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La Fiscalía de Alicante investigará el fraude de las prótesis mamarias

El fiscal jefe de Alicante se ha reunido con mujeres afectadas por el fraude de los implantes El ministerio público considera que podría haber indicios de un delito de imprudencia

La Fiscalía de Alicante abrirá diligencias informativas para investigar las denuncias de las mujeres afectadas por los implantes de prótesis mamarias defectuosas. Así lo comunicó ayer el fiscal jefe, Juan Carlos López Coig, en una entrevista con una representación de afectadas. “El fiscal nos ha comentado que le presentemos un escrito global relatando los hechos y se ha comprometido a abrir diligencias, porque, según él puede haber indicios de un delito de imprudencia”, señaló Mamen, una de las mujeres presentes en la reunión con el fiscal jefe.

No obstante, según esta mujer, López Coig les precisó que el trabajo de investigación de la Fiscalía de Alicante deberá ser coordinado con las diligencias que practique la Fiscalía General del Estado. López Coig también apuntó al colectivo que explore la vía civil para exigir posibles responsabilidades a las clínicas donde fueron intervenidas.

Las afectadas presentan efectos secundarios en su salud como ganglios en las axilas

Las mujeres afectadas por estas prótesis defectuosas (unas 12.000 en toda la Comunidad Valenciana) han intensificado en las últimas semanas sus movilizaciones para denunciar el desinterés del sistema público de Sanidad por su caso y pedir a la Fiscalía que intervenga. Las denunciantes aseguran que Sanidad les niega incluso una simple ecografía.

Todas las afectadas por estos implantes se sometieron en diversas clínicas de la Comunidad Valenciana a implantes de prótesis mamarias de silicona de la firma francesa Poly Implant Prothése (PIP). Estas prótesis fueron distribuidas en España por filial española de la empresa gala, que cesó su actividad en diciembre de 2009.

En 2010, la Sanidad francesa advirtió a las autoridades españolas del fraude: roturas de los implantes de esta marca con una frecuencia que duplicaba a la de otros fabricantes y, además, de manera más prematura. El origen del fraude con este tipo de implantes se remonta a principios de este siglo.

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La mayoría de las mujeres se sometieron a las operaciones hace más de ocho años, con precios de 4.000 euros de media. Y muchas de ellas presentan efectos secundarios en su salud, como quemaduras o ganglios en las axilas.

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