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Bibliotecas en la cuerda floja

El Ayuntamiento de Alicante cierra dos bibliotecas de barrio y la Generalitat reduce horarios y personal en otras salas de lectura. El Consell deja sin presupuesto la Biblioteca de la Dona

La biblioteca municipal La Rotonda,en Alicante.
La biblioteca municipal La Rotonda,en Alicante.PEPE OLIVARES

La crisis se ceba con la cultura, y un buen ejemplo son las bibliotecas o centros de lectura que están sufriendo las consecuencias de los recortes presupuestarios de la Administración. El Ayuntamiento de Alicante cerró en febrero la biblioteca La Rotonda, en el barrio de la Virgen, y otra en el Cabo, en la zona de playas. El Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas en una carta al Ayuntamiento muestra su preocupación y exige conocer los motivos del cierre. El colegio destaca la “labor social” que realizaba la biblioteca La Rotonda, en el antiguo barrio de Mil Viviendas. El Ayuntamiento argumenta que no tiene dinero para pagar al personal porque se han reducido las subvenciones.

Pero no se trata de un caso aislado. La Biblioteca de la Dona, con 25 años de experiencia en todo lo referente a publicaciones sobre mujer y género, corre un serio riesgo de “desprofesionalización y descapitalización”, según denuncia la diputada socialista en las Cortes, Modesta Salazar. La biblioteca, en la calle Nicaragua de Valencia, carece de un especialista en biblioteconomía y documentación. La dirección general de Familia y Mujer, de quien depende, ha destinado a personal “no cualificado”, según Salazar. “Y en los presupuestos no hay ni un euro para esta biblioteca”, critica la diputada, que recuerda que este centro de investigación recibió en 2010 más de 6.800 visitas y tramitó 16.000 préstamos.

Un club de lectores de Orihuela se reúne en un hotel  porque la única biblioteca cierra por las tardes

La Generalitat ha reducido el horario de la mayoría de bibliotecas municipales. Uno de los casos más flagrante es el de la Biblioteca Fernando Loaces de Orihuela, que ahora solo abre por las mañanas, de 9 a 14 horas, y es la única de la comarca. Álvaro Giménez García, coordina un club de lectura que sea reunía cada quince días, pero la semana pasada les comunicaron que cerraban por las tardes y que buscaran otro sitio. “El viernes, que teníamos concertada una charla con la escritora Ángeles Corella, fuimos a la cafetería del hotel Tudemir para poder hablar de libros, es una pena que nos traten así”, se queja Giménez, que en cada sesión del club de lectura reúne a unas 15 personas que ahora tendrán que peregrinar por los bares.

En Elche, la Biblioteca Enric Valor, ubicada en el barrio del Carrús, también ha cerrado sus puertas tras 20 años de funcionamiento, y las bibliotecas infantiles La Marina y Gloria Fuertes, según denuncia el concejal socialista Miguel Ors, han reducido sus horarios. “El problema de fondo es que el PP no cree en la cultura, no le importa nada y por eso consiente que pase esto”, opina el concejal. Y lo peor de todo, es que esta política de cierre o de reducción de servicios de las bibliotecas se produce en una de las comunidades autónomas con menores índices de lectura, pero mayor nivel de fracaso escolar.

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