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La izquierda 'abertzale' manifiesta su "profundo pesar" por las víctimas de ETA

Batasuna hace por vez primera autocrítica por su posición política con respecto a los afectados por el terrorismo, pero no reclama a la banda que se disuelva

De izquierda a derecha, el exdirigente etarra Antxon Etxebeste; el diputado general de Gizpukoa, Martin Garitano, y el abogado Iñigo Iruin, esta mañana en el Kursaal.
De izquierda a derecha, el exdirigente etarra Antxon Etxebeste; el diputado general de Gizpukoa, Martin Garitano, y el abogado Iñigo Iruin, esta mañana en el Kursaal.JUAN HERRERO (EFE)

Reconocimiento al dolor causado a las victimas de ETA y justicia especial para un periodo de transición. La izquierda abertzale acaba de presentar en el Kursaal de San Sebastián su "nueva aportación" para consolidar el fin de ETA en la que con el nombre de Viento de solución quiere romper el bucle en el que ha entrado la situación tras el anuncio etarra del 20 de octubre de cese definitivo de la violencia.

Mientras el Gobierno asegura que no habrá acercamiento de presos hasta que ETA no anuncie su disolución definitiva, la izquierda abertzale considera estos imprescindibles y reclama incluso, sin llegar a citarla por su nombre, un amnistía ("es necesaria la vuelta al hogar de todos y todas las presas y exiliadas, procediendo a adoptar las medidas necesarias para que, tras un largo periodo de ausencia, puedan adecuarse a la vida ordinaria").

Por primera vez, la antigua Batasuna hace autocrítica en detalle sobre su actitud a lo largo de este medio siglo de terrorismo con las víctimas de ETA. En este sentido, manifiesta "su profundo pesar tanto por las consecuencias derivadas de la acción armada de ETA" como por su posición política con respecto a las víctimas "en la medida en la que haya podido suponer aunque no de manera intencionada, un dolor añadido o un sentimiento de humillación" para estas.

El texto pide a ETA

En el documento, difundido en euskera, castellano, francés e inglés, los radicales aceptan que mediante sus declaraciones o actos han podido "proyectar una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por las acciones de ETA" y que les ha "faltado hacia unas víctimas la sensibilidad mostrada con otras".

Aunque asegura que no quiere hacer una equiparación entre víctimas, cita como "un hecho histórico que nadie puede negar" las muertes producidas "por fuerzas parapoliciales, terrorismo de Estado, represión, políticas de tirar a matar, torturas y tratos inhumanos".

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El texto supone un paso más de los que la izquierda abertzale viene dando desde que suscribió el Acuerdo de Gernika, pero sigue planteando reclamaciones básicas para la antigua Batasuna como el final de la política penitenciaria "totalmente inhumana", la "imperiosa" legalización de Sortu o que concluya definitivamente la "política de represión, acoso policial y detenciones contra militantes independentistas, así como los juicios y los encarcelamientos".

El texto pide a ETA que "deshaga sus estructuras militares" y ponga sus armas "fuera de uso", pero no llega a reclamar a la banda su disolución. Y esta petición la plantea de forma paralela a la exigencia a los Estados español y francés para que se "deshagan" o "readecúen" los "operativos armados y represivos creados para el conflicto", alusión a la exigencia tradicional abertzale de que abandonen Euskadi el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Igualmente propone pra ese escenario de "construcción de la paz" el final de la legislación antiterrorista.

Como ya se había adelantado, la propuesta incluye la creación de una comisión de la verdad similar a las puestas en marcha tras conflictos como el de Sudáfrica. Esta comisión debería ser, según sus promotores, internacional, independiente, "políticamente imparcial, con una participación abierta y sin ningún tipo de exclusión". A ella le correspondería analizar "las causas y consecuencias del conflicto y los abusos cometidos durante el mismo".

La declaración incluye también una demanda para que se desarrolle lo que llama un modelo de "justicia transicional", sistema que se ha aplicado en situaciones de grandes vulneraciones de derechos humanos como Colombia o Sudáfrica, entre otros. La incorporación de ambas demandas, estrechamente ligadas, es interpretada en medios políticos vascos como fruto de la influencia del grupo que encabeza el abogado sudafricano Brian Currin sobre la izquierda abertzale. El propio Currin fue miembro de la Comisión de la Verdad de Sudáfrica.

Finalmente, el texto plantea la apertura de un diálogo entre todas las fuerzas políticas de Euskal Herria que incluya reconocer como básico el derecho de autodeterminación.

Por parte de la izquierda abertzale han asistido Joseba Permach, Pernando Barrena, Rufi Etxeberria, Joseba Alvarez, Maribi Ugarteburu, Jone Goirizelaia y el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano. También han estado presentes representantes de las otras formaciones políticas firmantes del Acuerdo de Gernika, como Patxi Zabaleta de Aralar, Ikerne Badiola de EA, Oskar Matute de Alternatiba, el diputado de Amaiur Xabier Mikel Errekondo, y la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide.

Asimismo, han acudido el viceministro de la Presidencia para Monitoreo y Evaluación de Sudáfrica y parlamentario de African National Congress ANC Kopeng Obed Bapela, el también miembro de este partido Robert McBride y el parlamentario del Sinn Féin Alex Maskey.

Antes de la lectura de la declaración, que corrió a cargo de Maribi Ugarteburu, hubo música, danza y varios vídeos con imágenes de ruedas de prensa de la izquierda abertzale, el Acuerdo de Gernika o la Declaración de Aiete. Obed Bapela y Maskey, que fueron traducidos al euskera, destacaron la importancia de que todos los partidos se comprometan en un diálogo “pacífico y democrático” para lograr la paz.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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