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Los ediles de Rasquera dimitirán si el pueblo rechaza el cannabis

El alcalde ve la consulta como “una moción de confianza”

Martí Cànaves , en una plaza de Rasquera
Martí Cànaves , en una plaza de RasqueraJOSEP LLUIS SELLART

El equipo de gobierno de Rasquera (Ribera d’Ebre) dimitirá en bloque si los vecinos no apoyan el cultivo de cannabis a gran escala impulsado por el Ayuntamiento. Así lo anunció ayer el alcalde de la población, Bernat Pellisa. El resultado se conocerá el próximo 10 de abril, cuando se celebrará una consulta popular vinculante para preguntar a los habitantes de Rasquera si desean o no que el proyecto se lleve adelante.

Rasquera apenas cuenta con 900 vecinos y el cultivo de cannabis debe ser aprobado como mínimo por más del 75% de la población. De hecho, realizar una consulta vinculante era una de las exigencias principales de la oposición de CiU y así lo reiteró en diversas ocasiones su portavoz, Bernard Farnós.

Pellisa aseguró ayer que el Ayuntamiento se tomará la consulta popular “como una moción de confianza”. En Rasquera gobierna ERC, aunque el alcalde decidió la semana pasada dejar de militar en la formación para “despolitizar” el proyecto. Según Pellisa, si no se aprueba el cultivo de cannabis, “no tiene sentido que el gobierno municipal siga al frente de Rasquera”, aunque también reconoció que esta sería una “decisión drástica”. Pellisa lo anunció al término unas jornadas sobre cannabis llevadas a cabo por científicos, abogados, políticos y fumadores de marihuana para explicar y resolver las dudas del proyecto a los vecinos del municipio.

Esta semana una empresa de Tarragona ya lanzó a la venta camisetas con el lema I love Rasquera.

El alcalde está convencido de la viabilidad del proyecto, que supone plantar marihuana en siete hectáreas de terreno para el club de fumadores ABCDA, que tiene 5.000 socios. El negocio generaría unos ingresos de 1,3 millones de euros en dos años. Según Pellisa, también serviría para “cerrar heridas” motivadas por la crisis entre los vecinos, de edad avanzada y dedicados a la agricultura.

El Consistorio lleva ocho meses ultimando los informes jurídicos, coordinados por Martí Cànaves, de DMT Abogados. Además, el Ayuntamiento ha registrado la marca Rasquera para evitar que otros se beneficien del nombre del pueblo. De hecho, esta semana una empresa de Tarragona ya lanzó a la venta camisetas con el lema I love Rasquera. El Consistorio calcula que la repercusión en todo el mundo de la iniciativa equivale a una inversión de 2,4 millones de euros en publicidad.

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