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Dos centros de investigación colaborarán para cultivar neuronas

Nanogune y la Fundación Inbiomed firman un acuerdo para trabajar en proyectos conjuntos

De izquierda a derecha, Alexander Bittner, José María Pitarke, Gurutz Linazasoro y Rosario Sánchez, ayer en San Sebastián.
De izquierda a derecha, Alexander Bittner, José María Pitarke, Gurutz Linazasoro y Rosario Sánchez, ayer en San Sebastián.JESÚS URIARTE

Sustituir tejidos dañados en el cerebro por sanos supone uno de los principales retos de la biomedicina porque revolucionaría los tratamientos de las enfermedades neurodegenerativas. En esta dirección, el centro de investigación Nanogune y la Fundación Inbiomed suscribieron ayer en San Sebastián un acuerdo de colaboración que establece las bases de cooperación para desarrollar investigaciones conjuntas.

El director general del CIC Nanogune, José María Pitarke, y el presidente de Inbiomed, Gurutz Linazasoro, junto con los investigadores Alexander Bittner y Rosario Sánchez Pernaute, presentaron el primer proyecto puesto en marcha por los dos centros de investigación, que persigue mejorar el proceso de obtención de neuronas a partir de células madre para tratar con ellas a pacientes con enfermedades como el Parkinson o el alzhéimer.

El valor diferencial de esta investigación en comparación con otros estudios que se están realizando a nivel internacional es el uso de nanomateriales para mejorar la obtención de las neuronas. “Compartir conocimientos y equipamientos que permitan avances difícilmente abordables de forma individual es la única forma de trabajar hoy en día”, señaló Pitarke.

Nanogune y la Fundación Inbiomed trabajarán en un proyecto conjunto

El principal reto del proyecto es conseguir aplicar las neuronas cultivadas en un laboratorio en las zonas dañadas del cerebro y lograr que se restaure su funcionalidad.

Una de las principales barreras científicas y tecnológicas que se plantean es la creación de una estructura para el cultivo y crecimiento de las nuevas neuronas en un ambiente lo más parecido al cerebro. “Las neuronas son las células más difíciles. Solo se han mantenido en un laboratorio con vida dos o tres semanas y necesitamos garantizar que las neuronas que transplantemos no pierdan su funcionalidad”, explicó Sánchez Pernaute.

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Cada centro aportará 100.000 euros al proyecto en el que participarán unas seis personas y que está previsto que se prolongue durante dos años. “Tenemos muchas esperanzas puestas, aunque se corre el riesgo de no obtener los resultados esperados. Pero se avanza en el conocimiento que es lo se habría ganado”, concluyó Linazasoro.

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