El Parlament aplaza por la huelga el pleno extraordinario sobre recortes
El 29-M puede haber sesión si se alarga el debate ordinario del día anterior
El Parlament decidió ayer aplazar a abril el pleno extraordinario sobre los recortes en Cataluña que estaba previsto para el día 29 de marzo, el día de la huelga general contra la reforma laboral. Los grupos de la oposición, el Partir dels Socialistes (PSC), Iniciativa (ICV-EUIA), Esquerra Republicana (ERC), Solidaritat (SI) y Ciutadans (C's), promotores del debate, solicitaron que se demore la sesión para respetar así el derecho a la huelga de los trabajadores de la Cámara. Convergència i Unió (CiU), que era muy reacia a modificar el calendario, aceptó finalmente la propuesta.
El PP se quedó solo defendiendo que el debate de los recortes debía celebrarse el día 29 de marzo. La fecha no provocaba entusiasmo, incluso entre miembros de CiU —contrarios a la huelga— que entendían que podía interpretarse como una provocación, máxime cuando hace seis meses la Cámara fue cercada por grupos de indignados.
La Diputación, Cornellà y Molins adelantan sus plenos
Los Ayuntamientos de Cornellà y Molins de Rey, dirigidos por alcaldes socialistas han decidido también adelantar las sesiones plenarias para respetar el derecho de los trabajadores a realizar la huelga general. La Diputación de Barcelona, gobernada en coalición por CiU y PP, también ha avanzado al día 28 el pleno -que se prolonga unos minutos- para sortear la huelga y para que los alcaldes puedan estar al frente de los Ayuntamientos.
Sin embargo, no está claro que el jueves 29 no haya actividad parlamentaria. El día antes está convocada una sesión ordinaria del Parlament, que habitualmente dura dos días. Oficialmente, CiU se negó a acotar el pleno al día 28 y afirmó que “durará lo que dure”, abriendo la puerta a la coincidencia con la huelga; aunque los grupos actuaron para reducirlo a un día y solo el PP pidió que se introdujera en el orden del día el debate de una proposición de ley, para lo que contó con el apoyo de CiU. El resto de los grupos optaron por olvidar sus propuestas de ley y reducir el pleno al debate de las interpelaciones a los consejeros y las mociones, trámites mucho más cortos.
Las estrategias de CiU y el PP, por una parte, y las de los grupos de izquierda, por otra, derivaron en un intercambio de reproches. El más duro fue el PP, que calificó de “precedente nefasto” que el Parlament “secunde una huelga” general. “Nos hemos quedado como los únicos defensores del normal funcionamiento del Parlament”, lamentó el portavoz del PP, Enric Millo.
CiU bailó entre dos aguas: por una parte, aceptó prorrogar el debate sobre los recortes —pleno al que son reacios los nacionalistas—, y por otra, criticó al PSC, ERC e ICV por intentar evitar que el día de huelga haya sesión vaciando de contenido el pleno ordinario. Jordi Turull, portavoz de CiU, restó importancia al pleno de los recortes —“no será tan urgente si lo han aplazado”, ironizó— y afirmó que el intento de reducir a un día la sesión ordinaria corresponde a la “cultura del piquete”.
La oposición considera que el pleno puede acabar en un día y evitar la huelga. Incluso lanzaron el desafío de, si es necesario, alargarlo hasta las 23.59 horas del miércoles. “Hay que respetar el derecho a la huelga de los trabajadores del Parlament. Y en un día de pleno, es imposible hacer servicios mínimos”, argumentó la republicana Anna Simó. Fuentes de la oposición afirman que CiU dará su brazo a torcer y agilizará el pleno para que no coincida con la huelga.
