló que la jornada se estaba desarrollando con normalidad y ausencia de incidentes. Se respetaron los servicios acordados y se reforzaron “algo más” en las primeras horas de la huelga. Otro tanto ocurrió con los tranvías de Bilbao y Vitoria. Al no existir gran demanda de los viajeros, estos medios de transporte tampoco sufrieron grandes aglomeraciones. Los taxistas, en un número muy inferior a un día laboral, notaron el bajón de la actividad.

Los servicios de EuskoTren y EuskoTran afectados por la convocatoria fueron los tranvías de Vitoria y Bilbao, el servicio ferroviario Lasarte Oria-Hendaia y la línea Bilbao-San Sebastián, entre otros.

El comité del aeropuerto de Loiu denunció por la mañana que se estaban incumpliendo los servicios mínimos y que se estaban autorizando vuelos sin que existiera personal suficiente para atenderlos con un adecuado servicio. Los trabajadores alertaron incluso de que se estaba “poniendo en riesgo la seguridad” de los viajeros. Los sindicatos criticaron que la dirección del aeródromo vizcaíno permitió que entraran tres vuelos que no estaban contabilizados como protegidos por Fomento.

El transporte de mercancías también notó en gran medida los efectos de la huelga. El seguimiento en los puertos de Bilbao y Pasaia fue mayoritario, según apuntaron las centrales. LAB indicó que el seguimiento en los de Santurtzi, Ondarroa y Lekeitio fue del 100%. El Gobierno cifró la incidencia en el transporte en el 77% en el conjunto del País Vasco.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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