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Desayunos callejeros

Un grupo de ciudadanos reivindica el uso del espacio público con desayunos en la calle Las reuniones se celebran una vez al mes y hoy han estado en Plaza de España

Participantes del grupo 'Desayunos ciudadanos'.
Participantes del grupo 'Desayunos ciudadanos'.SANTI BURGOS

Una taza, una cuchara y, si se desea, algo para compartir. Es lo único que se necesita para participar en los Desayunos ciudadanos, una iniciativa que pretende reivindicar el espacio público convocando a la gente a compartir un desayuno al mes en la calle. Este domingo la cita ha sido en las escaleras del edificio España de la Plaza de España. “Ni siquiera hace falta traer comida, eso depende de cada uno, solo hace faltan ganas de compartir”, explican las organizadoras.

La idea lleva ya más de un año funcionando en Madrid. Hubo un precedente, hace un par de años, en la Plaza de la Luna. Remedios Vincent, vecina de la zona, fue la promotora: “Se me ocurrió después de que remodelaran la plaza y la convirtieran en las más horrible del mundo”. Harta de pasar por allí y añorar los árboles y los bancos para sentarse, decidió buscar una manera de protestar.

La afluencia, los productos a compartir y hasta la ambientación cambia en cada cita

Como especialista en iniciativas ciudadanas –es autora de un blog sobre este tema (Flores en el Ático)-, Remedios se propuso adaptar la de Permanent Breakfast –que fomenta los desayunos en el espacio público-. “Tiré de amigos y comenzamos a montar desayunos, en este caso con tintes críticos, en la plaza una vez al mes. Una vez hasta vino la policía”, recuerda. Pero la convocatoria se fue disolviendo, superponiendo con otras –como el movimiento Esta es una plaza en Lavapiés- hasta desaparecer. Antes dio paso a una iniciativa parecida en Valencia, Desayunos con Viandantes, que sigue celebrándose.

Y precisamente a uno de esos desayunos con viandantes valencianos acudió Sandra Cámara, una joven periodista granadina, poco antes de trasladarse a Madrid, en 2010. La idea le gustó tanto –no en vano destaca el desayuno como su “comida favorita”- que empezó a buscar si tenía su réplica en la capital. Así, aunque ya no se practicaba, contactó con Remedios, en primer lugar, y puso un anuncio en la página de hacesfalta.org para retomarla. Una de las primeras convencidas fue Laura Castro, profesora de español para extranjeros que había participado en otros proyectos sociales y culturales, aunque nunca de comida callejera. Las tres forman desde entonces el núcleo duro de unos originales desayunos a los que cualquiera con ganas de compartir, y “compartirse”, en las calles madrileñas.

En Valencia hay una iniciativa similar que se llama 'Desayunos con viandantes'
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Las reuniones se celebran una vez al mes y se convocan en el blog de Desayunos Ciudadanos y a través de las redes sociales. A ellos acuden, según cuentan las organizadoras, gente de todo tipo. Y la afluencia varía “de seis a 50”. Cada desayuno es una sorpresa.

Sorpresa en los participantes, pero también en los productos a compartir –café, té, zumo, fruta, dulces, tortillas… No hay directrices, solo la preferencia por lo artesanal-, y en cómo será la cita. Porque este desayuno no solo va de comida. Las organizadoras promueven que haya otras actividades, siempre sin fines comerciales y de lo más diversas, de una charla sobre nutrición a una representación artística. También intentan buscar músicos –se aceptan propuestas, advierten- para amenizar el encuentro. En enero, terminaron bailando en la Plaza de Callao al son de ritmos brasileños.

Las magdalenas se mezclan así con la reivindicación de una ciudad más habitable. Los pinchos de tortilla se mastican con música de fondo. Y, sin complejos, uno recupera la calle como espacio donde comer, charlar, bailar y hasta encontrar alguien especial, nunca se sabe. “Un amigo mío está saliendo con una chica que conoció en uno de los desayunos”, cotillea divertida Sandra. Por si a alguien le faltaban razones para animarse.

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