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Hernández y Sanjurjo contraatacan

Nueva aventura del líder de Siniestro Total y el acordeonista de Os Diplomáticos

La Maravilla Enmascarada el martes en un pub de A Coruña. A la izquierda Julián Hernández, a la derecha Rómulo Sanjurjo.
La Maravilla Enmascarada el martes en un pub de A Coruña. A la izquierda Julián Hernández, a la derecha Rómulo Sanjurjo.Gabriel Tizón

Han vuelto a las andadas. A juntarse para hacer trastadas rockeras tirando de lírica y burla con talento, ingenio y maestría musical. Transportes Hernández y Sanjurjo, el dúo de Julián, líder de Siniestro Total, y Rómulo, fundador y acordeonista de Os Diplomáticos de Monte Alto, regresan a los escenarios reconvertidos en La Maravilla Enmascarada. Van armados hasta los dientes con guitarras eléctricas, ukelele y acordeón. Parapetados tras gafas y sombreros en un guiño al estilo de los célebres Blues Brothers, y “como en el metro de Bilbao, sentaditos” aunque nada de estar “callaos”, los dos músicos tiran de repertorio propio y ajeno para desmenuzar, afirman, “universos y realidades”. Aunque quizás no sean tan paralelos y ni tan alternativos como ellos dicen. Las referencias a la vida misma en todos y cada uno de sus aspectos llenan el repertorio de estos dos veteranos del rock gallego.

“Miau, miau, comunícate. ¿Cuándo vas entender que es gato y araña a la vez?”. Versionada de esta guisa por el vigués de Casablanca y el coruñés de Monte Alto, el melódico Downtown de Petula Clark recobra frescura y se actualiza. Y maulló entre risas, nada más reconocer la pegadiza canción, el público que abarrotó el martes por la noche el mítico pub Garufa de la Cidade Vella coruñesa para el estreno de esta eficaz aventura enmascarada de los dos veteranos musicos gallegos.

“Queremos introducirlos a ustedes en la cultura, la cultura más amplia, la que no tenemos nadie”, ironiza Hernández entre tema y tema con su habitual mordacidad verbal. Y “acabar con el imperio de Amancio Ortega, los Zaras y el Inditex”. Despotricar contra la comida basura (“Nunca pidas un bigmac en un Burger King”) o los insostenibles localismos que hacen que todos quieran “un puerto exterior cuando ya otro ahí lado”, denuncia el cantante del dúo antes de arrancar con “en el cielo todo está bien: yo tengo mis cositas y tú también”.

Despotrican contra la comida basura y llaman a acabar con el “imperio Zara”

El propio nombre de esta nueva aventura musical de Julián Hernández y Rómulo Sanjurjo es prestado. La maravilla enmascarada era el título de la campaña con la que el bluesman Charley Patton promocionó en los años treinta uno de sus discos. Los dos rockeros gallegos recuperan para su segundo proyecto en común algunos de sus más exitosas versiones de cuando llevaban el rótulo de Transportes, como el tremendo Ámame, soy un liberal —que adapta Phil Ochs a la Transición— o el Aleluya, Europa, la que se mira y no se toca, ese hit que partió de Nacho Vigalondo, asegura el dúo. Pero también se atreve a revisitar temas de un ecléctico elenco de grandes de la música, desde The Kinks, Can, Lloyd Webber o King Crimson. Todo con humor a raudales y mucho ritmo, más “electrificado” que lo habitual. “De aquí a Pink Floyd, un paso”, anuncia Hernández al entonar un divertido homenaje a las “chicas que encajan en mi mundo” y al poder adquisitivo que otorgan las pipas Facundo.

Tampoco la moda incesante de resucitar en los escenarios grupos musicales de éxito de las décadas de los ochenta o noventa escapa de la mordacidad de la pareja. Aunque inician su recital con un lapidario retrato de un exestrella de rock venida a menos (“si pretendes que nunca vas a envejecer, el rock te matará antes o después”), Hernández y Sanjurjo no pretenden reciclar nada, sino “construir” aprovechando canciones ya existentes, incluso clásicos, que encajen con lo que ellos pretenden contar echando mano de todo, del sonido, la música, “el sexo, la literatura, el arte”.

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La pareja repetirá concierto en A Coruña

Un especie de “espectáculo multimedia de dos tipos tocando algo”, ironiza Hernández. Aunque es el oído, no la vista, “el que trabaja”, advierte. Es música en directo en estado puro, para oír pero también escuchar atentamente. Si uno se pierde las mordaces letras, se lo pierde casi todo. A alguno le pasó en el Garufa. Aunque las exiguas dimensiones del también veterano local coruñés y de su escenario contribuyó a hacer grande el directo de estos dos trovadores. Pese a ser martes, las calles desiertas en A Coruña y cobrar una entrada a precio casi simbólico de tres euros, hubo lleno total para el estreno de los nuevos Hernández y Sanjurjo. El músico de Monte Alto no suele abrir la boca. Pero se le escapó, antes de atacar los bises, un “¡ostras, cómo está lo del paro! Aquí no trabaja ni Dios”. El experimento continuará. La Maravilla Enmascarada se convierte en semirresidente del Garufa. Cada 15 días, siempre en martes, repetirá su show. Eso, sí siempre con alguna que otra novedad. O desempolvando algunos de sus clásicos. Como este: “Deja que el Rías Altas te traiga hasta aquí, deja que el Rías Baixas me saque de aquí”.

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