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Un hombre acepta seis años de cárcel por retener y golpear a su exnovia

El hombre atacó a la mujer porque no quiso retomar la relación

Valencia -

Un hombre ha aceptado este martes en la sección primera de la Audiencia  Provincial de Valencia cumplir una pena de seis años y medio de prisión por retener a su expareja durante varias horas en su vivienda en julio de 2011, donde la golpeó, amenazó  y provocó quemaduras con un cigarro.

El hombre se comportó así ante la negativa de la víctima a retomar la relación sentimental. Inicialmente, el ministerio fiscal pedía para este hombre una pena de ocho años y tres meses de prisión por un delito de maltrato de obra, otro de detención ilegal, uno más de lesiones, y otro delito de amenazas.

Sin embargo, tras llegar a un acuerdo con el letrado del procesado, la pena se ha rebajado hasta los seis años y medio de cárcel, manteniendo los mismos delitos. Además, el hombre tendrá que indemnizar a su expareja con 10.000 euros por las lesiones causadas. El procesado -de 21 años en el momento de los hechos- mantenía una relación análoga a la conyugal con la víctima, que duró un año. La pareja llegó a convivir en un piso los últimos tres meses, hasta que ella le dejó en mayo de 2011 tras un episodio de violencia de género.

En concreto, en la noche del 6 de mayo de 2011, la pareja mantuvo una discusión en el piso de alquiler en el que vivía, y en el transcurso, el hombre le dio varias patadas y le puso un cuchillo en la espalda. Tras estos hechos, la mujer puso fin a la relación, aunque no presentó ninguna denuncia al respecto. El hombre, según el relato del ministerio público, nunca aceptó el fin de la relación, por lo que la mujer, de vez en cuando, accedía a quedar con él, ya que este le decía que lo estaba pasando muy mal.

Así, el día 31 de julio se fueron a pasar el día a un parque acuático, y ya por la tarde, en el camino de vuelta, tuvieron una discusión. Sobre las 20.30, cuando llegaron al domicilio del procesado, ubicado en la avenida Blasco Ibáñez de Valencia, la mujer volvió a poner de manifiesto al procesado que no deseaba reanudar la relación y que se marchaba. Ante ello, este se enfureció y le dijo que no se iba a ir y que estaba "secuestrada".

A continuación, la empujó, zarandeó y metió a tortazos en una habitación a oscuras. Luego obligó a la mujer a llamar a sus padres para comunicarles que iba de camino, con el objetivo de que éstos no le echaran de menos y avisaran a la policía. Durante las dos horas siguientes, el hombre la siguió golpeando, le arrojó colillas encendidas y sacó un palo que le colocó contra el cuello haciendo ademán de estrangularla.

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En ese momento los padres de la mujer le llamaron a su teléfono móvil, y el hombre, tras asustarse por si la estaban buscando, decidió llevársela a la fuerza a casa de un amigo en Burjassot.

Así, el hombre bajó a golpes a la mujer, la introdujo a la fuerza en el coche la llevó a Burjassot, donde volvió a golpearla, lo que alertó al vecindario y a la Policía, que acudió a rescatar a la víctima y detuvo al agresor.

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