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El 'pilotari' que llegó del Sáhara

Un joven de Smara es el único jugador foráneo que disputa uno de dos circuitos profesionales de pelota valenciana, el de ‘raspall’

Sidahmed Said, el único jugador no nacido en la Comunidad Valenciana que compite en el circuito de pelota de raspall
Sidahmed Said, el único jugador no nacido en la Comunidad Valenciana que compite en el circuito de pelota de raspall

Smara es la única ciudad importante del Sáhara Occidental que no fue fundada por los españoles. Se gestó a finales del siglo XIX y ahora supera los 50.000 habitantes. Allí nació en 1992 Sidahmed Said. Pero Sidahmed es ahora el único jugador no natural de la Comunidad Valenciana que disputa uno de los dos circuitos profesionales de pelota valenciana, el de raspall. El otro es el de escala y corda. Y no es uno más. Es el campeón, formando pareja con Waldo, de la Liga Profesional de Raspall, una modalidad que solo se juega al sur del río Júcar, en las comarcas del La Safor, La Costera, La Ribera Baixa o Les Marines.

“Yo ahora ya soy valenciano”, dice Sidahmed, que fue adoptado con ocho años por una familia de Llosa de Ranes al ver que su hermano no quiso quedarse. Como otros niños de su edad, intentó jugar a futbol, en su caso en Xàtiva. Con 14 años se rompió un pie y pasó un año en blanco. “Fui a ver una partida de raspall con un amigo y me gustó”, relata. Ese mismo día, ya que no podría volver a golpear un balón, recibió la oferta de Juan Cabanes, un exjugador, para incorporarse a sus clases. Y, según su parecer, le “ha ido bien”.

“Yo ahora soy

Y tanto. Además de ganar el año pasado el campeonato absoluto con Waldo (nueve veces campeón individual de raspall, cinco por equipos y campeón mundial de llargues en 2000) frente a Josep, de Xeraco, y Alberto, de Genovés, también ha ganado el Individual Sub’18, dos veces el Sub’23 por parejas y cuatro veces el campeonato autonómico Ruralcaja Sub’18. “Pero a mi abuelo le gusta la escala y corda”. Así que se fue a probar con el mítico Paco Cabanes, Genovés, en la Universidad Politécnica de Valencia. “Empecé jugando de mitger, pero Paco me dijo que tenía cualidad para jugar de resto”, relata antes de sentenciar: “¡Ojalá pueda jugar a las dos cosas!”.

Su familia saharaui ni siquiera entiende qué deporte practica, pese a que habla con ellos varias veces a la semana. En árabe, claro, su lengua materna, que estuvo a punto de olvidar tras más de seis años sin poder viajar a su país.

“Fui a ver una partida de ‘raspall’, y me gustó”, recuerda
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Estudió un módulo medio de Educación Física, que no consiguió terminar, así que ahora ayuda en la tienda de zapatos que su familia tiene en Xàtiva a la espera de poder conseguir un trabajo que le permita entrenar por las tardes. “Si no, haré el bachiller”.

“No todo es entrenar en el trinquete, tienes que correr y cuidarte físicamente; no hay que hacer el vago”, dice en valenciano. La conversación con Sidahmed se produce tras una partida que, con Edu, ganó frente a Ferran y Soqueta en Bellreguard. Pero él ya aspira a más. Su objetivo es “superar a Waldo”. “Al menos alcanzar el nivel de Coeter y Sanchis”, termina.

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