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David Carabén: “A veces escribo canciones que me cabrean”

El músico explica el proceso de confección de ‘L’amor feliç’, el nuevo disco de Mishima

David Carabén, líder de Mishima, posa reposado en una terraza ante la presentación de su nuevo disco 'L'amor feliç'
David Carabén, líder de Mishima, posa reposado en una terraza ante la presentación de su nuevo disco 'L'amor feliç'CARLES RIBAS

“Es el disco que más me gusta de Mishima. Si te gusta el grupo te gusta este disco”. Así de contundente se muestra David Carabén, líder de Mishima, quintento barcelonés que aporta un sonido profundo y unas tesituras delicadísimas necesarias a la escena pop-rock catalana. Hay quien ve algo de Wilco o The Divine Comedy en ellos, solo sabemos que son grupos que escuchan. Bien es cierto que este L’amor feliç (Warner Music) se presenta como un trabajo redondo, con aristas para todos los gustos, y con una oferta sonora exigente y audaz. “Es un álbum muy florido”, tercia Carabén, que añade que además “es el tercer disco con Paco Loco en su estudio y el primero con Alfons Serra (batería) y Xavier Caparrós (bajo)”.

Este disco “creció con temas en directo, siguió con la meditación de la rugosidad en algunos momentos”, revela este barcelonés. Según el líder de Mishima arreglar los temas desde el principio con Caparrós y Serra ha aportado esta característica de directo. Sobre algunas nuevas tesituras Carabén admite que “es verdad que en algunos tramos” ha tenido que forzar la voz, pero agrega que “también es verdad que hemos probado bastantes cosas nuevas, así como los teclados y las guitarras”.

La determinación de Carabén es admirable y se contagia. “El paso del tiempo beneficia a Mishima y es que siendo artesanos como somos la música va mejorando, la vamos mejorando”, sostiene. ¿Algún secreto? “La cosa es trabajar sobre la canción, alguno tiene una visión y el equipo la tiene que amueblar. Como más abiertos seamos entre nosotros mejor. Para limar egos hay que aprender a poder decir cosa de trabajo al otro”, señala sin ambages este cantante, letrista y guitarrista, y zurdo.

Asegura que no se trata de una banda seria o circunspecta. Se explica Carabén: “En nuestra obra no se plasma nuestro carácter bromista. Quizás en este disco sí se nota un poco más gamberros”. Pero hay un pero. “Sí que es verdad que de primeras voy al estudio de manera más grave, espiritual, sí”. El proceso continúa: “Después soy más luminoso y ahora ya, en una tercera fase, estamos en el sentido más terrenal de nuestra música. En este L’amor feliç hay grandes metáforas o temas como La última ressaca”, señala. Y a modo de disculpa, y con una sonrisa, mantiene que “a todos nos pasa, un día tienes ganas de Spielberg y otro, de Bresson”.

¿Es Mishima un grupo intelectual? Carabén se lo piensa, coge carrerilla y dispara: “Sí que se nos ha etiquetado de intelectuales, ¿y eso qué significa? No es nuestra guerra. La derecha nos dirá que hagamos más tralará y menos letras y la izquierda nos acusará de no hablar suficiente de la crisis. No es nuestra guerra insisto, nosotros hablamos de lo que tenemos y queremos hablar”. Sonríe y apura su refresco.

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Otra pregunta de definición, ¿Mishima es un grupo independiente todavía hoy?. Y replica con una curesitón: “A ver, ¿qué significa ser indie? Los discos los hacemos nosotros con un sello propio (The Rest is Silence), y luego buscamos quién puede ser nuestro mejor difusor, en este caso Warner Music”.

Hay una canción sobre la obediencia, no se sabe si los letristas se sirven de algún patrón. Carabén asegura que no, que es un auténtico parto creativo y se desnuda: “A veces escribo canciones que me cabrean”. Este tema lo tiene estudiado, le entusiasma el fenómeno lírico. “Que una canción tenga más de un significado es un acierto, no un fracaso”, apunta y añade: “Una canción es una jaula que captura un misterio de la vida, así que cuanto más abierta mejor. Por tanto hay que ser intenso”, recomienda Carabén.

En este disco hay un homenaje a Rainer Maria Rilke y otro a George Brassens, por avanzar algunas pinceladas de un álbum más que completo. “Sobre George Brassens recuerdo que se escuchaba mucho en mi casa, mucha chanson y eso te queda en el poso. Hace poco empecé a sistematizar la escucha de Brassens y escogí una canción un poco difícil ‘Il n’y a pas d’amour heureux’, que es como el autor francés musicó un poema de Louis Aragon” cuenta Carabén sobre el génesis de L’amor feliç.

¿Se puede cantar a algo más que el amor? Carabén apura el refresco y recuerda que “Nick Hornby se pregunta porque el 50% de las canciones son de amor y llega a la conclusión de que es a la canciones a las únicas que les permitimos que nos den consejos sobre nuestro sentimientos”. Buena cita.

La gira que va de Girona a Madrid

La próxima gira se realizará esencialmente en teatros y auditorios. Empezará el 13 de abril en Girona, proseguirá el día siguiente en Mataró, seguirá el 21 en Valencia, el 22 en Reus, el 27 en Manresa, el 28 en el Festival Circ Cric, el 3 y 4 de mayo en el Teatre Lliure.

Fuera de Cataluña, el 6 de mayo en Palma de Mallorca, el 10 en Alcoi. Luego vuelven a actuar en territorio catalán el 18 en Gavà y el 20 en Vic. El primer concierto en Madrid ya está programado y tendrá lugar el 23 de mayo en la Sala Galileo Galilei.

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