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HUELGA GENERAL CONTRA LA REFORMA DE RAJOY

Los sindicatos logran paralizar la mayoría de las grandes industrias

El paro fue masivo en los polígonos empresariales de las ciudades En Citroën solo acudió al trabajo un 10%

Aspecto de la manifestación de la CIG en la calle Urzáiz de Vigo. Congregó a más de 60.000 personas, según los convocantes. La Policía Local las cifró en 16.500.
Aspecto de la manifestación de la CIG en la calle Urzáiz de Vigo. Congregó a más de 60.000 personas, según los convocantes. La Policía Local las cifró en 16.500. LALO R. VILLAR

La huelga de ayer superó a la anterior convocatoria general, la de 2010, en las grandes industrias y los mayores polígonos empresariales de Galicia, que amanecieron paralizados sobre todo en las provincias de A Coruña y Pontevedra. Los puertos de Vigo y A Coruña también se pararon, al igual que otras lonjas importantes como las de Marín y Burela. Quedaron sin actividad grandes centros de producción como el sector de la automoción en Vigo y O Porriño, Alcoa en Lugo, Gamesa Eólica, Zara Logística, la refinería coruñesa de Repsol, Alúmina Española, Leche Celta o FCC y las plantas de Cespa en Pontevedra y A Coruña, lo que imposibilitó ya de noche la recogida de basura en varios puntos de Galicia.

Incluso la patronal reconoció “cierta incidencia” del paro en la industria y principales polígonos empresariales en una jornada que se desarrolló con tranquilidad. Los responsables de las áreas empresariales del Tambre, en Santiago, y de Bergondo (A Coruña) no tuvieron tapujos en apoyar la víspera la convocatoria de huelga. “Es algo normal por las formas con las que se están haciendo las cosas, la solución no pasa por facilitar a una empresa echar a un obrero”, manifestó el presidente de los empresarios de Bergondo, Antonio Antelo.

Los incidentes fueron menores, salvo un sindicalista herido por un altercado con la policía en Ferrol, el secretario de Formación y Empleo de UGT, Juan Jose Couso Ferreira, de 64 años, quien tuvo que recibir asistencia médica por daños en una ceja, en la nariz y en un brazo. Hubo más de una decena de detenidos por problemas con los piquetes. Pero salvo las habituales, aunque diseminadas, quemas de ruedas y contenedores en varias áreas industriales, no hubo grandes conflictos.

Llamó la atención la fuerte presencia policial desplegada en los polígonos ourensanos de Pereiro de Aguiar y San Cibrao y en el de Sabón, en Arteixo, el más industrial de la comarca coruñesa y sede central de Inditex. Helicópteros de la DGT sobrevolaron incesantemente desde medianoche y durante toda la mañana Vigo y A Coruña.

Incluso la patronal reconoció “cierta incidencia” del paro en la industria

Pero aun así, la huelga arrancó ya en el turno nocturno de grandes centros de producción como Zara Logística. “No ha accedido ni el 3% de la plantilla”, integrada por 1.300 empleados, decía un portavoz de UGT. El paro afectó a los tres turnos, aunque fue mucho menos secundado en otras fábricas de Inditex de planchado y costura. Pero cerca de allí, sí que amanecieron paralizados los polígonos coruñeses de Pocomaco y A Grela-Bens, del sector servicios. Con la refinería de Repsol parada y también el transporte, el seguimiento fue mucho mayor que en 2010. Apenas había tráfico, cuando normalmente están saturados. A las ocho de la mañana los piquetes provocaron retenciones cuando se pusieron, de forma continua, a cruzar por los pasos de cebra de los accesos a A Grela o, un poco más tarde, de Pocomaco.

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A media mañana, a diferencia de las áreas industriales de Lugo y Ourense o de la propia comarca coruñesa, que una vez pasados los piquetes retomaron su actividad, aunque a un ritmo mucho más bajo de lo normal, los polígonos de A Coruña seguían sin apenas movimiento. Apenas un puñado de empresas tenían las verjas abiertas. Una de transporte, sector donde el paro fue masivo, y otra de bebidas aprovecharon la jornada para limpiar afanosamente sus flotas de camiones. Incluso estaba cerrado un gran almacén de distribución asiática que suele abrir todos los días, haya o no huelga.

Con los buses, incluso urbanos, inexistentes, a los cruceristas del Independence of the Seas, un gigantesco transatlántico que amarró por la mañana en el centro de A Coruña, no les quedó más remedio que vagar por calles con sus locales cerrados.

Helicópteros de la policía sobrevolaron Vigo y A Coruña desde medianoche

El triunfo de la huelga en la mayor factoría de Galicia, la de PSA Peugeot-Citroën, quedó claro tras el relevo de turno de las seis de la mañana, cuando acudieron apenas un 10% de los trabajadores, insuficiente para arrancar la producción, que en una jornada normal se cifra en 1.050 vehículos. El piquete informativo estaba aquí compuesto por dos decenas de trabajadores y la entrada de las personas que acudieron a sus puestos en la fábrica se realizó con normalidad. Entre 200 y 300 personas acudieron a trabajar, de las 3.000 que componen la plantilla a esas horas. Los sindicatos ya empezaron entonces a cantar el éxito de la convocatoria. Cerca de Vigo, en el polígono industrial de O Porriño, la situación fue similar.

La avenida viguesa de Beiramar, sede de los únicos astilleros con carga de trabajo (Armón, Freire y Cardama), era un desierto a primera hora de la mañana, cuando normalmente comienza la jornada laboral. Unos 200 kilómetros más al norte, en Ferrol, también quedó cantado desde primera hora de la mañana que no iba a haber ninguna actividad en el gran astillero público de Galicia, Navantia.

Los accesos al polígono del Tambre en Santiago estaban cercados desde antes de las seis de la madrugada para impedir la entrada de camiones. Por una zona, sindicalistas de la CIG; en otra, de CC OO, y en otra más, de CNT y CUT. En este último grupo acabaron surgiendo los incidentes por la quema de un contenedor, que acabó con un sindicalista detenido. En cualquier caso, y como ya parecían anticipar las palabras a favor de la huelga del presidente de los empresarios del polígono santiagués, el seguimiento del paro fue masivo y apenas se podía apreciar ninguna actividad en el interior de las empresas.

La paralización de la actividad industrial quedó retratada en el dato del consumo de energía eléctrica, que a las cinco de la tarde había caído un 21% con respecto a una jornada normal. A esa misma hora la caída en Madrid era del 8%.

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