_
_
_
_
_

Once detenidos en el desalojo de un edificio okupado de Malasaña

36 imputados por usurpación de bienes, de los que 11 iban indocumentados y han sido detenidos El bloque, en el número 33 de Corredera Baja de San Pablo, pertenece a La Caixa No se registran incidentes durante la acción, ordenada por un juez

Reja en el edificio de Corredera Baja de San Pablo tras el desalojo de los okupas.
Reja en el edificio de Corredera Baja de San Pablo tras el desalojo de los okupas.SAMUEL SÁNCHEZ

Por orden judicial, la Policía Nacional ha desalojado esta mañana uno de los edificios más simbólicos de la reciente ola de okupaciones en Madrid, el número 33 de la calle Corredera Baja de San Pablo, en el barrio de Malasaña, que estaba okupado desde el pasado mes de noviembre, tras el desalojo del Hotel Madrid. El inmueble tiene 15 apartamentos, es propiedad de La Caixa y está recién reformado. Una portavoz de la Jefatura Superior ha explicado a este diario que la acción policial ha sido pacífica, sin resistencia por parte de los inquilinos y sin incidentes.

En el momento del desalojo, que se ha iniciado a las siete y media de la mañana y que ha durado en torno a una hora, había 36 personas dentro del edificio, que han sido imputados por un delito de usurpación de bienes inmuebles, de los que 11 no tenían documentación, por lo que han sido detenidos.

El vigilante de seguridad, dentro del edificio.
El vigilante de seguridad, dentro del edificio.SAMUEL SÁNCHEZ

"Eran gente tranquila"

Los 11 arrestados tienen entre 20 y 30 años y entre ellos hay dos mujeres, según precisan las mismas fuentes policiales. El desalojo lo han llevado a cabo el mismo grupo de antidisturbios que ayer intervino en la acción de Yo no pago, en la que hubo cinco detenidos. La web Somos Malasaña cuenta así el desalojo: "Aún era de noche cuando los antidisturbios derribaban, no sin esfuerzo, la puerta. Tanto Corredera Baja como las calles aledañas estaban llenas de furgones policiales y de efectivos, en previsión de algún tipo de disturbio que no se produjo. El desalojo fue pacífico, sin ningún tipo de problema".

"Planta por planta y piso por piso, la Policía fue sacando a los inquilinos de sus provisionales hogares, dándoles el tiempo justo para recoger sus pertenencias e identificándolos", añade. Una vecina de la calle, de 47 años, ha contado a este diario que los okupas eran "gente tranquila" y que no le afectaba que estuviesen viviendo en el edificio. Ha narrado cómo han ido saliendo poco a poco del inmueble con sus pertenencias y sus mascotas a cuestas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete
Uno de los habitantes de una casa okupada en la Corredera Baja de San Pablo.
Uno de los habitantes de una casa okupada en la Corredera Baja de San Pablo.SAMUEL SÁNCHEZ

La Caixa ya ha tomado medidas para que no vuelvan a entrar mediante unos barrotes soldados en la puerta del edificio. A la una y media de la tarde, unos operarios han comenzado a instalar más rejas de acero en las ventanas de la planta baja del inmueble. Además, la entidad financiera ha contratado los servicios de una empresa de seguridad para que esté siempre vigilado el bloque.

Después del desalojo, se ha producido una concentración pacífica de los afectados en la plaza Soledad Torres Acosta, más conocida como plaza de la luna. Además, el 15-M ha anunciado a través de las redes sociales que también reivindicarán la paralización de los desahucios en la protesta de esta tarde en Sol. Se trata de una manifestación convocada para las ocho en solidaridad por los detenidos ayer por la protesta en el metro.

Un edificio embargado

En el bloque vivían unas 44 personas, entre okupas experimentados, familias sorprendidas por la crisis, desahuciados y jóvenes en paro y sin recursos. Son 15 pisos de 50 metros cuadrados, totalmente reformados con luz, agua corriente, vitrocerámica, calefacción y tarima flotante propiedad.

Jaimillo, un okupa de 18 años con rastas como pinchos de puercoespín, fue quien "encontró" el edificio, de cuatro plantas, con ascensor, una bonita escalera de madera y sensores de movimiento que encienden al paso la luz del portal y las distintas plantas.

En uno de los carteles de la escalera que pone "sin salida", los okupas añadieron "sin futuro". Según Jaimillo, la puerta estaba abierta. Otro de sus inquilinos, Miguel, involucrado con el 15-M desde que se quedó en el paro, contó a este diario que La Caixa "confiscó" el edificio a un promotor que adeuda a la entidad los 12 millones de euros que le prestó para su construcción.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_