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Fallece el arquitecto y urbanista Manuel de Solà-Morales

Fue el autor del Moll de la Fusta, el comienzo de la apertura de la ciudad al mar, y de Illa Diagonal

El arquitecto Manuel Solà Morales, en una imagen de 2004.
El arquitecto Manuel Solà Morales, en una imagen de 2004.MARCEL.LÍ SÀENZ

Manuel de Solà-Morales, reputado arquitecto y urbanista, ha fallecido a los 73 años de edad. Nacido en Vitoria el 8 de enero de 1939, se había especializado en temas de diseño urbano y era catedrático de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Era hijo, nieto y hermano de arquitectos, como Ignasi Solà-Morales, que falleció en 2001, víctima de un ataque al corazón.

Su obra y su pensamiento influyeron en el urbanismo de Barcelona, en trabajos relacionados con los Juegos Olímpicos de 1992, especialmente en la transformación del frente marítimo y la realización del Moll de la Fusta, una de las zonas en las que la ciudad recuperó la fachada marítima. También es el autor del centro comercial de Illa Diagonal, junto con Rafael Moneo, que cada día visitan miles de barceloneses.

Vinculado a la Escuela Tècnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la que jerció como profestor y catedrático de urbanismo, y desde 1994 hasta 1998 fue director. Estaba considerado uno de los mayores teóricos del urbanismo español y no se cortaba a la hora de cuestionar la arquitectura de las grandes estrellas, tal como hizo en una entrevista en este diario en octubre de 2008.

Trabajó en un gran número de ciudades europeas como Berlín, Salzburgo, Nápoles, Rotterdam, Amberes, Salónica, Génova y Trieste. Entre sus últimos trabajos se cuenta la transformación del área portuaria de Saint-Nazair, en Francia; la plaza y la estación de Lovaina, en Bélgica; el espacio público Winschoterkade de Gröningen, en Holanda, y el paseo Atlántico de Oporto, en Portugal.

En el campo de la la investigación es autor de estudios, libros, artículos y exposiciones y fundador de las revistas Ciencia urbanística, Arquitecturas Bis y UR: Urbanismo-Revista.

Entre las primeras reacciones, tras conocerse la noticia de su muerte, está la de Jordi Martí, presidente del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Barcelona. Según Martí, Solà-Morales apostó por "una urbanidad sensible, ética, vigorosa y profundamente culta".El nuevo líder socialista y exdelegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona ha señalado que la manera de hacer ciudad de Solà-Morales estuvo "siempre en el trasfondo del denominado modelo Barcelona, tanto por sus proyectos, como por su maestría, que ha influido decisivamente en toda una generación de arquitectos". Según ha asegurado Martí "sus diez lecciones sobre Barcelona denotan la profundidad en el conocimiento de la ciudad en todas sus dimensiones, así como su vocación pedagógica". Por su parte, el alcalde Xavier Trias ha destacado la contribución del arquitecto al bienestar de los barceloneses. En un comunicado de pésame, Trias señala que "Manuel Solà-Morales personificó la Barcelona que se construye y se sustenta en la excelencia y el conocimiento". También señaló su "inmensa erudición", "la gran vocación de maestría" del difunto, y ha recordado que recibió el Premio Ciutat de Barcelona en 1985.

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