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CiU y PP retan a los sindicatos al no querer aplazar un pleno el 29-M

Nacionalistas y populares rechazan aplazar la sesión sobre los recortes Artur Mas aplaza hasta el jueves la sesión de control del Parlament por la muerte de su padre

Artur Mas, ayer, en el Palau de la Generalitat.
Artur Mas, ayer, en el Palau de la Generalitat.efe

El presidente de la Generalitat Artur Mas ha aplazado hasta el jueves 15 de marzo la sesión de control a la que debía someterse este miércoles en el Parlament de Cataluña a causa de la muerte de su padre, Artur Mas Barnet, esta mañana a los 84 años. El presidente ha anulado su agenda oficial para los próximos dos días.

Los sindicatos han convocado para el día 29 una huelga general en contra de la reforma laboral y todo apunta a que el Parlament vivirá ese día de espaldas al paro al tener previsto un Pleno extraordinario sobre los recortes. Los partidos de izquierda, liderados por los socialistas, propusieron hace semanas, antes de la convocatoria sindical, el día 29 y ayer pidieron cambiar el calendario para respetar el derecho a la huelga de los trabajadores del Parlament de Cataluña. Pero Convergència i Unió (CiU) y Partido Popular (PP), con mayoría en la Mesa de la Cámara y que defienden de forma apasionada la reforma laboral, no están por la labor. La decisión definitiva se tomará en la Junta de Portavoces del próximo martes martes pero nacionalistas y populares anunciaron ayer que no tienen la menor intención de cambiar de planes.

Jordi Turull, portavoz de CiU, invitó a los socialistas, promotores de la iniciativa, a retirar la petición de convocar el Pleno al esgrimir que o bien “les da pereza” o “nunca les va bien”. “Les planteamos hacerlo esta semana y no quisieron y ahora, el 29, tampoco. No es serio programar una sesión en función de la actividad público-mediática”, justificó en un tono despectivo Turull al referirse a la huelga. El plan de los nacionalistas es éste: el 28 hay fijado un Pleno ordinario y tras éste, se hará el de los recortes. Turull, que recogió así el sentir del Gobierno catalán, fue ajeno a los problemas de transporte público que pueda haber ese día o a cuestiones de seguridad. “Nosotros actuaremos con toda normalidad. No sabemos que seguimiento tendrá. Hay mucha gente que no está de acuerdo con la huelga”. “Y el diputado que no quiera venir”, redundó, “él sabrá”.

Los populares, autores de la controvertida reforma que permite a las empresas despedir a un trabajador tras nueve días de baja o bajar de forma unilateral los sueldos, se pronunciaron en el mismo sentido. Enric Millo, portavoz del PP, tachó de “error gravísimo” y de “precedente nefasto” que la sesión no se llegue a celebrar. “Los convocantes tenían mucho interés en hacer este Pleno sobre la austeridad y los recortes”, recordó Millo para añadir que respeta tanto el derecho a la manifestación como al de huelga y que en todo caso la autoridad laboral ya marcará los servicios mínimos. “Pues los servicios mínimos en un día de pleno son muy máximos”, ironizó la republicana Anna Simó.

La reflexión de Simó no es baladí: durante un pleno, el Parlament funciona a máximo rendimiento. En esta legislatura, tensa por los recortes, se nota especialmente en el área de seguridad, ya que los Mossos d'Esquadra multiplican sus efectivos a las puertas de la cámara. Los trabajadores del Parlament desconocían ayer cuáles serían sus opciones. Los más veteranos recordaban que, en anteriores huelgas generales, la actividad parlamentaria quedó reducida al mínimo. CiU y PP quieren revertir esta situación.

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