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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Superar barreras, derribar muros, construir puentes

"Estamos comprobando que los viejos comportamientos coactivos no han desaparecido del partido cuando se trata de obtener delegados a cualquier precio"

El protagonismo de los socialistas valencianos en la recuperación de las libertades públicas, de la democracia parlamentaria y de la recuperación de las instituciones de autogobierno es, por evidente, innegable. Desde los últimos estertores de la dictadura franquista, los valencianos y valencianas que militaban en los distintos partidos políticos que se reclamaban del socialismo democrático en el País Valenciano, articularon estrategias con las que ganaron una presencia social amordazada durante décadas y realizaron un esfuerzo imponente de generosidad e inteligencia política para converger en un mismo espacio político y articular un partido socialista que, recogiendo las aportaciones del socialismo histórico y sumando aquellas que habían desarrollado las organizaciones que añadían a su identidad política el compromiso nacionalista o su referencia anclada en el mundo universitario, se convirtió en un instrumento de cambio social y en un partido de gobierno.

La generosidad y una visión honesta de la política como servicio público alumbró en 1978 el PSPV-PSOE que, en pocos años y de manera sólida, aglutino la mayoría de las miles y miles de voluntades que en aquel momento reclamaban libertad, amnistía y Estatut d’Autonomia. Entre todos supimos articular un partido con una implantación muy importante en todas las comarcas del País Valenciano, una potente musculatura organizativa y política; una organización próxima y permeable que generó la confianza de la gran mayoría de los ciudadanos hasta conseguir la primacía del poder municipal en 1979, el Gobierno de España en 1982 y el de la Generalitat Valenciana en 1983.

Todo aquel caudal de generosidad política, de compromiso con los ciudadanos y con el País; de complicidad con las personas y con los colectivos que están en el origen de una etapa política del PSPV-PSOE que reivindicamos con orgullo, se han ido perdiendo en la medida que los responsables de la dirección política y nuestros representantes institucionales han ido profesionalizando su dedicación, colapsando la democracia interna y abandonando a los militantes. Las puertas que se abrieron se han cerrado, se han levantado barreras burocráticas que hurtan el debate de las ideas y se han levantado infranqueables que nos han aislado de la sociedad. El resultado se manifiesta en un partido en estado cataléptico que sangra por su herida la pérdida de la confianza ciudadana traducida en la perdida de cientos de miles de votos.

Estamos convocados a la celebración de nuestro 12º Congreso Nacional y las escuálidas asambleas locales están eligiendo a los delegados y delegadas que asumen la responsabilidad de poner punto y final a esta situación de fracaso y desgobierno que está manifestando con el rotundo rechazo a la gestión de la Comisión Ejecutiva Nacional y a la política desarrollada por el secretario general. Además, estamos comprobando que los viejos comportamientos coactivos no han desaparecido del partido cuando se trata de obtener delegados a cualquier precio, que apalanquen posiciones de dominio, que han estado en el origen del desastre y son cómplices del actual estado de cosas. Ni proyectos, ni equipos ni ideas protagonizan nuestros debates en un congreso crucial y definitivo. Y esto es lo que yo me propongo cambiar con la colaboración y el trabajo de los socialistas que no se resignan a continuar con las políticas erráticas que nos han llevado al derrumbe electoral; que no están dispuestos a soportar la presión de los aparatos que han amordazado sus voces y han despreciado el talento y el esfuerzo cambiando la convicción por la ocupación y el compromiso de todos aquellos que, en este tiempo de cambio y en una difícil coyuntura, quieren romper las barreras que se han construido desde los cuarteles provinciales aprovechando la fatídica desaparición de las comarcas; aquellos que están dispuestos a derribar los muros de la incomunicación política que se ha generado con el objetivo de neutralizar la pulsión de cambio que emerge imparable en el PSPV-PSOE y con los compañeros y compañeras comprometidos en reconstruir los puentes que nos unan de nuevo con la sociedad valenciana, con sus problemas, con sus anhelos y sus esperanzas. Es tiempo de recuperar los valores de recuperar los principios y los valores de la izquierda.

Abordamos una semana definitiva para poder elegir a las personas que no aceptan las propuestas retóricas formuladas por las mismas personas que nos han llevado a la inanición política, social y electoral; son días de aunar voluntades para hacer emerger un nuevo proyecto orgánico, una nueva agenda política que sea realmente nueva que nos haga visibles y permita que la gente nos perciba creíbles. Para conseguirlo el PSPV-PSOE necesita un nuevo liderazgo compartido, sin ataduras y capaz de escuchar y convencer; ahí está anclada mí propuesta política y mi compromiso con la sociedad y con un nuevo sentido para el socialismo valenciano. Es tiempo de decidir para superar barreras, derribar muros y construir puentes. Os lo pido en primera persona: no dejemos pasar esta oportunidad para poder hacerlo entre todos.

Francesc Romeu Martí es candidato a la Secretaría General del PSPV-PSOE.

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