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PABLO ZOIDO | Asesor de la OCDE

“Hay que poner en valor a los profesores y formarles”

Pablo Zoido, ayer en Bilbao
Pablo Zoido, ayer en BilbaoSANTOS CIRILO

Un total de 176 centros educativos vascos, tanto de la red pública como de la privada y de todos los modelos lingüísticos, se presentarán a las pruebas Pisa (el informe de la OCDE que mide el aprendizaje en medio centenar de países) de 2012, que se realizarán tras las vacaciones de Semana Santa. El Conservatorio de Bilbao acogió ayer un simposio sobre dichas pruebas en Euskadi, al que asistió Pablo Zoido, asesor de la División de Indicadores y Análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Pregunta. El último informe Pisa concluía que España se había instalado en la mediocridad y el suspenso. ¿Cómo puede mejorar su situación?

“El nivel de inversión no está relacionado con el del rendimiento”

Respuesta. Los resultados se sitúan muy cerca de la media de la OCDE, muy cerca de los resultados de otros países europeos dentro de unos contextos muy similares, aunque ligeramente por debajo. Hay países que están mejorando muy rápidamente, y en España no vemos una mejora muy significativa. Hemos hecho una serie de estudios que intentan extraer conclusiones sobre las características comunes de los sistemas con una alta puntuación en Pisa. Ahí se ve, por ejemplo, el establecimiento de la Educación como una de las prioridades. España tiene que construir en las áreas en que ya es fuerte, como en la equidad. Aquí el elemento clave también es el de la retención, los repetidores. Hay que enfocarse en los alumnos y escuelas que tienen peores resultados y que afrontan mayores retos, buscando formas de apoyarles, ya sea con mecanismos de colaboración con escuelas de mejores resultados. Otro tema muy importante es el de la docencia: hay que valorizarla y formar al profesorado. Hay experiencias internacionales que podrían servir.

P. Por ejemplo, el caso asiático, que obtuvo muy buenos resultados en el último informe.

Perfil

Pablo Zoido (Sevilla, 1973) es asesor de la División de Indicadores y Análisis de la OCDE en su sede en París desde hace seis años. Anteriormente, trabajó como analista de políticas en el Banco Mundial durante cuatro años. Es licenciado en Económicas por la Universidad Carlos III de Madrid. La ponencia que presentó ayer en Bilbao ahondó en la relación entre los niveles de inversión en educación en los diferentes países y los rendimientos que obtienen.

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R. Tanto Shanghai como Singapur son ejemplos perfectos de lo que hablábamos. Por un lado, está la formación del profesorado y la formación de directores de escuela en Singapur. Además, hay un seguimiento continuado para identificar de manera temprana a aquellos que pueden asumir un papel de liderazgo. En Shanghai destacan las redes de colaboración entre centros y la profesionalización de la carrera docente. Hay mecanismos que incentivan que los mejores docentes y directores pasen de las escuelas de éxito a las que tienen problemas. Estas experiencias habría que adaptarlas al contexto español.

P. En España la figura del profesor no está valorada.

R. En esos países han valorizado la docencia y la han dotado de capacidades y programas de apoyo. En el caso de Finlandia, las reformas iniciadas en los años sesenta y setenta se encaminaban precisamente a esto. No son reformas que pasen de la noche a la mañana, pero hay cosas que pueden hacer que los mejores alumnos acaben entrando en la docencia.

P. ¿En crisis invertir en educación puede ser un salvavidas?

R. Sí, es una de las claves. También queda claro, sin embargo, en los estudios que el nivel de inversión no está necesariamente relacionado con los niveles de rendimiento. Cómo invertimos ese dinero es lo que tiene el efecto. Hay que conseguir gastar de forma diferente. Corea y los sistemas asiáticos en general se caracterizan por tener clases más amplias, con más alumnos, y profesores que dan menos horas lectivas y están mejor pagados.

P. La consejera de Educación, Isabel Celaá, alertó del riesgo de una “brecha” en el aprendizaje de inglés en función de los recursos familiares y el apoyo extraescolar a los alumnos. ¿Cómo podría resolverse?

R. En general, los modelos educativos van moviéndose hacia modelos más personalizados y ofrecer apoyos individualizados a los estudiantes que necesitan más apoyo o mecanismos para detectar y prevenir de manera temprana estas diferencias. Disminuir estas desigualdades se puede lograr con apoyo específico e identificando las necesidades especiales.

P. ¿Es tarde para implantar el denominado marco trilingüe?

R. Lo conozco poco. Me parece que se enmarca dentro de estos esfuerzos para intentar personalizar la enseñanza e intentar dotar a los alumnos de competencias que les vayan a servir en el futuro. Se están realizando muchos esfuerzos que van a permitir tener éxito en este sentido. El tiempo dirá. Es importante marcarse metas y ser capaz de evaluar si las estamos consiguiendo o no.

P. Los alumnos vascos no habían mejorado en Ciencias desde 2006, aunque subieron en matemáticas y mejoraron en lectura. ¿Qué análisis hace de ello?

R. En las pruebas Pisa cada tres años el foco se pone en una materia diferente. Hemos optado por ser muy rigurosos en esas comparaciones y hacerlo solo con las tendencias entre 2000 y 2009. El resto se puede mirar, pero no con lupa. Solo es un indicador.

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