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MUSEOS

El viaje de un óleo

El subdirector del Museo Nacional de Escultura explica cómo se trasladan las obras cedidas 34 piezas del centro protagonizan la próxima exposición de San Telmo, 'Figuras de la Exclusión'

El subdirector del Museo Nacional de Escultura, Manuel Arias, descubre una de las piezas que conforman la exposición 'Figuras de la Exclusión'.
El subdirector del Museo Nacional de Escultura, Manuel Arias, descubre una de las piezas que conforman la exposición 'Figuras de la Exclusión'.JAVIER HERNÁNDEZ

Casi, como si de las monedas de la fragata La mercedes se trataran, con escolta policial, 34 obras de arte procedentes del Museo Nacional de Escultura, en Valladolid, llegaron el pasado jueves a San Sebastián. Las piezas conforman la próxima exposición del Museo San Telmo, Figuras de la Exclusión, que se inaugurará este viernes. Hasta que los cuadros y esculturas queden perfectamente dispuestos en el centro, los operarios, bajo la supervisión de Manuel Arias, subdirector del museo vallisoletano y de una conservadora de la pinacoteca donostiarra, se encargan de abrir una a una las cajas en las que han viajado las obras.

Arias no ha dejado de controlar cada uno de los movimientos de las piezas, desde que se empaquetaron en Valladolid hasta su llegada a la capital guipuzcoana. Tampoco se perderá detalle del desembalaje, y de su colocación en la sala de muestras temporales de San Telmo. Al fin y al cabo es el correo. La figura que en el mundo artístico se encarga de que el traslado de obras cedidas se realice en “perfectas condiciones”, explica Arias, minutos antes de que descubra sobre una mesa una de las piezas más significativas del museo de Valladolid.

Ante una caja de madera, las cámaras de los fotógrafos se comienzan a disparar. Dentro, espuma para amortiguar golpes, y otra caja, esta vez de cartón, en la que ha viajado acurrucado Taller de Nazaret, una escena de cera policromada, “delicadísima”, subraya Arias, “hemos sido quizás demasiado atrevidos al acceder al préstamo”, añade. La obra, datada en el siglo XVIII y de autor desconocido, representa con minuciosidad a “Jesús niño con san José trabajando en la carpintería y la virgen María cosiendo”, describe el subdirector del Museo Nacional de Escultura. Junto a la imagen bíblica, el artista representó a un noble, acompañado de monteros, “como si se encontrara en medio del bosque la escena del taller”.

El material empleado, cera, cuenta Arias “se puso de moda en la España de aquella época”, para decorar “ambientes privados, recoletos, capillas de clausura. Este tipo de obras no están ideadas para una religiosidad pública”, puntualiza, ante una pieza que sólo en dos ocasiones ha salido del Museo de Valladolid, “hace ya unos cuantos años la llevamos hasta Zaragoza y ahora va a estar aquí, en San Sebastián. La conservación es la médula de cualquier museo, debemos transmitir estas piezas a las siguientes generaciones, y sólo viajan con las máximas condiciones de seguridad”.

El correo debe presenciar la apertura de cada caja y observar escrupulosamente “que todo está correcto, que no se ha producido ningún desprendimiento de pintura o desperfecto”. Una pegatina con el nombre de la obra y sus características, colocada a modo de precinto en la arista de la caja, indica a Arias que la misma no se ha abierto. Entonces, hace una indicación a los operarios, miembros de una empresa especializada en el transporte de arte, que con diligencia se disponen a abrir el recipiente, y descubrir otra de las obras que se expondrán a partir del próximo viernes en San Telmo. Así, hasta 34.

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