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MÚSICA

Chispazos contra el desánimo

La Habitación Roja desafía al derrotismo con ‘Fue eléctrico Es uno de los mejores y más enérgicos discos de su carrera

Los integrantes del grupo musical La Habitación Roja.
Los integrantes del grupo musical La Habitación Roja. JOSÉ JORDÁN

Decían Los Enemigos que la vida mata. Si cambiáramos las calles de Malasaña por las de L’Eliana (cuna de La Habitación Roja) o las de Valencia, quizá una realidad algo menos cruda nos llevaría a afirmar que la vida aprieta, pero no ahoga. Porque cuando una situación personal complicada ha de resolverse en un contexto de crisis moral y económica, solo cabe apretar los dientes y levantar la cabeza. Lo sabe bien Jorge Martí, vocalista, guitarra y compositor principal de la banda, quien afrontó la grabación del vivificante Fue eléctrico (Mushroom Pillow) con la “sensación de ser el último disco que iba a hacer. Había demasiados factores hostiles”.

Los handicaps a los que se refiere tienen que ver con que vive “a caballo entre Noruega y Valencia, un poco desarraigado”, y con que atravesaba por una “difícil situación personal que se complicó y que cuando vengo aquí, además, resulta muy negativo ver que a algún compañero le han cortado la luz, la familia de otro está en el paro, a tu hermano no le han pagado el sueldo o tu primo te pide que le busques trabajo en Noruega porque aquí no hay”, para remachar que “la gente de nuestra generación nunca ha vivido esto. Pero la música recicla toda esa basura”. De hecho, es el batería José Marco quien abunda en que “son canciones de rabia, tristes, que ponen alegre a la gente”.

La grabación de este octavo álbum se llevó a cabo en el estudio del reputado Santi García en Sant Feliu de Guíxols, después de que el teclista Jordi Sapena fuera a verlo porque le parecía que “podría sacar mucho rendimiento a las canciones” que tenían.

El grupo valenciano lanza el octavo álbum de su carrera

A Santi no le importan “las revistas ni los críticos”. Quizá por ello en el sonido de La Habitación Roja todas las piezas encajen ahora con más naturalidad que nunca, como perfectamente explica un Pau Roca (guitarrista principal) que cree que ha aportado “concreción y una mezcla entre la contundencia de Steve Albini y el mejor tratamiento de las voces, porque viene del hardcore pero tiene los trucos de los productores más pop”.

Ante la inevitable pregunta de cómo se motiva uno para seguir en la brecha tras más de 16 años de carrera y a punto de rebasar los 40 de edad, en ese siempre incierto terreno entre la independencia y el mainstream, Roca argumenta: “La gente que se harta de estar en un grupo es porque deja de gustarle la música. Yo no me puedo aburrir porque cada vez veo cosas nuevas que se pueden hacer, retos nuevos”, a lo que añade una juiciosa consideración sobre la supuesta falta de ideas de la escena actual: “Grupos originales no debe haber más de 10, porque hay algo muy mentiroso sobre la originalidad: a la gente le pueden parecer originales Wilco si no conoces a Can o a Grandfunk Railroad. Y ahora, por ejemplo, sigue habiendo un revival ochentero brutal”.

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