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Mucha pintura para una fábrica

El mural pop de 2.000 metros de la antigua Tipel de Parets del Vallès complica su alquiler

José Ángel Montañés
Una de las coloridas fachadas de la fábrica Tipel en Parets del Vallès.
Una de las coloridas fachadas de la fábrica Tipel en Parets del Vallès.JOAN SANCHEZ

“Nave en alquiler en Parets del Vallès de 8.793 metros cuadrados. Dos plantas, con cuatro muelles de carga, instalación eléctrica, calefacción, aire acondicionado y puente grúa. Superficie solar: 17.400 metros cuadrados; 4,5 euros el metro cuadrado al mes”. El anuncio que aparece en varios portales inmobiliarios de Internet omite un detalle importante: la nave es la de la antigua Tipel, situada junto a la autopista C-33, dirección Barcelona, y está decorada por un llamativo mural de colores de más de 2.000 metros cuadrados en la que se representan formas geométricas, chimeneas como si fueran intestinos enroscados, espuma incontrolada que desborda los depósitos de color y personajes que huyen del interior del edificio. Esas pinturas irónicas, sorprendentes y provocadoras que convierten la instalación en una fábrica surrealista fueron realizadas nada menos que por Rafael Bartolozzi y Eduardo Arranz Bravo en 1968 y están consideradas una de las obras pop más destacadas de Cataluña. Por eso están protegidas como parte del patrimonio de Parets del Vallès. Pero también son uno de los motivos por los que la nave esté sin uso desde 2007, ya que no encuentra quien la quiera ocupar o comprar al no poderse tocar su fachada.

“Ha habido varias ofertas, entre ellas los que querían montar una discoteca y los que la emplearían para plató de televisión”, asegura Pedro Hernández, administrador de la empresa Zedis, propietaria del recinto industrial desde 1998. “A la mayoría de los ofertantes les da igual las pinturas, y su primera intención es eliminar o repintar toda la fachada. Cuando se les dice que no puede ser es cuando aparecen los problemas y pierden el interés”, afirma Hernández, que no duda en calificar las pinturas como “un lastre” para el alquiler del edificio, ya que “la protección no comporta ninguna ayuda”.

Según Hernández, las pinturas “son conflictivas” porque “al no ser un edificio protegido con un color neutro en la fachada, sino uno industrial y multicolor, hacen que su mantenimiento sea bastante complicado”. Las intervenciones esporádicas son continuas, sobre todo para evitar las humedades, “pero si tuviéramos que hacer una actuación global, como la que se hizo hace unos 10 años, tendríamos que invertir unos 120.000 euros”, cuantifica. Para Hernández, es contradictorio que se protejan unas pinturas tanto que incluso impiden colocar un rótulo con el nombre de la empresa, pero, en cambio, no se dé ayuda económica. “Todo son dificultades”, concluye.

“Arreglarla bien nos costaría 120.000 euros; es un lastre”, dicen los dueños

El Ayuntamiento de Parets aprobó en febrero de 2011 el Plan Especial de Protección del Patrimonio de la localidad. Según Enric Acero, coordinador del área de Territorio de Parets, está previsto que este mes la Generalitat lo ratifique. Las pinturas de la antigua Tipel son uno de los 34 Bienes Culturales de Interés Local que recoge el plan, ya que están protegidas desde 1986. Durante el debate municipal, la oposición pidió que se incoara expediente a la Generalitat para que las pinturas se declararan Bien Nacional y así tener la máxima protección que marca la ley de patrimonio catalán “para preservarlas para las generaciones futuras”. Pero Acero se defiende asegurando que “la Generalitat no lo ha propuesto cuando ha revisado la documentación aportada para aprobar el plan”. Tras su aprobación, los 152 edificios incluidos tendrán una reducción del IBI proporcional al grado de protección que le ha sido otorgado. Según Acero, la protección de las pinturas impide que la afectación que pesa sobre la nave por estar a menos metros de lo permitido de la autopista acabe tirándola ante un posible ensanche de la vía. Además, asegura que si no se ha alquilado esta es sencillamente porque “es vieja y hay otras naves en oferta más atractivas”. También mantiene que desde el Ayuntamiento se ayudará “en todo lo posible” para que haya nuevos inquilinos en la coloreada nave de la antigua Tipel.

La empresa de la familia Prenafeta

JOSE ANGEL MONTAÑES

La empresa peletera Tipel destacó por el acabado que ofrecía a las prendas de piel, napa y ante y fue el primer exportador de pieles curtidas y acabadas de España. La empresa fue fundada en 1966 por Isidor Prenafeta y su familia, entre los que destacaba su primo Lluís Prenafeta, que llegó a ser secretario general de la Presidencia de la Generalitat y brazo derecho de Jordi Pujol.

Entre los trabajadores en nómina estuvo el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, que fue director financiero de la firma ente 1980 y 1984, si bien es un dato que no aparece en su biografía oficial. En 1988, la empresa vivió su momento de esplendor, cuando exportaba el 70% de su producción y facturaba cerca de 9.000 millones de pesetas. Fue ese año cuando Bartolozzi y Arranz Bravo pintaron otras dos naves, mientras que Isidoro Prenafeta reunía en su interior unas 300 obras de arte.

Tras la salida de la política de Prenafeta, en 1990, comenzó el declive de la empresa. El cierre de la factoría de Parets llegó en 1992 tras las denuncias de vertidos al río de cianuro contaminante, que llevó al banquillo a algunos dirigentes de la firma tras asegurar que no se podía hacer frente al coste que suponía el cumplimiento de las exigencias ecológicas.

Isidor Prenafeta, antiguo estudiante de Bellas Artes, realizó un encargo osado en la España franquista: llenar de color una empresa situada en un polígono industrial gris. El rechazo fue tal que incluso el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo estuvo a punto de hacer retirar la obra porque, se decía, podía distraer la atención de los automovilistas y provocar accidentes. La presión popular lo impidió. Tras la quiebra de Tipel, en junio de 1998 Caixa Catalunya vendió en subasta por 300 millones la fábrica a Zedis, propiedad de la familia Hernández Palay, fabricante de soportes para publicidad. El grupo estaba formado por las empresas Zedis, Arts Lux, Zepack y Zestan; esta fue la última empresa que estuvo instalada en las naves pintadas de la Tipel, de donde se marchó en agosto de 2007.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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