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Vigo y A Coruña se acuestan juntas

Las asociaciones hoteleras de las dos ciudades firman una tregua de nueve días con la excusa del San Valentín y ofrecen descuentos del 25% a los visitantes que intercambien

Carmen Pardo llega a la rueda de prensa en la que se presentó la campaña Vigo ama Coruña, Coruña ama Vigo.
Carmen Pardo llega a la rueda de prensa en la que se presentó la campaña Vigo ama Coruña, Coruña ama Vigo.

Al alcalde vigués, Abel Caballero (famoso entre otras cosas por sus soflamas localistas que recuerdan las ya remotas glorias de Francisco Vázquez), le dio la risa. “¡Vaya ideas tienes!”, le dijo, dándole unas palmaditas en la espalda, al presidente de la Asociación de Hostelería de Vigo (Ahosvi). César Ballesteros, director y propietario de la mítica mole alicatada del Bahía, el cuatro estrellas que hace de muro de contención del Casco Vello y lo contiene todo, hasta las vistas, parece ser un empresario dinámico, de los que tiran de imaginación y de contactos (“el turismo no tiene color político”) cuando más duele la crisis.

Porque a nadie pretenden engañar. Las vacas esqueléticas, y no el amor que se puedan tener los ciudadanos de Vigo y A Coruña, son la causa de la campaña que presentaron ayer en Santiago, a mitad de camino y terreno supuestamente “neutral”, Ballesteros y Francisco Canabal, presidente de Hospeco (Asociación Empresarial de Hospedaje da Coruña) y propietario de varios establecimientos. 'Vigo ama Coruña, Coruña ama Vigo' es, de momento, una declaración de intenciones. Los hosteleros, que no las localidades, se han tirado los tejos y han acordado consumar este mes durante nueve días con la excusa del San Valentín, que siempre cae en lo más hondo de la temporada baja.

Del 11 al 19, los vigueses (y residentes en el área metropolitana) que duerman en un hotel de A Coruña y los coruñeses (y vecinos de alrededores) que hagan lo propio en Vigo pagarán un 25% menos. Además, desde mañana o desde el viernes se podrá entrar en la web de Turgalicia y participar en un test con preguntas del tipo “cuál es el faro más antiguo” o cuál “la mejor playa del mundo”. Entre los acertantes se sortearán noches en todos los hoteles sumados al proyecto, cerca de 60. Casi todos, aunque no todos.

Los hay de cinco estrellas y también de una “pero que están tan bien que ya quisieran muchos de los grandes”, aseguró Ballesteros en una rueda de prensa en la que también estuvieron Carmen Pardo, secretaria general de Turismo de la Xunta, y Fernanda Arenas, gerente del Consorcio de Turismo de A Coruña. En representación de la concejalía de Vigo no apareció nadie (“les fue imposible”), aunque un día antes el Ayuntamiento había confirmado la asistencia.

Para demostrar la procedencia valdrá incluso “el carné del vídeoclub”

La primera experiencia amorosa de Vigo con A Coruña y de A Coruña con Vigo será en realidad una experiencia piloto. Si funciona la cita, los hoteleros buscarán nuevas fechas, siempre en temporada baja, para seguir ofreciendo descuentos a los gallegos de la otra punta de la vieja AP-9. Esperan convencer con el sentimental ensayo a los empresarios suspicaces, y además cortejar a restauradores e incluso propietarios de pubs para que ofrezcan sus particulares descuentos o una “segunda copa” a todo aquel que se plante en el local enarbolando una prueba de su procedencia norteña o sureña. “Esto puede acabar en bronca, si un vigués ve que al de al lado, por ser coruñés, le cobran menos”, se les pregunta. “El vigués tendrá que irse a tomar las copas a A Coruña”, responden tajantes.

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Claro que, en el sistema de identificación, por ahora los hosteleros no van a ser “muy estrictos”. Si es el DNI, mejor que mejor, pero valdrá “cualquier justificante, aunque sea el carné del vídeoclub”. Quizás también se acepte una bufanda del equipo contrario. Canabal quiere “hablar con Lendoiro”, y que su homólogo vigués negocie con Mouriño, para marcar además un tanto cuando haya derbi. El próximo toca en Vigo, con los dos rivales cargados de aspiraciones, y Ballesteros imagina una ciudad llena de “familias coruñesas”, que aprovechen la excursión a Balaídos para echarse el fin de semana explorando todo el cosmos que rodea el estadio, desde el castillo de Soutomaior hasta Santa Tegra, pasando por Castrelos.

No está cuantificado, pero los hosteleros sospechan que la rivalidad deportiva entre las dos localidades —que “no es sana” aunque “mejoró mucho y los vándalos están controlados por la policía”—, no ha sido “nada buena para el turismo”. Un tercio de los viajes de placer que se producen en Galicia y un 29% de las pernoctaciones hoteleras, apunta Pardo, son de los propios gallegos. Sumidos en la crisis, ha ganado peso en las estadísticas el “turismo de proximidad”, pero “A Coruña y Vigo han vivido de espaldas”, comentan los empresarios. El descenso a Segunda, primero del Celta y después del Depor, “se notó mucho”. Los aficionados y los enviados especiales ya no deshacen camas. El golpe aún fue más duro en A Coruña, que perdió un equipo que llevaba súper por prefijo y “era conocido en todo el mundo”, recuerda nostálgico Canabal.

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