Un incendio en el antiguo Cine Vigo llena el centro de una densa humareda
Las instalaciones estaban abandonadas desde hace una década y frecuentadas por okupas
Los bomberos de Vigo aún trabajan arduamente en la extinción de un incendio declarado en lo que fue el Cine Vigo, en el centro de la ciudad, cerrado desde hace aproximadamente una década y en los últimos tiempos frecuentado por indigentes. En principio no parece que haya víctimas personales, al menos entre en vecindario de dos edificios, que fueron desalojados con presteza por la Policía Local.
El incendio, que se detectó sobre las seis de la tarde por la intensa humareda que salía del inmueble, se atribuye a algún descuido de los okupas que venían invadiéndolo en los últimos meses. En torno a las 19.30 los bomberos consiguieron extinguir el incendio.
El inmueble tiene acceso por dos calles y juega una función de patio central de varios edificios de viviendas. Los efectos más alarmantes, con un chorro inmenso de humo que por momentos cegaba absolutamente la visibilidad en la calle Pracer, precisamente enfrente del ayuntamiento y del cuartel de la Policía Local. Esta salida correspondía a la del antiguo gallinero del cine y por ella, negra como boca de lobo, se introdujeron los bomberos con arrojo y valentía, reconocidos en los admirados comentarios de los vecinos.
Los mismos vecinos se quejan de la inacción del Ayuntamiento porque, según comentaban algunos de ellos, espectadores del siniestro, desde hace más de un año vienen pidiendo –incluso personalmente al alcalde, Abel Caballero- que se tapiara el acceso de Pracer, por las evidencias insalubres que acumulaban las instalaciones.
Pero el Ayuntamiento les ha ido dando largas con el argumento de que no conocían al actual propietario del inmueble, que ha pasado por muchas manos. Se inauguró en 1961 con la película ‘101 dálmatas’, bajo propiedad entonces de la familia González de Haz, propietaria de Radio Vigo, quien se lo compró a los promotores de su construcción, especialmente complicada y de alto mérito arquitectónico, por los dos accesos a calles distintas con una gran diferencia de cota, López de Neira, la entrada principal, y Pracer, que coincidía con el cuarta platea.
Después, según los vecinos, pasó a la titularidad de la cadena Fraga, que tuvo numeras salas en Galicia, hasta que esta se lo vendió a otra empresa. El cine cerró hace unos 10 años, teóricamente se iba a montar un gimnasio en sus instalaciones, pero, a lo que parece, ni el Ayuntamiento ha encontrado al propietario para obligarle a bloquearlas a los okupas.
Lo que ardió ayer fueron los restos de las butacas y otros muchos elementos de madera con mucho barniz, así como las moquetas.
