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La estación de Sants: un calvario cercano para los vecinos

Los aledaños de la estación llevan ya seis años en obras y nadie sabe la fecha en que acabarán

Pavimento notablemente deteriorado en las cercanías de la estación de Sants.
Pavimento notablemente deteriorado en las cercanías de la estación de Sants.MARCEL·LÍ SÀENZ

La estación de Renfe de Sants, en Barcelona, acoge anualmente unos 40 millones de viajeros de trenes, metro y autobuses. La mayoría de ellos, obligados a una subida al monte Calvario. Más de seis años de obras han convertido el entorno en un espacio minado.

En la parte de la plaza de Joan Peiró hay varias torres de ventilación de las zonas de vías que se yerguen como obstáculos impenetrables. No se sabe cuál es su futuro, aunque un día cambiarán las cosas. Tampoco se sabe cuándo, porque no hay fecha, ni siquiera aproximada, para ello. En la parte opuesta, la plaza de los Països Catalans, el desastre acecha a los peatones a cada paso (y nunca mejor dicho).

Faltan losetas en todas partes y, en ocasiones, hasta el cemento ha desaparecido. Los bancales pensados para que la gente se sentara están rotos y ocupados por skaters que incluso se han fabricado uno con restos de otros naufragios. La zona de obras del túnel del AVE (en la confluencia de la avenida de Roma) es un bache continuado. La estación de autobuses dispone de una paredilla donde apenas hay una piedra entera.

Adif, propietaria de la estación, afirma que cuando se rompe una loseta se cambia. El Ayuntamiento de Barcelona asegura que revisa la zona, pero teniendo en cuenta que hay obras. Los vecinos llevan desde 2007 con obras a la puerta de casa y algunos habrán muerto antes de ver el proyecto terminado.

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