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El acusado del 'crimen de la maleta' dice que solo intentaba llevarse el cadáver

El cadáver de la mujer apareció en 2009 en el interior de una maleta con la inscripción: "Sólo Dios sabe lo que ha pasado. Adiós. Q.E.P.D. Que viva México"

Lorenzo C. asfixió a su mujer, metió el cadáver en una maleta y se subió a un autobús con el equipaje en dirección a Barcelona. En la Gran Via, abandonó la maleta, en la que antes había escrito: “Solo Dios sabe lo que ha pasado. Adiós. Q. E. P. D. Que viva México”. Su intención era llevar el cuerpo mucho más lejos: a Bolivia, el país natal de la pareja, que tenía un hijo en común. Lo dijo ayer el hombre en la primera sesión del juicio que se sigue contra él por asesinato en la Audiencia de Barcelona. La fiscalía pide que sea condenado a 23 años de cárcel por asesinato con alevosía, ya que atacó a su mujer por detrás y la asfixió sin posibilidad de que pudiera defenderse.

Los hechos ocurrieron el 21 de septiembre de 2009 en Sant Pere de Ribes (Garraf). Lorenzo y su mujer pasaron la noche en varias discotecas. Al llegar a casa, el hombre se abalanzó sobre ella, la golpeó en la nuca varias veces y la acabó estrangulando con la ayuda de un cordón. Ante el jurado popular que le juzga, Lorenzo no asumió el crimen y se limitó a decir que había bebido tal cantidad de alcohol que no recuerda nada de lo sucedido. Solo afirmó que había propinado un empujón a su mujer para echarla sobre la cama y que, cuando se despertó, vio el cadáver y su primera idea fue llevarlo consigo a Bolivia.

Según la versión que dio ayer en el juicio, cubrió la cabeza de la víctima con dos bolsas porque le “impresionaba” el aspecto de su mujer y metió el cadáver en una maleta para ir al aeropuerto. El autobús se detuvo en la plaza de Espanya de Barcelona, donde el hombre abandonó en la maleta porque se rompió una de las ruedas. Después, dijo, regresó a Sant Pere de Ribes.

Sobre la extraña inscripción en la maleta, Lorenzo dijo que quería dejar claro que desconocía lo que había pasado. La referencia a México se debe, dijo, a que es el país donde querían pasar la luna de miel cuando contrajeran matrimonio.

El acusado, que está en prisión provisional, agredía físicamente a su mujer de forma habitual. Esta llegó a denunciarle por malos tratos en 2007, pero más tarde se retractó. Tras la reconciliación, ambos volvieron a vivir en el mismo piso de Sant Pere de Ribes, que compartían con otros inmigrantes. Los enfrentamientos entre ambos, motivados por los celos de él, eran frecuentes. La noche del crimen, dijo el acusado, discutieron a gritos en el paseo marítimo de Sitges, adonde habían ido a celebrar el cumpleaños de Lorenzo.

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