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EuropeG reclama una unión fiscal y política en Europa para evitar la ruptura

El grupo dirigido por Antoni Castells pide un presupuesto, un Tesoro y políticas federales Los expertos advierten de que la salida de "países débiles" no es "un escenario imposible"

Lluís Pellicer

La salida pasa por dar el salto de una Unión Europea intergubernamental a una federación fiscal y política. Esa es la principal conclusión del primer documento elaborado por el grupo de opinión de economía política EuropeG, dirigido por el exconsejero de Economía de Cataluña Antoni Castells e integrado por los economistas Emilio Ontiveros, Manuel Castells, Josep Oliver y Martí Parellada. "La estación de destino debe ser la cesión de soberanía que haga falta en términos fiscales y políticos", ha afirmado Ontiveros en la presentación del primer policy brief del grupo, titulado Hacia una Unión Federal Europea: integración monetaria y soberanía política.

El documento relata la peor crisis que ha sufrido el continente desde la II Guerra Mundial, que empezó en un segmento muy concreto del mercado financiero norteamericano y que ha acabado por convertirse en una crisis fiscal al otro ladro del Atlántico después de que estallara la crisis de la deuda griega a finales de 2009. Desde entonces se han ido propagando las crisis. La inmobiliaria, en algunos países, la bancaria y la de la economía productiva. La respuesta de la Unión Europea, liderada por Alemania, ha sido la de aplicar grandes dosis de austeridad, lo cual ha abocado ahora a las economías de la zona euro a una nueva recesión y a las tasas de paro más altas del último medio siglo. "Hoy Europa es la principal amenaza para la economía mundial. Eso es una paradoja, porque en 2007 el epicentro era un segmento financiero de Estados Unidos y al cabo de 20 meses ese epicentro fue Europa y sus instituciones. ¿Hasta qué punto eso socava los cimientos de la Unión?", se ha preguntado Ontiveros.

"Hoy la idea de una ruptura en la Unión Europea es verosímil. Y eso es preocupante", ha lamentado Antoni Castells. A juicio del grupo, la Unión Europea nace con algunos "pecados originales". El principal de ellos, ha explicado Ontiveros, es la "insuficiente integración fiscal" de sus países miembros, así como una escasa "mutualización de los riesgos". "Algunos Estados de Estados Unidos tienen problemas financieros más graves que algunos de la Unión Europea. Ahí está California. Pero nadie cuestiona la federación porque hay un sistema de mutualización", ha agregado Ontiveros.

"El epicentro de la crisis pasó de Estados Unidos a Europa en apenas 20 meses", ha recordado Ontiveros

El gran desafío de la Unión Europea, reza el documento, es dotarla "de auténticas estructuras federales". Es decir, añadir a la moneda única y al Banco Central Europea -que debe actuar como prestamista en última instancia- una "verdadera" integración fiscal. Y ello abarca un presupuesto federal, un Tesoro de la UE y una integración de políticas económicas. EuropeG prevé, no obstante, que el camino hacia esa unión federal requiere una transición, que inevitablemente supondrá que estas políticas sigan coordinándose desde un ámbito intergubernamental. "Esta es la única opción que puede garantizar el éxito de la unión monetaria", señala el documento.

¿Hay alternativas? EuropeG esboza al menos dos. La primera pasa por una "Europa alemana" que significaría desplazar de forma definitiva el "centro de gravedad" de la UE a Berlín y París, lo cual está sucediendo ya de facto en los últimos años. Y el segundo escenario es el de la ruptura de la zona euro, lo cual se daría porque los países más débiles, incapaces de afrontar los planes de austeridad y con la ciudadanía en pié de guerra, decidirían abandonar la Unión. Esa opción, según EuropeG, provocaría problemas de financiación de estos países en los mercados, de revalorización de la deuda y de inflación.

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"No es un escenario imposible", advierte el grupo. Y es que la receta generalizada, la de la austeridad, ha rebelado ya a una parte significativa de la población. "Si valoramos la gestión de la crisis, ha habido una identificación de esta y una reacción tardías, se han utilizado instrumentos inadecuados y se han planificado políticas que han tratado de ser homogéneas para todos los países", ha recordado Ontiveros. Antoni Castells ha recordado que el déficit es consecuencia de la crisis, del hundimiento de los ingresos tributarios, y no al revés. Castells ha argumentado que España debe ir reduciendo su déficit público y ha recordado que el superávit en los años de bonanza escondió su déficit estructural. "No podemos hacerlo con el ritmo frenético que nos lleve al precipicio", ha avisado.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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