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Vodafone devolvió a la ACM más de 17.000 euros de la factura de Matas

El PSC y ERC exigen explicaciones sobre la gestión del secretario general de la entidad

Carta de Vodafone con la devolución de parte de la factura de teléfono.
Carta de Vodafone con la devolución de parte de la factura de teléfono.

Cuatro mil euros: este es el importe de la factura de teléfono móvil que la Asociación Catalana de Municipios (ACM) tuvo que pagar como consecuencia, sobre todo, del consumo de su secretario general, Josep Maria Matas, en sus vacaciones de agosto de 2010 en Estados Unidos. El importe inicial de la factura, como explicó ayer EL PAÍS, era de 21.660 euros, pero tras una reclamación a la compañía telefónica, esta admitió un error de facturación y dos meses más tarde reembolsó más de 17.000 euros. Así lo puso de manifiesto ayer la ACM ante la información publicada por este periódico. Matas no ha respondido en ningún momento a las peticiones de EL PAÍS para aclarar el caso.

La polémica en torno a las actuaciones de Matas va camino de enturbiar las relaciones de los partidos que forman parte de la asociación municipalista. Ni la oposición ni muchos dirigentes de Convergència i Unió, el partido de Matas, entienden que la empresa Parés i Solé, SL, propiedad de Matas, haya ingresado casi un millón de euros procedentes de la ACM en los últimos ocho años, mientras este era secretario general de la entidad.

Josep Mayoral, portavoz del PSC en la Diputación de Barcelona, envió ayer una carta a Salvador Esteve, presidente de este organismo, en la que mostraba su preocupación por cómo las actuaciones de Matas pueden afectar a la Diputación. Además del PSC, ERC —que ayer exigió explicaciones inmediatas y tener acceso a la documentación— llevará hoy el asunto a la reunión de la junta de portavoces. Joan Maria Parralejo, alcalde de Ripollet (PSC) y vicepresidente de la ACM, también exigió explicaciones a Miquel Buch, presidente de la ACM.

Matas sigue como coordinador de la Diputación de Barcelona pese a que ha perdido la confianza de buena parte de su partido. Fuentes de la dirección de Convergència admiten que la situación es “insostenible”, pero que es Salvador Esteve, presidente de la Diputación, quien tiene la última palabra sobre el caso.

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