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Calle para animar a la tropa

Griñán confía en remontar las encuestas por las percepciones de la campaña

Manuel Planelles
José Antonio Griñán, en Almería.
José Antonio Griñán, en Almería.CARLOS BARBA (EFE)

Besos en la mejilla contra los sondeos. El candidato socialista vive desde hace una semana entre besos, apretones de mano, abrazos y paseos con piropos. José Antonio Griñán le dijo ayer a sus más de 14.000 seguidores de Twitter: “Hay una encuesta que nunca falla: la que vives en las calles, la que te llega día a día. Esa nos dice que vamos a ganar. Podemos”.

En esta ciclotímica campaña ayer tocó día de bajón para los socialistas. La encuesta que difundió la cadena SER otorgaba al PP 10,7 puntos de diferencia y le quitaba las esperanzas al PSOE de poder chafarle la mayoría absoluta a Javier Arenas. Este sondeo rompió con la percepción que tenía el PSOE cuando arrancó la campaña hace siete días. El sondeo del CIS pintaba un 25 de marzo abierto: el PP rozaba la absoluta, pero podía quedarse a las puertas de la Junta. Pero la encuesta de ayer parecía desinflar ese efecto remontada que los socialistas achacaban al rechazo a las medidas de Mariano Rajoy.

Para contrarrestar, Griñán aseguró que dispone de datos que le sitúan a mitad de campaña cerca del PP, que no tendría la mayoría absoluta, y que tienen opciones de ser la lista más votada. En su entorno, el único dato que trasladaron fue que están seis puntos por delante en Sevilla, uno de sus feudos.

Griñán también se centró en el embriagador aroma de la calle para combatir las malas noticias. El presidente de la Junta se agarró al sexto sentido para explicar que ve “radicales diferencias con otros compromisos electorales”, lo que le hace mantener la ilusión de lograr una “victoria electoral”. El candidato se refería al mal ambiente que vivieron en los últimos comicios municipales y generales.

De esa intuición hablan casi todos los dirigentes del PSOE que están realizando actos de campaña por Andalucía. Dicen que la calle ya no es hostil, que ya no tienen que agachar la cabeza cuando salen a pedir el voto gracias a los recortes de Rajoy y el miedo a futuras medidas.

El expresidente de la Junta, Rafael Escuredo, explicó gráficamente esta sensación en un acto que compartió con Griñán en Almería. “Nos han pegado un rejón de castigo en las municipales y las generales”. Pero, según su interpretación, los votantes empiezan a cambiar de parecer gracias a las políticas de la derecha. En opinión de Escuredo, lo que la gente piensa ahora es: “Ya he castigado al PSOE por sus errores, pero si ahora voto al PP me castigo a mí mismo”. Escuredo no se cansó de repetir el viejo grito de “no pasarán”, porque Andalucía es la “la última trinchera del Estado del bienestar”, y cargó contra el PP: “Son tan gilipollas que van de sobrados”. El expresidente confió en que “el voto oculto” del PSOE pueda salvarles el 25-M. Griñán también insistió en este asunto ayer en Almería: “En las generales nos castigamos a nosotros mismos. Pero a mí no me miren: yo no les voté”.

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El candidato abordó la polémica del copago. Propuso “exportar” el modelo andaluz al resto de España para evitar medidas como la aprobada en Cataluña, donde se tendrá que pagar un euro por receta. Según sus cálculos, si en el resto de España se aplicasen la prescripción por principio activo, la receta electrónica y la subasta de medicamentos se ahorrarían 1.219 millones.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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