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La gala de los Premios Gaudí patina

La emisión de TV-3 logró un 11,7% de cuota de pantalla, casi un 3% menos que en la edición anterior

La del lunes no será la gala más recordada de los Premios Gaudí, la fiesta del cine catalán. Primero, porque la vio menos gente que en otras ediciones. Concretamente, en TV-3, la audiencia fue de 237.000 espectadores (11,7% de cuota de pantalla). Pierde 2,7 puntos de cuota. Eso sí, el año anterior fue el de Pa negre, todo hay que decirlo. Y segundo, porque no cuajó ninguno de los objetivos de la gala. Ni el tono del evento (buscando puntos de musical gracioso), ni el desempeño de los presentadores (que no colaron sus chistes), ni la respuesta de los premiados (exceptuando a Verónica Echegui, de la que sabemos que quiere con locura a su novio) lograron despertar el interés que se espera de una industria cultural creciente como es la del cine en Cataluña.

La gala se retransmitió en TV-3 en falso directo, con un retraso de media hora. Se trataba de aguantar la audiencia de Crackòvia, líder absoluto de su franja, y poder empezar con una buena base. Pues la base se derrumbó. Una cosa son las chanzas con Mourinho o Messi y otra cosa es ver jugar a hacer de Ricky Gervais al actor Xavi Mira, flanqueado por una voluntariosa Alba Florejachs. No funcionó. El humor, la ironía, son elementos de artesanía que necesitan de cómplices, pero también de materia prima. No funcionó la gala, y no fue culpa solo de los presentadores: el ritmo –tarea común en este tipo de citas- fue lento, lentísimo, muy poco televisivo.

Todas estas sensaciones se iban desgranando en Twitter. Primero, varios asistentes a la gala fueron avanzando los premios que se irían descubriendo media hora más tarde en televisión. Y luego el hashtag (etiqueta temática de Twitter) #premisGaudi fue un pozo de críticas salvajes y sarcásticas del evento.

Uno de los pocos momentos relativamente emocionantes y emocionados de los Gaudí fue cuando la bailarina Sol Picó dedicó su actuación al cineasta Pere Portabella, que ayer cosechó un Gaudí de honor por su trayectoria artística y de compromiso social. De hecho, tuvo que ser Portabella quien diera un poco de brío intelectual a la gala con su discurso fresco y provocador, joven y veterano. Globalmente la gala no hizo justicia al talento de los premiados. Que Mientras duermes y Eva son grandes películas y que el Escac y Filmax son partes vitales de la industria cinematográfica ya se sabe. Y todo esto sobrevivirá a este tipo de galas, pero tampoco hace falta ponerse piedras en el camino.

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